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Más vale tarde

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El homenaje que no fue: la marcha atrás con el reconocimiento a Alberto Pedro Heguy, reivindicador de la dictadura y de Videla.

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EL DIARIO digital

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El bloque oficialista de la Cámara de Diputados y Diputadas intentó reponerse de la aparente desatención que sus integrantes tuvieron en la comisión donde se le había tendido una alfombra roja al homenaje a Alberto Pedro Heguy, un destacado polista, pero también un referente político que reivindica a la dictadura y a Jorge Rafael Videla.

A propuesta del macrista Eduardo Pepa, que también es oriundo de Intendente Alvear y se supone respalda ese posicionamiento ideológico, se gestó un proyecto en el que se reconoce a Heguy por su trayectoria como polista pero también se le hacen alabanzas como "vecino".

Lo insólito es que la propuesta, al tratarse en comisión, tuvo un aval unánime, sin nadie que se percatara del personaje al que se estaba homenajeando ni de lo que podía significar semejante espaldarazo a un negacionista.

Recién cuando la situación fue expuesta en esos términos ante la opinión pública por un artículo de El Diario se produjo una reacción oportuna, que bienvenido que haya sido más tarde que nunca.

Tras las referencias en estas páginas de ese posicionamiento de Heguy, quien considera a Videla un "Cristo pagano" y lo ha descripto no solo como su ídolo sino también como el de su familia, hizo una aparición pública Raquel Barabaschi, querellante en los juicios de lesa humanidad y referente en La Pampa de organismos de Derechos Humanos.

No tardó demasiado Oscar Zanoli, el principal representante del oficialismo en la comisión que había votado el tema, para admitir la culpa y anunciar que desandaría sus propios pasos para concretar una oportuna marcha atrás: el justicialismo no votará a favor del homenaje a Heguy y a la oposición, si estuviera de acuerdo en pleno con esa iniciativa, no le alcanzarán las manos alzadas para agasajar al polista.

La situación respecto de cuál debe ser la reacción social e institucional frente a la avanzada de sectores negacionistas es un debate internacional: ese sin dudas es uno de los costados que deja la discusión.

Una pregunta sensata es: ¿no puede agasajarse a un deportista de valiosa trayectoria porque manifestó su pensamiento? Dos cosas aparecen como respuesta inmediata: no solo manifestó su ideología, sino que de algún modo hizo apología del delito y reivindicó los crímenes de lesa humanidad. Y además el proyecto hacía hincapié no solo en el polista, sino en el "vecino destacado".

No puede dejar de mencionarse, tampoco, la necesidad de que diputados y diputadas presten más y mejor esmero durante su accionar legislativo: la excusa oficialista respecto de que se equivocaron en el voto porque tenían "la cabeza en otra cosa" parece un cuento infantil.

En todo caso, además, expone que no está tan firme ni tan atenta la aparente convicción respecto de una acción democrática que ponga límites cuando se trata de reivindicaciones del peor horror: hay que andar refrescando desde la opinión pública y avisando desde las organizaciones de Derechos Humanos para que a la hora de homenajear puedan separar la paja del trigo.

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