Opinion

Coletazos de la elección en la CPE: la ratificación de un rumbo, pero la necesidad de hacer autocrítica y atender otros costados de la empresa más importante. Campaña y políticas públicas: el peronismo se juega todo, Juntos por el Cambio se desbanda.
En el Congreso Nacional, el debate por Ganancias expuso a representantes opositores de La Pampa a votar en contra de la misma promesa que su sector político sostiene desde hace años; en la Legislatura provincial avanza la nueva coparticipación, mechando búsqueda de consenso con ruidos y contradicciones.
Las decisiones que anunció Massa con respaldo del gobierno pampeano son buenas señales y parte de un camino que debió recorrerse desde hace tiempo; la pelea por la CPE empezó con moderación, pero ya se disparó hacia cruces de alto voltaje y disputas exacerbadas.
La designación de Verónica Campo en el Superior Tribunal de Justicia es el primer paso para darle aires nuevos al máximo organismo judicial, aunque también implica dudas e interrogantes; se viene una disputa electoral más en el cargado calendario 2023: un sector desafía los logros que la Lista Celeste exhibe desde hace décadas en la CPE.
La Corte Suprema de Justicia dio vía libre para que se liquide a La Pampa la coparticipación que le recortaron durante largos años, y por lo que pelea desde 2007; las medidas oficiales para aliviar a los sectores que peor la pasan eran inevitables, son insuficientes y además encuentran en el camino a sectores poco solidarios o con posicionamientos socialmente esquizofrénicos.
La paritaria provincial, acuerdo entre Estado presente y gremios representativos, ejemplo de madurez en una semana de cimbronazos e incertidumbres; el médico pampeano que trama las políticas sanitarias de Milei desnudó todo su desprecio por la Salud, el hospital público y los trabajadores y trabajadoras del sector.
La Legislatura provincial decidió transferir dos inmuebles a comunidades indígenas, con la resistencia del bloque de Juntos por el Cambio, en estas horas dispuesto a hacer campaña por Gerardo Morales, disimulando sus políticas racistas, extractivistas y violentas; el auxilio que pidió un niño violentado activó crueles recuerdos recientes y puso otra vez en primer plano la soberbia y la desidia de algún funcionariaje. 

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