Reaparición de campaña y palos en la rueda senatorial

…y una de arena…

La puja electoral, así como es inevitable y deriva en el acto democrático más importante que es la elección de las autoridades por medio del voto popular, incluye algunos comportamientos en ese proceso que, paradójicamente o no tanto, perjudican a la comunidad y a la ciudadanía.

En ocasiones, en tiempos proselitistas, la andanada de intereses sectoriales y partidarios suelen privilegiarse respecto de las necesidades populares, a partir de consejos estratégicos de quienes arman las campañas o de la falta de grandeza de quienes tienen funciones dirigenciales.

En la semana que se fue, se le hizo imposible al Senado nacional tratar dos normativas que se han explicado como vitales para la continuidad institucional de la Argentina, y que los propios dirigentes opositores en algunos casos han destacado como fundamentales: la Ley de Alcohol Cero y la Ley Lucio.

Uno de los principales agitadores de una de esas propuestas fue el pampeano Martín Maquieyra, quien como diputado nacional hizo el intento de sacarle provecho político al infanticidio y se quejó porque el llamado a extraordinarias no había incluido la ley que él mismo consensuó con otros proyectos que se habían elaborado en el mismo sentido.

Sin embargo, a la hora de la verdad, la oposición de Juntos por el Cambio prefirió no dar quórum e impidió concretar ese trámite que desde lo discursivo sostenían como un imprescindible avance: Maquieyra no lució esta vez tan enojado con sus propios socios aliancistas, quizá porque -como ya se escribió líneas arriba- lo que se ha puesto en primer plano es el fogoneo de la candidatura de Larreta.

Mientras tanto la situación de Lucio sigue por otros carriles: decidida la condena judicial, en la Cámara de Diputados y Diputadas hay presentaciones para indagar en el rol de las autoridades judiciales que definieron en su momento la guarda del chico. Solo el tiempo demostrará si es una avanzada demagógica o un deseo de conocer la verdad, y en ese caso si hay indicios que permitan sacar conclusiones.

Los reclamos populares para que se haga justicia, en tanto, se desvanecieron en el mismo ritmo en que el caso se fue politizando, y eso incluso dejó algo apartados de las demandas de la comunidad al padre y al abuelo de la víctima, que esta semana se fotografiaron viendo un partido en la cancha de Boca.

Por otro lado, la Ley de Alcohol Cero es un ejemplo de lo que se mencionaba en las líneas previas: La Pampa activó rápidamente la decisión de convertirla en una normativa fronteras adentro, se sancionó y se puso en marcha, incluso con adhesiones municipales que permiten que ya sea una realidad.

También en ese caso hay una cara visible de nuestra provincia, Silvia González, aunque en ese caso, y en nombre de la Fundación Estrellas Amarillas, muy decidida a hacer realidad una ley que considera imprescindible para salvar vidas.

En el nivel nacional, en cambio, su postergación es una suerte de misterio, que no se sabe si obedece solo a la práctica habitual de la oposición de ponerle trabas al avance de distintos temas que tienen impacto en la comunidad, o si se trata de otra victoria del lobby de los sectores poderosos -en este caso, las empresas bodegueras- que ostentan su éxito para convencer de sus conveniencias a quienes en teoría son los "representantes del pueblo".