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EL DIARIO digital
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El método, presentado recientemente en una revista internacional, ofrece la posibilidad de identificar modificaciones en el entorno de los sistemas cuánticos y comprender cómo se comportan estos "universos invisibles". Según el equipo del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (INN), este avance permitirá optimizar la estabilidad de computadoras cuánticas, perfeccionar imágenes médicas y explorar fenómenos de la física que hasta hoy resultaban imposibles de estudiar.
La clave está en el uso de sensores cuánticos: diminutos sistemas capaces de captar señales casi imperceptibles a escala atómica, como si fueran micrófonos ultrasensibles. Gracias a su precisión, pueden "escuchar" cómo reacciona una molécula en el interior de una célula, cómo cambia una proteína durante una señal química o cómo se inicia una enfermedad a nivel molecular. Detectar esos cambios en tiempo real abriría nuevas puertas al diagnóstico y tratamiento médico personalizado.
Las aplicaciones no se limitan al ámbito biomédico. Esta técnica podría ser fundamental para mejorar la estabilidad de las computadoras cuánticas, diseñando estrategias para controlar el "ruido" de su entorno y avanzar hacia dispositivos más confiables. Además, permitirá a la física explorar fenómenos como el caos cuántico o la ruptura de la simetría temporal en condiciones reales.
El trabajo del grupo del INN también refuerza el aporte de la ciencia argentina al conocimiento global, con colaboraciones junto a equipos líderes en el mundo y proyectos orientados a implementar estas herramientas en aplicaciones concretas, desde imágenes biomoleculares hasta diagnósticos a escala atómica.
La investigación abre una nueva vía para explorar el desorden cuántico y entender cómo el tiempo y el caos influyen en el comportamiento de las partículas, marcando el rumbo hacia nuevas preguntas y desafíos en la frontera de la ciencia.