Opinion

Entre el juego de la democracia y la máquina de impedir

El Senado dio un contundente rechazo al decretazo de Milei, que ahora está bajo la lupa de la Cámara de Diputados y también del Poder Judicial. El mismo día en que radicales reaccionarios y macristas puros se quejaban de que al presidente "no lo dejan gobernar", en la Legislatura pampeana, por primera vez, retacearon el quórum y frustraron la primera sesión del año.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

 

Una abrumadora mayoría del Senado de la Nación dio un mensaje contundente respecto del decretazo del gobierno nacional de Javier Milei, que aún así sigue vigente: el rechazo a esa normativa, cuestionada por sus efectos concretos pero también por sus métodos y por su inconstitucionalidad, deja demostrado que no vale todo.

La avanzada que logró Milei con ese DNU tiene alto impacto social negativo, porque derogó de facto varias legislaciones, algunas de ellas antiquísimas, otras aprobadas recientemente después de trabajosos acuerdos y consensos.

En algún punto, el DNU de Milei expresó el desprecio que tiene por la democracia, y que ha manifestado de otros modos: en cierta manera esa ofensiva fue un modo de decir que hay que pasar por encima de todas las reglas vigentes, y que nada de lo que precedió al propio Milei tiene sentido alguno.

Es obvio que es ese el modo en que se construye una Nación, aunque el gobierno nacional ha dado en ese sentido mensajes claros respecto de que no cree en ese tipo de organización, y por eso considera al Estado como una organización criminal, o más aún, como un pedófilo que está en un jardín de infantes y tiene frente a sí a los niños envaselinados contra la pared, según la metáfora de malísimo gusto que usó el propio presidente.

Ante ese desquicio, bienvenida sea la advertencia democrática institucional, además con una mayoría notable de quienes por esa misma razón vuelven a ser tratados como la despreciable "casta" que es la clase política, que si bien incurrió en los últimos años en múltiples agachadas, errores y trapisondas es paradójicamente la única que puede salvar a la ciudadanía de la imposición de un modelo que enaltece la injusticia y la crueldad.

Ahora el DNU será analizado en la Cámara de Diputados y Diputadas, donde no está claro cuál será su destino, puesto que los números aparecen más parejos y se han iniciado instancias de conversación y acuerdos, como corresponde a toda actividad política y pese a que los libertarios en el poder sostienen con hipocresía la falsa teoría de que no negocian con nadie.

Justamente porque desde LLA transan y rosquean, protagonizan componendas y proponen pactos es que representantes de Juntos por el Cambio aparecen en la vereda de quienes defienden el decretazo, aún contradiciéndose con sus propias prácticas: la senadora macrista Victoria Huala y el senador radical Daniel Kroneberger son parte de la minoría que eligió bancar el DNU, porque todavía privilegian la aparente pelea que están dando contra el peronismo/kirchnerismo en lugar de priorizar los efectos dañinos que ese decretazo intragable tiene sobre la comunidad.

En el largo camino del decretazo, puede aparecer próximamente también otra voz institucional necesaria: la Corte Suprema de Justicia tiene la capacidad de intervenir en alguno de los varios expedientes judiciales que se abrieron por cuestionamientos a distintos costados de esa normativa, que ya cosechó el rechazo del movimiento obrero organizado y una multitudinaria movilización que el 24 de enero advirtió que la elección del año anterior no fue ningún cheque en blanco.

 

…y una de arena…

 

Una de las justificaciones que se escucha desde la representación del macrismo puro y del radicalismo reaccionario para alinearse con Milei, como si fueran parte del libertarismo anti-estatal, es que al Presidente "hay que dejarlo gobernar".

Incluso la tesis tiene aspectos contradictorios y paradójicos: legisladores y legisladoras que tienen sus bancas a partir del voto popular, dicen que en lugar de representar al sufragio que los puso en esos lugares prefieren erigirse en delegados mileístas bajo la suposición de que los votos obtenidos en la segunda vuelta electoral del año pasado le otorgan derecho a todo.

Las comparaciones del DNU de Milei con otros anteriores en la historia no tienen ni siquiera posibilidad de empezar, porque nadie jamás incluyó en una normativa de este tipo semejante cantidad de asuntos y cuestiones, además de pasar por encima de leyes vigentes.

Y la naturaleza de cualquier DNU es clara: se vota el paquete completo, así que es a favor o en contra. Por sí o por no. Fue tragicómica en ese sentido la "defensa" del DNU que hizo el senador Luis Juez, quien dijo que en realidad era horrible y desastroso, incluso inconstitucional, pero llamó a relativizar ese "pequeño detalle".

La política no está exenta de contradicciones que a veces dependen de circunstancias y a veces de intereses, pero pocas veces coincidió en el tiempo y en la acción una situación como la de este jueves en que radicales y macristas pampeanos patalearon porque a Milei "no lo dejan gobernar" en el mismo momento en que en el territorio local el rejunte de bloques opositores se convertía en la máquina de impedir el funcionamiento del Poder Leguislativo retaceando el quórum.

Es la primera vez que pasa en la democracia pampeana que se impide de ese modo una sesión, pero además en la primera reunión ordinaria prevista para este año y para la nueva gestión: en este caso, incluso haciendo cuentas extrañas que nunca se habían ensayado desde mayo hasta esta fecha, la oposición sí pretende -como corresponde- hacer respetar el voto obtenido y no dárselas de representante de la mayoría que en mayo de 2023 reeligió a Sergio Ziliotto como gobernador.

Hay un costo político que se paga por ese tipo de conductas, aunque el más grave lo costo lo suele pagar la población que es destinataria de las decisiones que se toman en la Legislatura: en este caso el obstáculo opositor traba, entre otras cosas, el avance del financiamiento provincial de la obra pública, la concreción de jubilaciones anticipadas o la posibilidad de recaudar fondos para alimentar a sectores vulnerables a partir de la vigencia del aporte solidario obligatorio.

La rosca y la posibilidad de no dar quórum son, desde ya, parte del juego de la política, aunque también son dimensiones a atender la oportunidad y los argumentos que se usan para jugar esa ficha, que tampoco puede ser la misma todo el tiempo, y que es observada no sólo por la ciudadanía en general, sino también por otros actores políticos que incluso representan a sellos opositores, pero que no lucen tan de acuerdo con estas medidas porque viven en carne propia la realidad de la gestión y tienen un rol quizá más determinante que el de quienes parlamentan.

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