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Monte de caldén y arbustal de jarilla: diagnóstico y reversión de la degradación sin detener la producción

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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La producción ganadera extensiva sobre pastizales naturales es el eje estructural de la economía agropecuaria del centro-oeste argentino, en particular en dos ecosistemas que definen la identidad ecológica y productiva de la provincia de La Pampa: el monte de caldén y el arbustal de jarilla. Ambos ambientes, si bien comparten una climatología semiárida y una larga historia de uso pastoril, presentan diferencias estructurales y funcionales que condicionan su respuesta al manejo y a la degradación.

En ambos casos, los síntomas tempranos de deterioro son fácilmente ignorados hasta que la desertificación avanza a niveles irreversibles. Esta nota técnica propone un abordaje integrado para ambos ecosistemas, atendiendo a sus particularidades, con dos ejes fundamentales: 

1.La identificación temprana de los indicadores de degradación.

2.La implementación de estrategias de restauración productiva sin frenar la actividad ganadera.

La degradación de un pastizal natural es progresiva, multicausal y potencialmente permanente si no se interviene a tiempo. Tanto el caldenal como el arbustal responden con señales concretas cuando la presión ganadera supera la capacidad de carga, la cobertura verde disminuye o se pierde diversidad estructural. Sin un diagnóstico temprano, el sistema entra en una espiral descendente donde restaurar se vuelve técnica y económicamente complejo.

Dentro de los indicadores podemos mencionar a los botánicos, en el monte de caldén, el estrato herbáceo está dominado por gramíneas perennes valiosas como Stipas Piptochaetium, etc., que se desarrollan bajo un dosel abierto y parches de sombra. La degradación se manifiesta con la desaparición de estas especies, la expansión de malezas no palatables y el avance del fachinal improductivo.

En el arbustal de jarilla, donde la vegetación natural está dominada por el género Larrea y gramíneas xerófitas, el deterioro se expresa como una pérdida acelerada del tapiz perenne, y una invasión de especies anuales oportunistas y gramíneas no deseables.

Un indicador crítico en ambos ecosistemas es la reducción del índice de cobertura viva, siendo el umbral del 70% el punto de quiebre para activar estrategias de manejo correctivo.

También existen indicadores edáficos, el suelo del caldenal (franco-arenosos o limosos, con baja fertilidad natural), la pérdida de cobertura vegetal lleva rápidamente a procesos de erosión laminar, encostramiento superficial y escorrentía. En áreas deprimidas, el problema se agrava por acumulación de sales.

En el arbustal, donde predominan suelos más arenosos y pobres en materia orgánica, la compactación superficial por pisoteo y la pérdida de estructura agravan la susceptibilidad a la erosión eólica. La presencia de huellas profundas y costras es señal de alerta inmediata en ambos casos.

Finalmente, están los indicadores de índole productivos, es decir los síntomas finales del deterioro que se hacen visibles en la eficiencia productiva del sistema: baja ganancia diaria de peso, aumento de suplementación necesaria, caída de la carga animal efectiva y pérdida de condición corporal. En el caldenal, el deterioro suele ser más insidioso por la presencia de sombra parcial que retrasa la percepción visual del daño. En el arbustal, la respuesta suele ser más rápida y agresiva.

Dentro de las herramientas de monitoreo con la que contamos para evaluar estos ecosistemas, se recomienda una monitorización sistemática con herramientas de fácil implementación:

-Fotografía georreferenciada en sitios permanentes

-Transectas fijas de vegetación con cuantificación de cobertura, frecuencia y riqueza

-Imágenes satelitales y NDVI zonal para analizar vigor vegetal y anomalías fenológicas, hoy en día de fácil acceso incluso de modo gratuito.

En conclusión, la sustentabilidad del sistema pastoril en La Pampa depende de una lectura ecológica precisa. En el monte de caldén y el arbustal de jarilla, prevenir la degradación es más económico, eficaz y factible que restaurar campos severamente afectados.

La restauración no debe entenderse como una suspensión de la actividad productiva, sino como una reprogramación inteligente del uso del recurso forrajero. Ambos ecosistemas admiten estrategias graduales y adaptativas que, combinadas con monitoreo y suplementación estratégica, permiten aumentar la resiliencia del sistema sin perder rentabilidad. Entre las estrategias graduales de recuperación podemos mencionar:

-Pastoreo rotativo planificado: Tanto en el caldenal como en el jarillal, dividir los potreros, definir descansos efectivos y respetar los tiempos de recuperación es el primer paso. En el caldenal, la planificación debe considerar la heterogeneidad generada por el dosel arbóreo y el microambiente de sombra.

-Reducción temporal de carga: En años secos o tras episodios climáticos extremos, reducir la carga permite que la vegetación natural exprese su potencial de rebrote. El uso de suplementación estratégica (rollos y/o granos) es clave para mantener la condición del rodeo.

-Manejo mecánico selectivo: En áreas donde el fachinal avanza sobre el caldenal, la utilización de rolos livianos o desmalezado selectivo (mecánico o químico) permite restablecer la competencia a favor de las gramíneas sin alterar la estructura del monte. En el arbustal, estas herramientas deben aplicarse con mayor precaución debido a la fragilidad del suelo.

-Siembra de especies adaptadas: En ambos ambientes, la introducción de gramíneas perennes nativas o naturalizadas y leguminosas adaptadas mejora la oferta forrajera, la cobertura verde y la fertilidad biológica del suelo.

En conclusión y para finalizar, recuperar funcionalidad ecológica y sostener la productividad no son objetivos opuestos, sino complementarios. En el monte de caldén y el arbustal de jarilla, una ganadería moderna y resiliente solo es posible con un manejo proactivo, adaptado y científicamente informado. Producir sin destruir no es un ideal: es la única estrategia viable. Y en esta nueva visión de la ganadería pampeana, leer el pastizal con precisión y actuar con decisión marca la diferencia entre persistir o desaparecer. El futuro no está en elegir entre restaurar o producir, sino en restaurar produciendo.

(*) Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) -Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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