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EL DIARIO digital
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La disponibilidad de maquinaria para movimiento de suelo accesible al productor, sumada al desarrollo de geomembranas de polietileno de baja densidad, sistemas de bombeo solar y otras innovaciones, permiten un salto de calidad en la cantidad y eficiencia de los tajamares. Esto, a su vez, puede potenciar fuertemente la producción en esta porción postergada de nuestra provincia, tan vinculada a la identidad del pueblo pampeano.
La implementación del sistema de captación de agua de lluvia en tajamares impermeabilizados con geomembrana consiste en canales de derivación, un tajamar decantador y un depósito final. Este esquema permite evaluar el volumen potencial de agua captada, su aptitud para reemplazar el agua de perforación (con bomba solar) para consumo animal, y su eventual uso en riego suplementario de pequeñas superficies.
El oeste de La Pampa recibe en promedio entre 350 y 400 mm anuales de precipitación. La dependencia de agua subterránea mediante perforaciones es alta, con costos de instalación y mantenimiento significativos, además de vulnerabilidad a la variación del nivel freático. La cosecha de agua pluvial, bien diseñada, captura eficientemente la escorrentía y representa una alternativa sustentable y de bajo costo operativo.
A modo de ejemplo, un diseño típico contempla:
-Superficie de captación: 10 ha con pendiente moderada.
-Tajamar decantador: volumen útil de 2 000 m³.
-Depósito final con geomembrana HDPE: capacidad de 5 000 m³.
Considerando lluvias estándar de 30 mm y eventos extraordinarios de 40 mm:
Volumen captado por evento de 30 mm:
-Captación teórica: =3 000 m3.
-Ajuste por pérdidas 2 550 m3 útiles.
Volumen captado por evento de 40 mm:
-Teórico: 4 000 m³.
-Útil: 3 400 m³.
El consumo estimado para una vaca de 500 kg es de 50 L/día (0,05 m³/día).
Para 500 animales
-Consumo diario: 500 × 0,05 = 25 m³/día.
Si en un año se producen 10 eventos de 30 mm, el volumen total captado sería: 25.500 m3.
Autonomía de abastecimiento:1.020 días (2,8 años).
En ete escenario, la cosecha de agua puede reemplazar totalmente el consumo de agua subterránea para bebida animal en sistemas de hasta 500 cabezas, y permitir aumentos de carga donde la limitante principal sea la disponibilidad y calidad del agua.
Respecto del potencial uso de dicha agua para riego suplementario, el mismo podría aplicarse tanto para forestación como a producción forrajera. En este último caso, la alfalfa, por ejemplo, requiere 3050 mm por corte. Con 3 400 m³ disponibles en un evento de 40 mm, es posible regar hasta 8,5 ha por evento. Si se realizan tres cortes anuales, el sistema podría cubrir 2530 ha de alfalfa, lo que mejora la disponibilidad de forraje y posibilita aumentos en la carga animal. Estrategias similares pueden emplearse para maíz o sorgo, aplicando riego de arranque en campañas críticas.
En conclusión, la implementación de tajamares impermeabilizados transforma la lluvia en un recurso estratégico:
-Sustituye parcial o totalmente la extracción subterránea.
-Aumenta la resiliencia productiva frente a variabilidad climática.
-Reduce costos energéticos y de mantenimiento.
-Facilita la intensificación forrajera y ganadera.
Para lograr una adopción masiva de esta técnica en La Pampa, sería deseable contar con incentivos gubernamentales tales como:
1.Amortización acelerada fiscal: deducir en un máximo de 2 años el costo de instalación de canales, geomembranas, decantadores y depósitos.
2.Beneficios impositivos: reducción del impuesto inmobiliario rural para establecimientos que implementen sistemas de "cosecha de agua".
3.Financiación preferencial: créditos blandos para maquinaria de movimiento de suelo (pala mecánica, pala de arrastre, tractores) y para obras hidráulicas.
4.Asistencia técnica y capacitación.
En definitiva, la cosecha de agua en el oeste pampeano permite capturar entre 2.550 y 3.400 m³ por evento, suficiente para abastecer durante años el consumo animal y proporcionar riego suplementario estratégico. Esta técnica, con bajo costo recurrente, puede reemplazar la extracción subterránea y potenciar la producción forrajera en rondas de 25/30 ha anuales.
No se trata de una alternativa a considerar, sino de una solución lista para implementar. El Estado y los productores tienen la oportunidad, y la responsabilidad, de adoptarla de inmediato para garantizar la sustentabilidad y el desarrollo agropecuario de la región.
Mariano Fava- Ingeniero Agrónomo
(MP: 607 CIALP)
Posgrado en Agronegocios y Alimentos
@MARIANOFAVLP