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EL DIARIO digital
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Un estudio científico publicado en la revista Developmental Psychology aporta evidencia empírica sobre una práctica común y debatida en la educación inicial: el uso de los dedos para contar durante la infancia. La investigación, realizada en Suiza, sugiere que esta práctica no solo ayuda a resolver sumas en el momento, sino que potencia el desarrollo de destrezas aritméticas más avanzadas en etapas posteriores.
El estudio, liderado por Marie Krenger y Catherine Thevenot de la Universidad de Lausana, siguió a 192 niños de entre 4,5 y 7,5 años. Las autoras buscan desmitificar la idea de que usar los dedos es un signo de dificultad con las matemáticas, un prejuicio que existe en una parte del profesorado.
Los dedos como puente cognitivo
Contar con los dedos es una estrategia universal que data de hace más de 30.000 años. La ciencia reivindica su valor al actuar como un puente entre la representación concreta de las cantidades y su simbolización numérica, facilitando la comprensión de principios fundamentales como la correspondencia uno a uno.
Las investigadoras señalaron que la distinción tradicional entre "usuarios" y "no usuarios" es engañosa. Descubrieron que el 93% de los niños empleó los dedos en algún momento de su desarrollo temprano.
Hallazgo clave: los "exusuarios" lideran el rendimiento
El equipo de Krenger y Thevenot evaluó el desempeño y el uso de los dedos en sumas a lo largo de siete sesiones. Los principales hallazgos fueron:
El uso de los dedos para resolver sumas alcanzó su pico entre los 6 y 6,5 años de edad.
Los niños que más tarde presentaron los mejores resultados en sumas a partir de los siete años fueron los ex-usuarios, es decir, aquellos que dejaron de usar los dedos tras haberlos empleado antes.
Las autoras concluyen: "Este estudio revela que los niños que utilizan el conteo con los dedos en etapas tempranas del desarrollo matemático tienen las habilidades de suma más sólidas más adelante".
Al principio, los niños usaban la estrategia de "contar todo", pero luego transicionaban a métodos más eficientes, como "contar a partir de uno de los sumandos", lo que reflejaba un avance hacia estrategias mentales más sofisticadas.
Los niños recurrían más a los dedos en sumas complejas (con resultados mayores a diez), indicando que los dedos sirven de apoyo cuando la memoria de trabajo es exigida.
Recomendaciones para la educación
La investigación desaconseja firmemente inhibir el uso de los dedos en la infancia, ya que constituye un andamiaje esencial para desarrollar estrategias mentales avanzadas.
"Nuestros resultados destacan que el conteo con los dedos ofrece una ventaja de rendimiento sobre las estrategias mentales en la resolución de problemas de suma durante las etapas iniciales del desarrollo de habilidades aritméticas", afirmaron las científicas.
Las investigadoras sugieren replicar la investigación en otros contextos y con operaciones matemáticas diferentes para confirmar la universalidad de los hallazgos.