Opinion

Medidas de impacto popular y chisporroteos de campaña

Las decisiones que anunció Massa con respaldo del gobierno pampeano son buenas señales y parte de un camino que debió recorrerse desde hace tiempo; la pelea por la CPE empezó con moderación, pero ya se disparó hacia cruces de alto voltaje y disputas exacerbadas.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

Una serie de medidas oficiales del gobierno nacional, con banca de las provincias y el muy rotundo visto bueno de La Pampa en particular, sacudieron positivamente algunos ánimos y son claramente parte de un camino que debió haberse recorrido antes, incluso con mayor intensidad y convicción.

Los anuncios del ministro de Economía Sergio Massa, que es también el candidato presidencial oficialista, representan una buena nueva para sectores trabajadores: es una realidad tan innegable como insuficiente, ya que el más fuerte de los impactos ocurre en sectores que no son precisamente los más vulnerados de la sociedad.

La eliminación del impuesto a las Ganancias para quienes tienen ingresos inferiores a $1.700.000 mensuales desde ya que es bienvenida por empleados y empleadas a quienes alcanza la medida, que además cumple con la máxima interpretativa de que el salario no representa Ganancia.

Aún así es un beneficio que alcanza a sectores a los que no puede tildarse de privilegiados, pero que sí disfrutan de un buen pasar y que en el contexto general están bien acomodados: el saludo de las organizaciones gremiales se entiende porque además ha sido bandera de algunas organizaciones sindicales durante los últimos años, pero también es bueno advertir que falta demasiado para que pueda hablarse de una completa justicia social en el reparto de la torta.

Muy contradictorio es el papel penoso que en este caso cumple la oposición política, que agitó históricamente ese tema y propuso la eliminación de Ganancias como una de sus promesas de campaña en 2015: incumplió de tal modo que duplicó la cantidad de personas alcanzadas por ese tributo.

En estos días, ni bien Massa dejó trascender su idea, desde Juntos por el Cambio lo chicanearon en las redes sociales diciéndole que si se animaba lo hiciera ahora, o que mandara una ley para definirlo: cuando el ministro hizo exactamente eso, le llovieron incoherentes cuestionamientos, lo acusaron de estar haciendo proselitismo y anunciaron su voto negativo en el Congreso.

La Pampa saludó la medida, aunque afecte su presupuesto porque los fondos recaudados son coparticipables, aceptando la prioridad de que ese dinero se destine al consumo interno.

Aunque el monto implicado en la medida es menor, más extendido socialmente será el beneficio de devolución del IVA cuando se adquieren productos básicos, que llega de veras a sectores más necesitados y a trabajadores y trabajadoras de más bajos salarios: hay personas que con ese tope de devolución de $18.000 son capaces de hacer milagros para manejarlo como un verdadero incremento salarial no previsto.

Esa decisión sí que es claramente progresiva y a favor de los espacios populares: el pago del IVA, un impuesto que pagan de la misma manera millonarios e indigentes, es una de las situaciones tributarias más injustas, y merece una revisión más de fondo, que ya podría implicar un avance más interesante si ese tope al que ahora obliga la legislación puede modificarse para que el beneficio sea más importante.

…y una de arena…

La disputa electoral por la conducción de la Cooperativa Popular de Electricidad no demoró en meterse en la zona de cancha embarrada que estas líneas anticiparon para el caso de que las dirigencias de las dos veredas no supieran mantener cierta madurez y decoro elementales en esta instancia.

La puja democrática es bienvenida y puede resultar saludable aún cuando haya sectores que hubieran preferido la continuidad porque interpretan que la gestión no ha tenido manchas dignas de ser cuestionadas de este modo.

La sola existencia de una lista con nutrida participación, organización y referencias de múltiples sectores deja al desnudo que algo ocurrió en el proceso, puesto que es evidente que la Celeste no supo cautivar o contener a todos los espacios que tienen interés en la vida comunitaria de la institución solidaria.

A la conducción actual de la CPE le sucedió el lógico desgaste de tantos años en el ejercicio del poder de esa entidad, sumado a algunas desgracias (aunque con suerte, como el derrumbe del 1 de enero), a los planteos de diversos sectores que defienden sus intereses (a veces más genuinos que otros) y al aburguesamiento que puede provocar el hecho de que durante tantos años no hubiera rivales a quienes enfrentar.

Ahora asoma una disputa que amaga con tener cierta paridad y la falta de ejercicio para ese tipo de confrontaciones democráticas suele aparecer en pequeños grandes gestos, que de uno y otro lado tendrán que desactivar en algún momento, porque sea cual fuera al resultado la vida institucional continúa y el año que viene habrá elecciones otra vez.

El oficialismo defiende su gestión a capa y espada y vaya si tiene méritos para mostrar: por eso mismo quizá resulta innecesario meter en una misma bolsa a todos los sectores que comparten la lista lista opositora, o calificar a sus referentes según las conductas de algunos individuos, y además en comparación con un pasado que fue de veras oscuro y al que nadie propuso regresar.

La lista opositora, en su derecho de participar, demoró poco en caer en la crítica exacerbada, incluso llegando a la insólita acusación de que la Municipalidad ayuda de modo proselitista a la "campaña sucia" de la Celeste, cuando tan luego el principal referente del sector que se propone desbancar a la conducción actual es director de Turismo de la comuna.

La lista opositora también haría bien en presentar propuestas concretas y en explicar cómo se las rebuscaría, realmente, con semejante mezcolanza ideológica, con tal cóctel de intereses y de pertenencias para gestionar a la que es la cooperativa más importante de la provincia y la empresa más grande de La Pampa.

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