Opinion

Necesidad de un acuerdo

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El conflicto de las obras sociales con profesionales de la Ginecología.

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EL DIARIO digital

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Desde hace largos meses, una importante cantidad de pacientes pampeanas padecen en carne propia el conflicto que protagonizan profesionales de la ginecología, el Colegio Médico y la seguridad social en general.

El tiempo transcurrido obliga a quienes protagonizan esa puja de intereses, pero fundamentalmente a las autoridades estatales, a tomar medidas que más temprano que tarde solucionen la situación, y que prioricen el interés de las personas, más allá de los enfrentamientos políticos y corporativos.

La ruptura de profesionales del sector ginecológico con el Colegio Médico del que antes formaban parte disparó una serie de situaciones que provocan sufrimiento y cuya solución parece demorarse mucho más de lo aceptable.

En las últimas horas, desde la organización que nuclea al grueso de ginecólogos y ginecólogas, apareció una propuesta que podría acercar a las partes.

De alguna manera los y las profesionales han aceptado ceder en algunos aspectos del posicionamiento que habían sostenido hasta el momento.

La puja, que fue presentada de diversos modos y maneras, en el fondo es también una pelea por el interés y la rentabilidad, y de ahí que puede pensarse en que se abre una puerta a la solución porque la oferta de la Asociación de Ginecología y Obstetricia es atender de acuerdo a los valores del Colegio Médico e iniciar una serie de nuevas negociaciones.

El gobierno provincial, que maneja la obra social SEMPRE y desde ese lugar prácticamente negocia en nombre de obras sociales sindicales, algunas prepagas y la seguridad social en general, había dispuesto que únicamente negociaría con el Colegio Médico, por lo que si accediera a la propuesta tendría que modificar las normativas que tiene en vigencia.

Como parte de esa batalla que se libra en distintos ámbitos y dimensiones, el área de Salud de la provincia, con aval de las obras sociales, agitó la propuesta de convocar a profesionales de otros puntos del país para que pudieran atender la demanda que el conflicto generó.

Esa aparente solución queda muy a mitad de camino no solo porque la respuesta a la convocatoria no fue todo lo masiva que las autoridades quizá esperaban, sino porque la especialidad de la que se trata hace que no sea tan sencillo para las pacientes cambiar de profesional como si fuera un mero trámite.

Las obras sociales tienen buena parte de la razón de su lado, puesto que en algunos casos los y las profesionales insisten en privilegiar su conveniencia personal y priorizan la necesidad de altos honorarios: se les reclama que atiendan también las necesidades de la comunidad a la que pertenecen y de la realidad social con la que conviven.

Pero a la vez las obras sociales ya están pagando un cierto costo con el paso del tiempo, que derrama en descontento de sus afiliadas: algunas movilizaciones frente a las puertas del SEMPRE ya hicieron sentir ese malestar, que algunos hasta podrían interpretar como fogoneado con algún interés político, pero que sin embargo ya está muy extendido y tiene motivaciones absolutamente legítimas.

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