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Importancia de las variedades de trigo "Ciclo Corto"

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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La provincia de La Pampa está atravesado un contexto climático propicio para la siembra de trigo. Luego de un otoño lluvioso se espera un aumento en el área implantada con cereales de invierno. El interés es tan alto, que incluso se evalúa sembrar sobre rastrojos de maíces tardíos o de segunda.

Es que, si se logra cosechar los lotes de maíz antes que termine el mes de julio, quedaría una pequeña ventana de siembra adecuada para las variedades de ciclo corto, las cuales requieren un manejo especial respecto de los tradicionales cultivares ciclo largo o intermedio.

Adicionalmente, si ocurriese una lluvia en julio, por mínima que ésta sea, la tendencia de aumentar superficie triguera se consolidará. Para ello debemos estar preparados, porque en la mayoría de los casos se utilizarán las variedades de las que disponen en la zona, normalmente de "ciclo largo" o "intermedio largo", que no sería lo más adecuado. Se debería en cambio, tratar de conseguir ciclos cortos.

En la columna de hoy detallaremos algunos lineamientos básicos, para que el empresario rural de la mano de su ingeniero de confianza, ajusten el paquete tecnológico más adecuado a la producción de un trigo tardío.

Sembrar un trigo ciclo corto sobre el fin de la ventana de siembra dista mucho de lo que supone implantar una variedad de ciclo largo, el cual normalmente es empleado desde fines de mayo hasta mediados de junio. Los productores pampeanos están más habituados a usar variedades largas o intermedias, siendo muy pocos los que siembran trigos de ciclo corto, a tal punto que años como el actual, donde la necesidad de variedades cortas puede llegar a ser importante, se hará complicado conseguir semilla.

La ventana de siembra de la zona triguera a la que pertenece toda La Pampa es denominada como "zona quinta sur". Tiene como fecha teórica de final de siembra el diez de agosto aproximadamente. Para quienes piensen en sembrar en esas fechas, deberán conocer que las posibilidades se limitan a:

1.    Avena

2.    Cebada cervecera

3.    Trigo ciclo corto.

Como el título de esta columna lo anticipa, nos vamos a centrar en la tecnología de producción de trigos ciclo corto. Es fundamental entender que estas variedades son las más adecuadas para siembras tardías y confiar en las mismas.

Tienen muy baja capacidad de macollaje comparadas con los trigos intermedios o largos, por lo que la densidad de siembra sube de manera exponencial. No es raro determinar densidades de siembra de entre ciento cuarenta a ciento cincuenta kilos por hectárea de semilla, para lograr entre trecientas veinte y trecientos sesenta plantas por metro cuadrado. Si bien esto va a depender del peso de mil semillas y del valor cultural (pureza y poder germinativo).

No se puede especular con el macollaje en estas variedades, por ellos debemos asegurarnos de partir con muy buen número de plantas, ya que en el mejor de los casos podemos aspirar a 0,5 macollos vivos por semilla implantada.

Luego y no menos importante, hay que conocer la curva de crecimiento. Por ser una variedad rápida, tiene una curva de acumulación de materia seca explosiva, siendo fundamental contar con muy buen nivel nutricional desde el arranque, ya que "no tienen tiempo" la planta de desarrollar un sistema radicular importante. En definitiva, si no tenemos un cultivo bien nutrido va a generar muy poco rendimiento.

Finalmente, el otro aspecto diferencial de estas variedades se concentra en el control de malezas. La ventana de aplicación de herbicidas hormonales puede llegar a ser tan estrecha como una semana a diez días, por lo cual hay que estar muy arriba del potrero monitoreandolo, evitando llegar al estado de espiguilla diferenciada o doble arruga con aplicaciones de herbicidas hormonales que puedan dañarlo de manera drástica.

Estas tres recomendaciones antes dichas: de densidad de siembra, nutrición y ventana de aplicación de herbicidas hormonales son los errores más comunes en los que incurren los productores, lo cual lleva a que estas variedades cortas estén poco difundidas y sufran de "mala prensa".

Fuera de ello, solo resta enumerar ventajas, ya que se cosechan incluso antes que un trigo ciclo largo, favoreciendo las siembras de segunda. En general, dejan poco rastrojo facilitando la implantación de cultivos. Si se les aplica un buen paquete tecnológico expresan una capacidad de rendimiento superior que las variedades más largas, y finalmente en suelos profundos dejan humedad en el segundo metro de perfil para los cultivos de segunda, ya que el sistema radicular de estas variedades rara vez superan los cien centímetros.

(*) Mariano Fava -Ingeniero Agrónomo Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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