Opinion

Otro planteo hecho desde la coherencia y un clima de persecución que asusta

El gobernador Sergio Ziliotto, elegido por sus pares para resumir los planteos ante el gobierno nacional que pisotea derechos, volvió a mostrar civilidad en la disidencia; la proscripción de Cristina no viene sola, sino rodeada de un contexto de violencia por parte de quienes manejan el estado y los medios del establishment.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

La Pampa demostró de modo cabal y palmario lo infundada que es la acusación de que reniega de un diálogo con el gobierno nacional y que se niega a participar del vínculo institucional que corresponde a un sistema democrático.

Elegido por sus propios pares a partir de la coherencia que mostró desde el inicio de la gestión libertaria y también merced a los atributos que la Provincia exhibe desde hace largos años, con distintos gobiernos, respecto de su situación financiera y administrativa, el gobernador Sergio Ziliotto fue uno de los que se sentó a la mesa de Guillermo Francos y la gestión de La Libertad Avanza.

La impresión es que el gobierno sólo quiere ganar tiempo y dilatar el vínculo con las provincias, ya que está muy claro el reclamo, desde hace largo tiempo, y cada vez más: los recortes inconstitucionales y la motosierra desbocada no sólo tienden a "fundir a las provincias", que fue el sueño húmedo que el presidente Javier Milei expresó en una reunión de gabinete, sino que llevan a las poblaciones al hambre y, sobre todo, se vulneran derechos de manera sistemática.

Allí hubo otros jefes de Ejecutivos provinciales, que a esta altura ya tienen bien comprobado que el llamado Pacto de Mayo fue una pantomima y que cada convocatoria que tiene el sello de Milei no es un encuentro de conversación genuina sino una cumbre repleta de falacias y forzada por la conveniencia, ya que a grandes rasgos el gobierno piensa que los gobernadores, como los legisladores, son ratas.

Como el ladrón cree que todos son de su misma condición, el régimen libertario les quita el respeto a los dirigentes que en vez de agacharse y traicionar convicciones o compromisos con el voto popular, sostienen el lugar que les corresponde, reclaman lo que sus provincias merecen y piden un básico respeto al sistema federal.

El caso de La Pampa es ejemplo fundamental: la Provincia decidió sostener su soberanía política y económica, acudiendo con reclamos judiciales y planteos públicos sobre el desembozado endeudamiento de Nación con nuestro territorio y nuestra población.

Pero eso no impidió que cuando el gobierno libertario lanzó su llamado Plan Canje La Pampa fuera la primera en la fila para cumplir con los deberes institucionales: cuando el ministro Luis Caputo comprobó que la Provincia, jurisdicción con histórico equilibrio fiscal, estaba desendeudada absolutamente y que en realidad el gobierno central estaba en deuda con ella, mandó el trámite a un cajón para castigar la independencia de criterio.

Durante el encuentro, los gobernadores Ziliotto, Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz), Raúl Jalil (Catamarca), y la vicegobernadora corobesa Myrian Prunotto también plantearon la necesidad de que el propio presidente abandone su manía de agresividad con cualquiera que se le cruce enfrente, lo cual alguna vez hasta pudo ser simpático, pero ya abre otro canal de preocupación que plantea el tema que viene.

…y una de arena…

El clima de persecución que se vive desde hace largas semanas, haciendo foco sobre sectores disidentes o en todo caso que no pertenecen al oficialismo de modo fanático, tuvo con la orden de detención de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner una vuelta de tuerca que convulsiona a la democracia.

La mirada institucional sobre lo resuelto por el impresentable triunvirato que cumple la tarea de una reducida Corte Suprema de Justicia es apenas uno de los costados que corresponde en un contexto en el que los arrebatos libertarios, el pisoteo de los derechos y las avanzadas constitucionales están a la orden del día.

Completan ese panorama, quizá de modo secundario pero aún así realmente incidente, el violento lenguaje presidencial, sus señalizaciones a troche y moche como si en vez de un presidente democrático siguiera siendo el payaso mediático que ocupaba lugar en los paneles de la televisión más berreta.

La aniquilación que se propuso el topo que pretende destruir al Estado desde adentro va en camino de vaciar no sólo las funciones elementales del gobierno y los poderes democráticos, sino incluso el uso de las palabras (empezando por la asociación entre "Libertad" y motosierra), hasta las formas de la actividad política.

Cuando Milei ya sea un mal recuerdo que se confunda con una pesadilla no sólo habrá que remontar programas ejemplares que están destrozando u organismos públicos defenestrados que solucionaban la vida de personas, sino también el rol del diálogo civilizado, de la posibilidad de disentir para construir.

La andanada desquiciada de Milei encuentra cultores que exacerban su fanatismo, por aquello de que así como hay más papistas que el Papa hay más fascistas que el facho, y entonces la convivencia se vuelve un verdadero peligro: lo sufrió hace semanas especialmente el colectivo travesti-tras, de la misma manera que en estas horas llueven los ataques sobre comunidades originarias o periodistas que merecen más odio que el que se ha podido lograr, según la lectura estatal.

También fue preso unas horas Juan Grabois, violentan jubilados con una crueldad muy naturalizada, hacen viajar cientos de kilómetros a personas discapacitadas para que se constate su condición y obviamente llueven burlas sobre el sector político que se siente representado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la dirigente más importante de la oposición política y posiblemente la máxima lideresa de la historia argentina.

Esa proscripción ocurre también en ese contexto de riesgo democrático, en el que se hace difícil creer en aquello llamado "Justicia", sobre todo si -como anunció el Grupo Clarín- es utilizada para conseguir lo que no pudo lograr el tiro que no salió del arma que apuntaba a la cabeza de Cristina, para sacarla de la cancha, como ahora hizo "la Corte".

Mientras tanto, los nuevos perritos falderos mediáticos del León, ahora que Mauricio Macri quedó hecho un Gatito mojado, se escandalizan en las pantallas del establishment mediático porque la señora que a esta atura ya tenía que terminar sus días vieja, sola y enferma, baila en un balcón, frente a multitudes que la aman.

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