Opinion

Derechos, políticas públicas, contradicciones y oportunismos

La visita del secretario Horacio Pietragalla: reconocimiento emocionante, desdibujada justificación de la represión, elogios para una ley paradigmática. Consejo de Género y relación entre oficialismo y oposición: la necesidad de salirse de la confrontación estéril que perjudica a la comunidad.

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EL DIARIO digital

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La presencia del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Conti, permitió poner en panorama algunas políticas públicas que se van arraigando y también una mirada sobre el futuro, en la necesidad de que toda la potencia del proceso de Memoria, Verdad y Justicia tenga un impacto concreto en las generaciones venideras.

En plena efervescencia de la película "Argentina, 1985" que refresca el juicio a las Juntas de la dictadura e impone la temática en distintos ámbitos con una mirada revisionista y emotiva, una de las ceremonias más conmovedoras de la visita del funcionario nacional resultó la entrega de legajos a militantes que fueron víctimas del terrorismo de Estado.

En la provincia se vive un proceso en el que algunas deudas pendientes del Estado empiezan a corregirse: el gobierno provincial ha reconocido recientemente a las personas que después del Golpe de Estado fueron prescindidas como parte de la persecución de la dictadura, mientras que los afectados directos esperan que como ha ocurrido en otras provincias esa situación se transforma en un resarcimiento concreto.

Además de esa presencia, Pietragalla firmó un convenio con el gobernador Sergio Ziliotto y presentó en sociedad el programa "Pasá la Posta", con la idea de que haya un trabajo social de divulgación de los Derechos Humanos, en un tiempo en el que -no es ningún secreto- parece haber más espacio para la réplica de los discursos de odio que para la garantía de derechos.

En ese marco no resultaron del todo convincentes sus explicaciones respecto de la represión estatal a comunidades mapuches, incluyendo especialmente mujeres y niños, en las últimas semanas: esa situación, que derivó por ejemplo en la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta como ministra de Mujeres, Diversidades y Género, no puede reducirse como explicación política a que se trató de una orden emanada del Poder Judicial.

El gobierno nacional patinó con esa intervención, sobre todo si una expectativa es diferenciarse de las políticas manoduristas de la gestión anterior, cuando Mauricio Macri y la entonces ministra Patricia Bullrich hicieron denodados esfuerzos por instalar y naturalizar la "Doctrina Chocobar", que implicaba una felicitación para malditos comportamientos policiales, como en ese caso puntual el respaldo a que un efectivo armado matara a una persona que no lo ponía en peligro.

Justamente en contradicción con esa postura, el secretario nacional no perdió la ocasión en esta visita de señalar como ejemplo la Ley de Seguridad Ciudadana del gobierno pampeano, un camino que aconsejó para el resto del país, puesto que la ley que terminó con las normas jurídicas de facto heredadas de la dictadura se caracteriza por su perspectiva de género y en Derechos Humanos.

Ese avance del gobierno provincial -respaldado a medias por la mayoría de la oposición, aunque con severos cuestionamientos- fue un paso positivo histórico, que solamente podrá ser entendido mirando el proceso en forma panorámica, y a veces es necesario que pasen años, y hasta décadas, para que pueda comprenderse el verdadero significado de ese tipo de políticas públicas.

…y una de arena…

La oposición política local aceptó que la primera reunión del Consejo Municipal de Género fue un necesario y positivo primer paso, pero sin perder el tono de confrontación que se viene exacerbando en la comuna, y que por lo que puede preverse continuará y se potenciará en los tiempos por venir.

El tardío encuentro de ese organismo es, en principio, bienvenido después de tanto retardo y en un contexto sumamente conflictivo, con la Dirección del área de Políticas de Género convulsionada desde hace tiempo por una serie de deficiencias y limitaciones.

También es un paso adelante que el Ejecutivo haya detectado la necesidad de extender la convocatoria a otros actores, más precisamente a organizaciones que tienen experiencia en el trato de la problemática, y que haya anunciado que abrirá más puertas para que también las disidencias y diversidades se vean contenidas.

En este nuevo marco es necesario que tanto la oposición como el oficialismo entiendan que su función es tomar decisiones y establecer políticas públicas en pos del bien común y tomando como objetivo solucionar inconvenientes que pueda tener la comunidad.

Para ello, tendrán que abandonar esa postura de guerra que privilegia las conveniencias, y que según la vereda de la que se trate prioriza críticas furibundas por el solo hecho de cuestionar, o posicionamientos a la defensiva que rozan la paranoia y que derivan en una soberbia cerrazón.

La puesta en primer plano de los enfrentamientos políticos (en realidad partidarios, o sectoriales, a veces hasta personales) en lugar del abordaje del fondo de la cuestión, lejos de enriquecer los debates sobre temas de necesaria discusión, "empiojan" el asunto hasta convertirlo en una estéril show de chicanas que finalmente ahuyenta incluso a los espacios que afectados de modo directo por lo que se resuelva.

El oficialismo no puede sostener que ha hecho todo bien en el área de Género, y las evidencias son incontrastables; del mismo modo que la oposición tiene que dar un salto de calidad para poder tratar el tema sin dejar siempre la impresión de que apuesta al puro oportunismo.

La misma situación cabe para otros temas: la puesta en escena que hizo el radicalismo para cuestionar ferozmente al sistema de Salud, por ejemplo, ignora algunos aspectos que estaría bien tomar en cuenta, sobre todo en una provincia que ha sido destacada por su abordaje de la situación pandémica, y que terminó incorporando a más de 1.500 trabajadores y trabajadoras.

Lejos está el sistema sanitario pampeano de ser una panacea, pero la falta de reconocimiento de algunos aspectos positivos de su funcionamiento, necesariamente pone en evidencia que esos planteos de la UCR tienen un muy fuerte padrinazgo de fundaciones que a lo mejor se mueven como peces en el agua en el territorio porteño, pero que poco manejan sobre otras latitudes, y que de paso olvidan que formaron parte de un gobierno reciente que degradó hasta la propia existencia del Ministerio de Salud.

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