Opinion

Un anuncio oportuno, que se caía de maduro

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Portezuelo del Viento: una historia con final relativamente anunciado y relativamente feliz.

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EL DIARIO digital

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El presidente Alberto Fernández se guardó hasta el día de su visita a nuestra provincia la buena noticia para la población pampeana: el gobierno nacional sostiene con convicción y contundencia la exigencia de realizar un estudio de impacto ambiental sobre la obra Portezuelo del Viento.

La decisión de la gestión nacional va a contramano de los intereses de la provincia de Mendoza, que pretendía un Laudo en su favor para que siguiera su curso el trámite que la jurisdicción cuyana pretendió continuar en los últimos tiempos, como si nada pasara (una expresión de miopía respecto de la realidad).

Hace tiempo está muy claro que Portezuelo del Viento es una obra inviable desde varios puntos de vista, entre ellos el técnico y el ambiental, pero que obviamente se extiende a lo político y económico.

La historia de este gobierno parecía haber empezado mal barajada, cuando continuaron los desembolsos de Nación para la construcción de la presa, lo cual en un primer momento disparó la destemplada reacción del ya exgobernador Carlos Verna, quejándose en Twitter porque "nos cagó un compañero".

En realidad, esos desembolsos fueron parte de la herencia que dejó el macrismo: una normativa que aseguraba el envío de los fondos independientemente de otros aspectos vinculados con el emprendimiento.

Ahora Mendoza da por hecho que, como ya se había especulado varias veces previamente, tendrá que usar ese dinero en otras obras, por lo que -como han señalado referentes de nuestra provincia en distintos ámbitos- no habrá que perder la atención puesto que las inversiones serán también en emprendimientos hídricos y/o energéticos que no hay que descartar que en algún punto afecten a nuestra provincia.

Si bien cabe una celebración por el anuncio presidencial, que asoma como una garantía de que sus primeras definiciones sobre el tema fueron coherentes, tampoco es para desplegar un eufórico festejo, puesto que se trata simplemente de cumplir lo establecido por las normativas y definir de acuerdo a lo que ya se caía de maduro.

Sí cabe señalar también en este caso el mérito de Nación de atender al reclamo justo y no basar su decisión, o extender especulaciones, con la calculadora electoral en la mano: Mendoza es una provincia realmente incidente en el mapa de votos del país y la definición seguramente no caerá simpática ni en su dirigencia ni en su población.

A la vez, La Pampa fue claramente la que encabezó los reclamos -primero a la vanguardia, siempre con razón, nunca desistiendo- y hoy hay otras provincias que acompañan su planteo, como Buenos Aires, Neuquén y Río Negro, que según vaivenes políticos y de conveniencia se ubicaron en una ribera o en la otra, pero que en este momento están claramente en la misma vereda que nuestra provincia.

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