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El ENACOM volvió sobre sus pasos con el millonario aporte no reembolsable que había habilitado de manera irregular para beneficio de una empresa privada y en perjuicio de la cooperativa de Castex; se frustró el trámite de Medanito Sur en el que Pampetrol había puesto altas expectativas.
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EL DIARIO digital
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Una de cal...
Se cayó durante la semana que se fue un aporte no reembolsable que por lo visto se tejió entre gallos y medianoche y que iba a significar un inaceptable privilegio para una empresa privada dedicada al negocio de la televisión por cable.
La advertencia oportuna de la Cooperativa de Eduardo Castex que alertó sobre la irregularidad en beneficio de la firma Difusora Castex permitió que el director pampeano que tiene el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), Alejandro Gigena, anunciara prontamente la marcha atrás con la injustificada normativa.
La operación, que había sido anunciada semanas anteriores por el mismo funcionario como una buena noticia para una PyME local, implicaba el otorgamiento de un subsidio de $13 millones a la firma cuya cara visible es el exfutbolista Lucio Gamaleri, pero se vino abajo al comprobarse que el trámite estaba flojo de papeles.
El otorgamiento de un beneficio de ese tipo, que estaba destinado a ser invertido en el tendido de redes que permitieran mejorar el servicio de Internet, implica necesariamente que alguna competidora en la región tenga que dar su aval para que se concrete, cosa que en este caso no ocurrió.
La Cooperativa de Castex ni siquiera fue notificada de la medida, como para que pudiera dar acuerdo a lo tramitado: esa situación anómala derivó en el inicio de un sumario, ante la sospecha de que hubo alguna artimaña fruto de aceitados contactos entre la empresa y alguna referencia en el ente nacional.
Gamaleri no es solo un empresario de la región, sino que además integra la Asociación Argentina de Televisión por Cable, una entidad destinada al lobby, y desde la cual las corporaciones -incluyendo especialmente al Grupo Clarín- también hacen su juego de presiones y tironeos ante los gobiernos de turno.
La Cooperativa de Castex, que brinda servicios similares a la empresa privada en esa ciudad, había hecho trámites ante el mismo organismo durante el macrismo y recibió solo negativas: le negaron cualquier tipo de apoyo y hasta le dijeron que un respaldo del tipo del que logró Gamaleri no estaba ni siquiera previsto en el caso de poblaciones tan grandes como la de Castex.
Por eso mismo la entidad solidaria tuvo que pedir un préstamo bancario para afrontar la inversión necesaria para cumplir con el mejoramiento de sus servicios: el insólito beneficio que se anunció para la empresa privada, ahora frustrado, terminaba de completar un círculo de injusticias.
La entidad solidaria no anduvo con medias tintas y advirtió que detrás de la maniobra era evidente que se escondía alguna práctica corrupta, por lo que se aguarda que la investigación interna que se ordenó en el ENACOM tenga, de ser necesario, derivaciones ante el Poder Judicial para que se esclarezca hasta qué punto llegan los tráficos de influencia.
…y una de arena…
También se cayó durante la semana que se fue la licitación para la explotación energética de la zona de Medanito Sur, que tantas expectativas había generado en el propio oficialismo, a partir de su promocionado objetivo de lograr la soberanía energética.
El destino final de ese trámite es una mala noticia: a instancias de la comisión asesora las autoridades de la empresa estatal Pampetrol tuvieron que declarar desierta la convocatoria, puesto que la única oferta no satisfacía las demandas básicas.
El director por la oposición Hugo Pérez había alertado tempranamente respecto de lo que interpretó como situaciones sugestivas, y especialmente sobre la falta de antecedentes de la única firma que se presentó en la frustrada puja de propuestas: Limay Energía S.A.
Cuando hizo sus primeras vociferaciones sobre el asunto, el oficialismo reaccionó entre el repudio y la indiferencia, incluso dando a entender que semejante pataleo era simplemente una puesta en escena en el marco de la campaña proselitista.
Aunque el gobernador Sergio Ziliotto fue cuidadoso cuando habló del tema y no lo dio por cerrado sino que, por el contrario, anticipó que se darían los pasos legales correspondientes y el trámite solo avanzaría si la documentación estaba como correspondía.
Efectivamente funcionaron los caminos institucionales, puesto que la sugerencia de la comisión asesora fue declarar desierta la licitación y de ese modo resolvieron las autoridades, pero la correcta administración de ese mecanismo no aleja la lamentable sensación de que una convocatoria que tantas ilusiones había despertado finalmente termina en el desánimo.
Cuando se inició el proceso, las autoridades de Pampetrol y del área de Energía de la Provincia expusieron notables expectativas, compartieron el llamado con numerosas firmas y empresas y no disimularon el particular entusiasmo en torno a lo que presentaron como un primer paso de un largo camino que todavía se prevé como exitoso.
El condimento de las advertencias de Pérez, que a la luz de los resultados merece ser atendido, es que alertó respecto de que el oficialismo estaba manejando de manera excesivamente centralizada la información, sin atender sugerencias y desechando algunos pasos vinculados con la transparencia.
En esta semana, el propio exdiputado llamó la atención sobre otra decisión que cree inconveniente: el llamado a una licitación para gestionar una estación de servicio en la localidad de Chacharramendi, con un presupuesto oficial que excede los $100 millones, y que las dos ofertas que hubo superaron con amplitud.
La advertencia del dirigente opositor es que no se justifica ese desembarco estatal puesto que hay una estación de servicio que después de un tiempo sin funcionamiento vuelve a ponerse en marcha con interés, y esa apuesta productiva podría derivar en un fracaso si el Estado se pone a competir.
