Opinion

Algunos claros avances entre tensiones y enfrentamientos

La Municipalidad es caja de resonancia de demandas de la comunidad y de posicionamientos preelectorales: el conflicto en Género, el reclamo de "explanes", la aprobación de la Empresa Municipal de Alimentos pese al obstáculo opositor, en un clima de constantes cruces de dudoso provecho para la población.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

El Ejecutivo de la Municipalidad de Santa Rosa finalmente convocó a una reunión del Consejo Municipal de Género, tal como se le venía reclamando desde distintos sectores y como se caía de maduro que tenía que ocurrir, no solo por la necesidad coyuntural de afrontar los conflictos que se dispararon en el área sino también para cumplir con un compromiso de campaña.

El llamado se completó con un encuentro entre el oficialismo y las trabajadoras que venían agitando reclamos legítimos desde hace varias semanas: esa cumbre, postergada por una u otra cosa, es un paso en la búsqueda de alivio, también porque hubo una serie de acuerdos entre las partes en medio de los inevitables tironeos.

Las tensiones no han sido disipadas, para nada, pero el camino hacia una posible conciliación parece marcado, o al menos el clima aflojó en algo respecto de la realidad que tenía lugar hasta antes de que estos encuentros se hicieran realidad.

También en el cuerpo legislativo hubo espacio para que el bloque del Frente Justicialista Pampeano escuchara lo que tienen para decir trabajadores y trabajadoras que fueron durante largos años "planes", y que ahora reclaman simplemente que se les reconozca la antigüedad de aquellos años en que padecieron el "negreo" por parte del Estado.

La viceintendenta Paula Grotto limitó su compromiso a anunciar que transmitiría las inquietudes -de todos modos muy conocidas públicamente- al intendente Luciano di Nápoli, aunque el Ejecutivo ya ha dado mensajes suficientes respecto de que le es imposible, desde el punto de vista financiero, acceder a esas peticiones en este momento.

Empleados y empleadas han hecho saber que bien podría tratarse el tema y establecer un mojón que permita hacer frente a la demanda a partir del año que viene, por ejemplo.

Mientras tanto, también se descomprimió en algo el conflicto a partir de que se abrieron las puertas del oficialismo para sostener una conversación.

A veces, quien ejerce el gobierno descubre en cada crítica o cada exigencia una conspiración y así termina por hacerse daño a sí mismo, puesto que se pone a andar una lógica de competencia y confrontación de la que después se hace muy complicado salir.

La Municipalidad está en estas últimas semanas en el centro de escena y el Concejo se ha convertido en caja de resonancia de ese y otros planteos: por un lado es la lógica expresión de la comunidad en un ámbito que le pertenece y en el que puede canalizar sus demandas, y por otro lado es indisimulable que la actividad proselitista ya está metiendo la cola y la capital provincial es un ámbito especialmente apreciable para los partidos políticos.

Los cruces mediáticos de esta semana no han sido precisamente amables entre el oficialismo y la oposición, puesto que no se adivinan en ese fuego cruzado de mutuas acusaciones comportamientos, propuestas o conductas políticas que impliquen alguna consecuencia positiva para la población de Santa Rosa, a la que en teoría se deben.

…y una de arena…

En ese contexto, la creación de la Empresa Municipal de Alimentos que aprobó el Concejo también se prestó para dimes y diretes entre las partes, que asoman como los primeros pasos de una serie de enfrentamientos proselitistas por venir.

El asunto es hasta qué punto los posicionamientos políticos son genuinos y resultan el fruto de lo que se piensa y hasta qué punto son conductas oportunistas que buscan conveniencias partidarias, sectoriales y a veces hasta personales.

La creación de esa empresa, atada al futuro funcionamiento del Mercado Concentrador, es claramente un paso adelante para la capital provincial y sus objetivos de fondo y expectativas profundas lucen como una posibilidad de regular -siempre relativamente- el mercado de la alimentación, que tiene precios prohibitivos porque los grandes oligopolios del rubro persiguen exclusivamente su aumento de rentabilidad.

La oposición, como ha hecho con otros temas de interés para la ciudad, prefirió poner palos en la rueda bajo el pretexto de que la información oficial sobre el asunto fue insuficiente o no alcanzó a dejar satisfechos a concejales y concejalas.

Ese comportamiento ha generado una virtual alianza no ya solo entre el Frente Pampeano y el PRO (coalición que imita la que se generó en el nivel nacional) sino también con el tiernismo, que indisimuladamente coquetea con ese espacio a partir de que los alineamientos centrales que "derraman" desde Buenos Aires establecen esa posibilidad.

La "grieta" en el Concejo establece una lógica de funcionamiento que toma por rehenes a las dos partes, porque ciertas confianzas del inicio de la gestión y algunos códigos en común que se respetaban, quedan en esta instancia desdibujados por los movimientos que ponen en el centro de la escena las elecciones que se vienen.

A la vez, resulta más sencillo desde la oposición subirse a los reclamos de diversos sectores, como ha ocurrido últimamente con los "explanes", que atraviesan esa situación de precariedad e injustica no desde el inicio de la actual gestión, sino desde mucho tiempo antes.

No es ninguna novedad que las reglas de juego implican que el oficialismo sea el que tiene las mayores responsabilidades, justamente porque para tomar decisiones lo eligió el voto popular, y por lo tanto no le cabe el derecho de quejarse de esos planteos, aun cuando puedan agitarse desde la demagogia.

El oficialismo interpreta que a veces obtiene ganancia política cuando la oposición se convierte en "máquina de impedir", como ocurrió por ejemplo cuando se desarrolló en Santa Rosa la Fiesta Nacional del Teatro.

Pero esa consideración no puede ser la misma frente a todo tema y a cualquier circunstancia, porque a veces es comprensible que las representaciones de otros partidos quieran conocer determinados proyectos más a fondo, o tengan planteos que hacer, además de las recurrentes alusiones a la falta de transparencia por parte del Ejecutivo. 

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