Opinion

Final para una aventura apropiadora y punto inicial de nuevos desafíos

El laudo presidencial clausuró las andanzas de Portezuelo del Viento, aunque Mendoza no sale de su lógica cuatrera; el año se cierra con algunas buenas noticias y los ecos de la fiesta mundialista, pero resultó complicado y cuesta arriba y resulta imprescindible que 2023 ponga freno a la crisis con medidas esperanzadoras.

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

Una de cal...

El laudo del presidente Alberto Fernández terminó de arrojar al tacho la aventura apropiadora de la provincia de Mendoza, que sin consultar al resto del país y en especial a las provincias directamente afectadas pretendía seguir adelante con la inviable obra de Portezuelo del Viento.

Aunque poco a poco ese destino de fracaso se veía venir, fue en esta semana que se fue que la decisión nacional redondeó una gestión institucional pampeana altamente destacable, que se caracterizó por la insistencia de la lucha, por la incuestionable argumentación en ese desarrollo y por haber sostenida esa coherencia como política de estado, salteando los gobiernos y personas a cargo de los trámites en consecuencia.

También permite redondear que el presidente, en cuya gestión se ha caracterizado por vaivenes y contramarchas, en este caso puntual cumplió con su palabra y fue coherente no solo con lo que él mismo fue planteando al referirse al tema, sino con lo expuesto en las distintas instancias.

Está visto y comprobado no solo en la mirada dirigencial sino de la comunidad que la administración Fernández no ha sido precisamente un éxito y debe su alicaída imagen a las deficiencias y limitaciones de su gestión, pero eso no impide que cuando se haga el balance un asterisco cite algunos logros concretos e innegables para nuestra provincia, ya sea con políticas públicas que la beneficiaron o con recursos que aliviaron su andar.

Portezuelo del Viento hace rato que es una obra inviable desde varios puntos de vista (económico, político, ambiental) pero se sostuvo porque un pacto entre Mauricio Macri cuando era presidente y el radical Alfredo Cornejo que quiere volver a ser gobernador potenció la idea de ese negocio, aun cuando se afectara muy claramente al río Colorado que llega a nuestra provincia.

Mendoza ya se apropió del río Atuel y sometió al oeste pampeano a una sequía que implicó éxodo, muerte y parálisis productiva: naturaliza ese despojo, también porque el Poder Judicial no aplica de modo más coherente y severo la necesidad de que la provincia cuyana cumpla con el fallo de la propia Corte Suprema de Justicia que la obliga a garantizar que el recurso hídrico ingreso a La Pampa con un caudal de 3 metros cúbicos por segundo.

La respuesta de la dirigencia mendocina tras el laudo presidencial es una demostración de la lógica que impera en el poder político de esa provincia respecto de este tipo de situaciones: sin distinción de banderías, a uno u otro lado de la grieta, no solo niegan la realidad sino que se atreven a denunciar una supuesta "mala fe" del gobierno pampeano, que no es solo el gobierno sino su ciudadanía en pleno, y que lo único que ha hecho es defender derechos básicos.

El tema parece clausurado y ya no se discute más: Mendoza conservará el privilegio de gastar a su antojo los más de 1.000 millones de dólares destinados originalmente a una aventura sin sentido, aunque a La Pampa le queda el alivio de que se le puso una barrera a la tentativa cuyana de apropiarse otro río.

…y una de arena…

La novedad de Portezuelo resultó una buena noticia para que La Pampa cierre el año con cierta satisfacción, tal como ocurrió en general en los niveles populares con la fiesta que disparó el campeonato mundial de fútbol, que se vivió como una alegría colectiva y el premio a un trabajo serio y en equipo.

La realidad es que ese bálsamo de fin de año coronó un período que no fue precisamente propicio y feliz, fundamentalmente para los sectores populares, que atravesaron dolores, imposibilidades, incertidumbre y constantes golpes al bolsillo con una inflación galopante que distintos equipos económicos no pudieron sostener.

La provincia se caracterizó por la posibilidad de intervención estatal para sostener algunos funcionamientos básicos de su economía, emparchando en los sectores que más padecen, o utilizando la herramienta del banco provincial para que el comercio y las pequeñas y medianas empresas resistan la tormenta.

Pero aún así se padecieron complejidades profundas y extendidas, que además no fueron las únicas, porque el escenario también demostró peligrosos avances antidemocráticos, que alcanzaron su paradigma con el atentado fallido contra la vicepresidenta y el obsceno despliegue de comportamientos de una mafia integrada al menos por sectores del Poder Judicial, espías, funcionarios del PRO y empresarios mediáticos.

Esa conformación de una suerte de Estado paralelo, mechada con la incapacidad dirigencial para solucionar problemas de fondo, también es caldo de cultivo para las opciones políticas de ultraderecha fascista, que para mayor tristeza e incertidumbre florecen también en sectores juveniles.

Ese tipo de fenómenos suelen demorar en "derramar" en la provincia, pero sería oportuno no perderlos de vista, porque su crecimiento en torno al resentimiento es una bomba de tiempo, aun cuando en La Pampa el año también arrojó aspectos positivos (paritarias estatales muy a la altura de las circunstancias, una aparición notable de cooperativas de trabajo, el regreso a la construcción de viviendas sociales como era histórico, la lucha por Memoria y Verdad).

Más allá de las alegrías del cierre, el año cerró también en nuestro territorio con cuentas pendientes y tristezas, desde los femicidios que impactaron en el principio de año hasta la imposibilidad de dar respuesta completa a los índices de pobreza e indigencia.

La crisis no aguanta más y 2023 tendría que ser punto inicial no solo de nuevos desafíos sino de perspectivas más esperanzadoras, que no se agoten en las promesas de campaña o en compromisos discursivos, sino que se traduzcan en medidas concretas y realidades palpables, que necesariamente tienen que empezar por un logro: que alimentarse de manera básica no sea una quimera inalcanzable.

También te puede interesar...