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Control de malezas en cereales de invierno

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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El control de malezas en cereales de invierno con destino a cosecha de grano es un tema delicado para tratar, pues la mayor cantidad de moléculas registradas para ello pertenecen a la familia de las "hormonales". Estas presentan una cierta restricción de uso, según el estado fenológico en el cual se encuentre el cultivo. Así mismo, es importante conocer también el tamaño de la mala hierba, ya que a medida que esta envejece, más resistente se torna a los defensivos agrícolas.

La "ventana de aplicación" de los herbicidas hormonales en postemergencia del cultivo para cereales de invierno va desde inicios de macollaje hasta el fin del mismo. Este último momento (fin de macollaje) ocurre en la provincia de La Pampa aproximadamente entre el 15 y el 25 de septiembre, dependiendo de la variedad empleada y la fecha de siembra escogida. Hacer intervenciones con alguna herramienta química antes o después de esta ventana de aplicación mencionada implica recurrir a moléculas específicas, a los efectos de no afectar negativamente el cultivo tratado.

Las malezas compiten con las especies comerciales por nutrientes (agua, minerales y luz), disminuyendo el potencial productivo, perjudicando económicamente al empresario rural. Resulta pues de vital importancia para una buena performance mantener los potreros libres de "malas hierbas" que quiten estos recursos.

A su vez estas especies invasoras pueden generar problemas al momento de la trilla o pérdida de calidad comercial si no son erradicadas en tiempo y forma. Un ejemplo de ello sería un trigo colonizado por "flor amarilla" o "trébol de olor", ambas especies son portadoras de un fuerte olor característico, el cual impregna a la semilla de trigo cosechada siendo motivo de penalidad o incluso de rechazo comercial del lote.

Teniendo en cuenta la diversidad de herbicidas recomendados para utilizar en trigo o cebada y el bajo costo de estos, si se los compara con los agroquímicos para otros cultivos, no se debe dudar en el momento de emplearlos.

Las malezas más importantes para los cultivos de invierno son (mencionadas por su nombre "vulgar"): enredadera anual, sanguinaria, flor amarilla, nabo, quinoa, cardo, trébol de olor, avena negra o avena fatua, etc. Más recientemente, con la diseminación y multiplicación de malezas tolerantes o resistentes a glifosato, a la lista anterior se le adicionaron otros individuos como la ortiga mansa, la bowlesia y la rama negra, complejizando y encareciendo cada vez más los caldos de pulverización.

Si bien en la provincia de La Pampa todavía no se han hecho presentes otras especies como "la nabolza" y el raygrass" resistente a glifosato, en los ambientes donde sí están presentes representan un gran dolor de cabeza, que eleva los costos de producción de manera muy sensible.

Debido a la variedad de malezas que afectan al cultivo de trigo y cebada, es muy difícil lograr controlar eficientemente todo con un solo producto químico. Por lo tanto, deberemos recurrir a la combinación o mezclas. Esto también permite evitar el desarrollo de biotipos resistentes a un herbicida en particular, manteniendo las tecnologías (principio activo) vigentes por mucho más tiempo.

El período crítico para el control de las especies vegetales no deseadas en cereales de invierno varía. Hay veces que debido al alto grado de infección que posee el potrero debemos recurrir a controles tempranos, entre 3 a 5 hojas visibles del cereal, en otras ocasiones conviene demorar la aplicación. Por la fecha del año en que estamos, nos vamos a concentrar en los tratamientos a los que posiblemente nos enfrentemos en breve y que son los siguientes:

1.Tratamientos en diferenciación de espiguillas.

2.Tratamientos atrasados.

Los tratamientos en diferenciación de espiguillas son los que se hacen desde inicio a fin de macollaje. Son los que más comúnmente se realizan. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas particularidades. Esta ventana de aplicación tiene una duración variable según el ciclo del trigo. Es así como en una variedad ciclo corto este periodo es de apenas 10 días, mientras que en un ciclo largo puede llegar a un mes.

En esta fase fonológica el cultivo tolera herbicidas hormonales, del grupo de los fonóxidos (básicamente 2 4 D). Debemos de ser muy cuidadosos, porque si lo aplicamos pasado este período, por ejemplo una vez iniciada la encañazón (formación del primer nudo), podemos perjudicar el trigo gravemente.

En caso de que debamos hacer un tratamiento atrasado, es decir ya iniciada la encañazón del cultivo, se deberá recurrir a otros tipos de herbicidas, entre los que se mencionan MCPA, fluroxipir y clorpyralid.

Un caso aparte es el tratamiento de la avena negra o avena fatua. La misma por ser una gramínea requiere de un tipo de herbicida muy específico para esta maleza. Es una molécula costosa, de alrededor de 20 dólares o más la dosis por hectárea. Este defensivo conviene aplicarlo solo, ya que la experiencia demuestra que aplicarlo con otros herbicidas puede afectar el rendimiento del cultivo. La avena fatua tiene dos tandas o cohortes de nacimiento, una con el pico de emergencia en junio y otra en agosto, con lo cual hay que ser muy prudentes al momento de elegir la fecha de intervención para abarcar la mayor cantidad de individuos nacidos.

Resumiendo y para finalizar diremos que si se debe hacer una aplicación de herbicidas en trigo y/o cebada es importante que se consulte a un ingeniero agrónomo, de manera de usar la mejor combinación y dosis de herbicida según el espectro de malezas y la etapa de desarrollo del cultivo, a los efectos de lograr el mejor control posible al menor costo y con mínimo impacto en el ambiente.

(*) Mariano Fava - Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP

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