Ciencia

Estudio revela que el cerebro puede crecer y adaptarse en la vejez

El estudio internacional revela que la plasticidad cerebral permite que ciertas Ãreas del cerebro crezcan durante el envejecimiento
El estudio internacional revela que la plasticidad cerebral permite que ciertas áreas del cerebro crezcan durante el envejecimiento.
Investigadores de Alemania desmienten el mito del deterioro cerebral uniforme. Ciertas áreas, como la corteza sensorial, demuestran la capacidad de expandir sus conexiones y fortalecer su volumen en adultos mayores sanos.

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Un equipo de la Universidad Otto von Guericke de Magdeburgo está desafiando el mito del deterioro cognitivo inevitable asociado a la vejez. Un estudio publicado en Nature Neuroscience revela que el cerebro conserva una sorprendente capacidad de adaptación, con ciertas áreas que mantienen e incluso fortalecen sus conexiones a lo largo de la vida.

La investigación, liderada por P. Liu y E. Kuehn, se centró en la corteza somatosensorial primaria, el área responsable de procesar la información táctil, especialmente de las manos y los dedos, en grupos de personas sanas (adultos jóvenes y adultos mayores).

Mediante resonancias magnéticas de alta resolución y pruebas conductuales, los investigadores analizaron el cerebro capa por capa, y replicaron los experimentos en ratones de diferentes edades para corroborar los datos.

El paradigma del deterioro desafiado

El hallazgo más relevante señala que no todas las capas de la corteza cerebral se deterioran por igual. Los resultados arrojaron que:

Capas 5 y 6: Mostraron signos claros de degeneración.

Capa 4: Directamente vinculada a la recepción del tacto, presentó mayor volumen en adultos mayores sanos que en el grupo de jóvenes evaluados.

Este engrosamiento de la capa 4 en personas mayores se interpreta como una manifestación de la plasticidad cerebral, la capacidad del órgano para adaptarse a lo aprendido y experimentado. El incremento sugiere una acumulación de aprendizaje táctil y motriz en las regiones que más se utilizan, como las manos.

En definitiva, el cerebro de las personas mayores conserva y mejora las áreas funcionales que reciben mayor estímulo y uso sostenido, desmintiendo la idea de un declive uniforme.

Nuevas perspectivas clínicas

El trabajo de Liu y Kuehn contribuye a modificar la apreciación homogénea del envejecimiento cerebral. Subraya que el proceso es individual y multifactorial, influenciado por el estilo de vida, las experiencias sensoriales y los retos cognitivos.

Los hallazgos invitan a reconsiderar los estímulos y actividades propuestos en planes de envejecimiento activo, dado que el cerebro muestra capacidad para crecer y adaptarse incluso en la última etapa de la vida.

El estudio advierte que aún no se esclarecen del todo las consecuencias funcionales del engrosamiento de la corteza sensorial, aunque se especula que podría influir en la manera en que los adultos mayores procesan la información y en las dificultades para adaptarse a entornos cambiantes.

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