Opinion

Una perspectiva positiva con socios orientales y una oposición enfrascada en su negativa

El desembarco de una comitiva china con la idea de potenciar vínculos políticos y comerciales abre la puerta a una esperanza en medio del negro presente libertario, mientras en la Legislatura la oposición se niega a que un minoritario sector más ricos de la provincia ponga un poquito de su hombro para atender la necesidad urgente de los espacios menos favorecidos.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

El gobierno provincial abrió sus puertas a una visita comercial de peso, que despierta expectativas y permite proyectar: el embajador chino llegó acompañado de cinco empresas de ese país oriental y aparecen perspectivas posibles para la inversión y la producción, en un contexto de país que va para otro lado.

El diseño de políticas públicas de Javier Milei no sólo es un ataque a la industria, a la producción en general y al consumo interno, sino a la posibilidad de alianzas con otros espacios y miradas que no sean las de sus amados empresarios representantes del imperio norteamericano, que suelen hacen hincapié en la tecnología y el negocio financiero.

Esas son las "inversiones" que trama el gobierno nacional con su Ley Bases, que tiene entre sus herramientas predilectas el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones), una suerte de regalos que Argentina le otorgaría a las firmas dispuestas a explotar los recursos naturales, terminar con la industria local, destripar la mano de obra y de paso no pagarle impuestos al Estado.

Esta misma semana un informe alertó sobre el impacto de esa medida en nuestro propio territorio: nada distinto podrá ocurrir en La Pampa, que no es una isla, de lo que sucederá en el resto del país cuando termine el plazo de ese inconcebible obsequio a las grandes patronales multinacionales, si es que legisladores y legisladoras de otras fuerzas políticas aceptan agacharse ante la ofensiva libertaria.

Mientras tanto, el gobierno en pleno del gobernador Sergio Ziliotto hizo una movida cargada por ahora de volumen político y simbolismos para recibir a la delegación china, pero lógicamente se abre una esperanza de que las ilusiones productivas se puedan concretar en el mediano plazo.

El Ejecutivo tendió una alfombra roja a la comitiva encabezada por el embajador Wang Wei, con la idea fija de fortalecer lazos políticos y comerciales entre el país asiático y la Provincia, y con presencia de representantes de cinco empresas que se interiorizaron sobre las condiciones para invertir en La Pampa (Huawei, GoldWing, LiuGong, ICBC, Shanghai Electric Power).

Aunque no hay aún referencias detalladas, el propio gobierno difundió que el principal interés de inversión se concentra en el sector energético, además de que se están explorando oportunidades de inversión en sectores como las comunicaciones, los servicios y las industrias, difundió el gobierno.

Puede haber una contracara también positiva de esa relación: La Pampa ve en China un mercado al cual abastecer con productos, sobre todo vinculados a la alimentación, y especialmente el mercado asiático tiene intereses en la industria cárnica y la de las oleaginosas.

Obviamente que se trata apenas de un primer paso, en el que además puede imaginarse que el rol de la provincia necesitará de algún tipo de acompañamiento de otras instancias, pero en un contexto de permanentes malas noticias y discursos que ningunean el rol del Estado, el vínculo es un contraste porque trae buenas perspectivas y reivindica la función que puede cumplir la comunidad organizada en un gobierno.

…y una de arena…

La Legislatura analizó esta vez a fondo el proyecto del Ejecutivo para recaudar fondos que permitan afrontar la emergencia alimentaria que potencian las políticas públicas del gobierno libertario, y que son un especial ataque a los sectores que menos posibilidades económicas tienen.

El oficialismo bautizó como Aporte Solidario Obligatorio una suerte de impuesto temporal, que se mantendría por apenas medio año, pero al que la oposición más virulenta le cerró la puerta enseguida, con argumentación variada y diversas, pero entre la que tienen enorme peso las excusas y la mirada de clase.

El Ejecutivo afrontó el tema muy a la altura de las circunstancias, convencido de su propuesta y con presencia de representación de los distintos ministerios, llevó información concreta, hizo el esfuerzo de la transparencia y reclamó a la oposición que pusiera en la balanza reales prioridades a la hora de tomar una decisión.

La razón para el surgimiento de esta idea es el hecho de que los recortes de Nación no sólo impactan en los bolsillos de las personas de carne y hueso, sino también en las cajas provinciales: la deuda que tiene el gobierno central es superior a los $30.000 millones y por lo tanto se vuelve imprescindible recaudar fondos que permitan mejorar la alimentación de los sectores sociales más castigados.

De modo dogmático, y como si las realidades no fueran dinámicas sino eternas, un sector de la oposición rechaza la posibilidad de generar otro impuesto aunque sólo dure 6 meses y aunque alcance a una ínfima porción de la población, la más acomodada económicamente, y en ningún caso a sectores productivos o del trabajo.

El impuesto transitorio alcanza al sector financiero, al negocio de los juegos de azar, a los propietarios de vehículos de alta gama o de cinco inmuebles o más en el sector urbano y a los funcionarios y funcionarias de los tres poderes: la discusión del proyecto incluyó algunos destinatarios respecto de la idea original y evitó a trabajadores y trabajadoras de la administración que cobran los sueldos más altos.

La oposición repite argumentos en los que posiblemente le asiste algo de razón: exige mayor austeridad en los cargos políticos, achicar el número de puestos para los socios políticos, o patear para adelante alguna obra pública que no asoma como imprescindible, pero aún cuando esos planteos puedan ser atendibles, no alcanzan a explicar la negativa a que una pequeña porción muy rica de la población pampeana brinde un gesto concreto en este presente que sólo parece anunciar malas noticias para los sectores populares y al mismo tiempo una perspectiva de grandes negocios a quienes ya tienen "la vaca atada".

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