El Senado reivindicó los intereses de las provincias y de los sectores que tienen más necesidades sociales, a partir del diálogo entre distintos sectores políticos; la violenta reacción del poder libertario ratifica sus tendencias contra la institucionalidad republicana y reafirma que la democracia está en riesgo si desde la cúspide del poder se promocionan la violencia y el desquicio.