Opinion

Un Estado que apuesta fuerte y una economía bajo tensión

La semana que pasó tuvo varios hechos para rescatar puertas adentro de la provincia, a pesar de la gravísima crisis económica y social que golpea al país. Un repaso, con algo de opinión mediante, de los últimos siete días.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

"Somos un Estado presente y asumimos esa responsabilidad... vamos a seguir haciendo viviendas tozudamente", dijo el martes pasado el gobernador Sergio Ziliotto en la inauguración de nuevas unidades habitaciones del Plan "Mi Casa II" en Santa Rosa, donde también anunció otras obras públicas de relevancia para la zona este de la capital pampeana.

Palabras más palabras menos, eso mismo repitió también a lo largo de la semana pasada durante la inauguración de un nuevo albergue en Catriló y de un SUM en un colegio de Miguel Riglos. Una constante, al menos en ese aspecto, a lo largo de su gestión.

Esa misma política de estado se pudo ver en la entrega de cuatro ambulancias todo terreno para tres localidades del interior de la provincia con dificultades de accesibilidad. O incluso en habilitación de la red de fibra óptica que permitirá internet de alta velocidad en Carro Quemado, Lonquimay, Telén y Loventuel.

El Estado y la política dando respuesta a necesidades cotidianas, sobre todo después de un proceso en el que La Pampa fue abiertamente discriminada y tuvo que salir a afrontar bajo su propia cuenta una infinidad de contingencias.

Hoy, afortunadamente, la realidad es otra al menos en algunos rubros. En el marco del Plan Federal de Reconstrucción del Sistema de Salud, por ejemplo, el Ministerio de Salud de la Nación dio a conocer que adquirió y distribuyó equipamiento clave por más de mil millones de pesos para diversos hospitales de la provincia.

Un Estado que apuesta fuerte se convierte, con el paso del tiempo, en un cristal donde puede visualizarse la relación que supo construir frente a las demandas y a las necesidades de la sociedad.

El modelo pampeano -con esa "sinergia" entre lo público y lo privado, como le gusta repetir al gobernador Zilioto- se vio también durante el desarrollo de una nueva edición de la ExpoPymes realizada el fin de semana pasado en el autódromo con sede en la vecina localidad de Toay.

Según un relevamiento que hizo la Agencia I-Comex durante las rondas de negocios internacionales que se hicieron, las empresas pampeanas negociaron y comercializaron con importadores extranjeros por unos 2,5 millones de dólares. Esa cifra se suma a los 9.000 millones de pesos obtenidos a través del Compre Pampeano.

Tal cual rezan los libros, la intervención del Estado en las economías de mercado crea -como se puede ver en esta ocasión- una especie de sistema de economías mixtas donde se combinan elementos de las economías de mercado con las economías planificadas para que el bien común sea una prioridad por sobre los intereses de los sectores formadores de precios.

… Y una de arena

En contrapartida con lo que sucede en La Pampa, la fuerte tensión en la economía nacional amenaza a un altísimo porcentaje de la población que, día a día, ve como el futuro inmediato de su economía corre un serio riesgo de empobrecimiento.

El dólar que parece no tener techo, una inflación que crece mes a mes a niveles que no se sufrían en el país desde hace al menos tres décadas y una fuerte interna política (siempre las internas políticas) fueron el combo para que el Presidente de la Nación decidiera dar un paso al costado y anunciara que no competirá por una eventual reelección.

La Argentina actual -y esta vez sí la de la última década- no es más que el resultado de una secesión de errores propios que trascienden cualquier modelo, no importa su visión acerca del mercado, la política o la relación con el mundo que la rodea.

Hay una foto panorámica que es incontratable ante cualquier relato: 19 millones de personas que viven debajo de la línea de pobreza, casi 4 millones de indigentes que no logran alimentarse cada día, una informalidad laboral que alcanza al 43% de los trabajadores, planes sociales que solo disfrazan los niveles de desocupación, salarios que se desploman frente a una moneda que ya no vale casi nada y una deuda pública que se volvió insostenible.

Es tan caótica la situación económica, política y social que no solo afecta a los niveles más bajos de la sociedad. También tiene impacto en sectores que siempre suelen estar en los niveles más alto de la rentabilidad. Ese caso paradigmático lo representan las estaciones de servicio que con una actualización asegurada del 4% mensual de acá al mes de agosto dicen que ya no son "rentables".

Ni hablar de la situación desesperante que acorrala a los inquilinos y a los propietarios, con una ley que desde el arranque se sabía que no iba a funcionar, pero que hoy -frente a la crisis reinante- aparece como el mal menor. El mes de mayo tendrá un impacto histórico, con una actualización anual que superará el ciento por ciento.

Por todo esto, y mucho más, en la semana que pasó la Confederación General del Trabajo tuvo que salir de su postura complaciente y advertirle a la clase política y a los sectores formadores de precios sobre el alarmante deterioro social y económico.

Para la CGT los índices de inflación y pobreza deben "encabezar las prioridades" para la adopción de medidas y acciones "urgentes". Lo que la central obrera quiere decir es que ya no hay margen. Que ya no quedan valores para trastocar. Y en el horizonte, hay que lamentar, no aparece absolutamente nada.

Encima, el consenso político, económico y social -la base de cualquier programa de gobierno necesario para semejantes niveles de crisis- está tan lejos como la responsabilidad de cualquier dirigente actual con aspiraciones a querer gobernar el país.

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