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EL DIARIO digital
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La gingivitis es una afección frecuente en la que las encías aparecen rojizas, inflamadas y sangran con facilidad, especialmente al cepillarse o usar hilo dental. Aunque en muchos casos es motivo de alarma, esta condición suele ser reversible si se actúa a tiempo.
¿Por qué ocurre?
La causa principal es la acumulación de placa bacteriana en los dientes, que se endurece formando sarro. Este también protege a las bacterias, irritando el tejido gingival y favoreciendo la inflamación. A largo plazo y sin tratamiento, la gingivitis puede progresar a una etapa más grave llamada periodontitis, que puede llevar a la pérdida de piezas dentales y aumentar el riesgo de enfermedades generales.
Factores como el tabaquismo, la diabetes, cambios hormonales, ciertas medicaciones o una alimentación deficiente aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Principales señales de alerta
Encías inflamadas, de tono rojizo o morado.
Sangrado al cepillado o durante el uso de hilo dental.
Dolor o sensibilidad en las encías.
Mal aliento persistente.
Recesión gingival que expone parte del diente.
Cómo prevenir y tratar la gingivitis
1. Higiene bucal impecable
Cepillarse al menos dos veces al día con pasta de flúor y cepillo de cerdas suaves.
Usar hilo dental diario y, si es necesario, cepillos interdentales.
Considerar el uso de enjuague bucal antibacteriano.
2. Limpiezas profesionales periódicas
Al menos una limpieza profesional y más frecuente si hay factores de riesgo elimina el sarro y previene la progresión de la enfermedad.
3. Revisiones regulares
Visitar al odontólogo al menos una o dos veces al año permite detectar problemas a tiempo y actuar rápidamente.
4. Hábitos saludables
Evitar el tabaco y mantener una alimentación rica en nutrientes apoyan la salud general y la de las encías.
5. En caso de progresión
Si la inflamación no cede, puede ser necesaria una limpieza profunda conocida como raspado y alisado radicular, por un profesional con conocimientos específicos en periodoncia.