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EL DIARIO digital
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Beto Desuque: Buenas, buenas, buenassss ¿qué tal, qué tal, qué tal? ¿Qué me contás del clima, querido Fabio? Porque salí a la calle y no sabía si llevar paraguas, protector solar o un rosario
Mesero: Está bravísimo, Beto. Santa Rosa anda indecisa. Pero no tanto como los de la AFA, ¿eh? ¿Viste lo de Rosario Central?
Beto Desuque: ¡Por favor! El título más sorpresivo desde que el tío Ñato ganó la rifa sin comprar número. Campeón porque sí. Sin aviso, sin reglamento, sin lógica. "Argentina: no lo entenderías", pero esta vez rompieron todos los manuales. Si lo explican en Suiza les explota el reloj cucú.
Mesero: Una coronita de regalo. Como cuando en Navidad te llega un par de medias y ni sabés quién te lo mandó.
Beto Desuque: Ponele. Pero bueno, no es el único ligar donde pasan cosas, diría Mauricio. En la política también hay regalos inesperados o castigos súbitos. Si en el fútbol te dan un título sin jugar, en la Legislatura te pegan un tomatazo sin previo aviso.
Mesero: Epa. ¿Por la interna peronista lo decís?
Beto Desuque: ¿Por qué, si no? Más vale. Esa interna está como el clima: impredecible y con tormentas eléctricas. Y para alquilar balcones. Entre los ultravernistas y los ziliottistas ya no queda ni un sorbo de agua sin sacudirse.
Mesero: Dicen que el asunto de Medanito está picante
Beto Desuque: Más que picante: empetrolado. Pero esta semana el fuego vino por otro lado: la exposición del Presupuesto. Un desfile de funcionarios, tensiones y miraditas. Si me hubieran avisado, hubiera ido con los pochoclos, como si mirara una peli de guerra.
Mesero: - Je. ¿Pero qué pasó?
Beto Desuque: - De arranque, nomás, una sorpresa más que la de Rosario Central, incluso: apareció un funcionario que suele andar entre sombras.
Mesero: ¿Vanini?
Beto Desuque: Exacto. José Vanini. El supuesto "monje negro" del ziliottismo, que andaba siempre detrás del telón, pero últimamente está a la luz. Sobre todo desde que El Barba le tiró unos dardazos.
Mesero: - Cierto. Empezó a aparecer.
Beto Desuque: - Y sí. De repente ahí estaba, bajo los tubos, los micrófonos y los diputados. No lo recibieron con alfombra roja algunos más bien con esos tomatazos que te decía.
Mesero: - ¿Por ejemplo?
Beto Desuque: - Ponele que la oposición cumplió con el guión, claro. Pero los ultravernistas ¡mamita! Le tiraron chicanas para que tenga y para que guarde. Bueno era más o menos lógico, ya se había blanqueado que le pidieron la renuncia, así que ya no había mucho que ocultar.
Mesero: Y Pascual Fernández también ligó un poco, ¿no?
Beto Desuque: Un capítulo parecido. Estaba explicando números cuando Daniel Lovera ultravernista de manual, soldado de El Barba soltó la idea de cambiar la distribución de los fondos a los municipios. Traducido: restarle poder de lapicera y billetera al ziliottismo. En un partido de fútbol eso es plancha con los dos pies adelante, directo a la tibia del esquema provincial.
Mesero: A lo mejor fue el vuelto de la jugada fuerte que se mandó El Ruso en el Día del Militante, ¿no?
Beto Desuque: Y sí. Se paró de manos, ponele. Se propuso como jefe del famoso Desafío 2027. Lo digo así y suena a reality show, pero es criollo es la carrera por su sucesión.
Mesero: - ¿Y cómo la ves?
Beto Desuque: - Ponele que sabemos que tiene buena imagen El Ruso. Que ganó las elecciones en un contexto difícil. Pero ponele también que en un peronismo donde los socios se tiran las lapiceras por la cabeza, cualquier intento de conducción te deja parado arriba de un campo minado.
Mesero: ¿Vos decís que esto recién empieza?
Beto Desuque: Esto está en ese punto hermoso donde los jugadores ya están en la cancha, el árbitro todavía no pitó y alguien ya está reclamando penal. Entre desafíos, lapiceras y billeteras, el clima político se parece cada vez más al fútbol argentino: nadie entiende la tabla, pero todos juran que van primeros.
Mesero: ¿Te traigo un cafecito?
Beto Desuque: Sí, por favor. En este campeonato de internas, uno necesita hidratarse aunque sea con café.