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Sorgo Granífero: el área crecerá hasta donde la semilla alcance 

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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Durante la campaña pasada la zona agrícola argentina se vio fuertemente afectada por una plaga conocida como "Chicharrita". La misma transmite un grupo de virus que afectan severamente al cultivo de maíz, sobre todo en ataques tempranos. Es por ello, que en el norte argentino hubo pérdidas totales en algunos lotes, y a medida que nos trasladamos hacia el sur esas pérdidas van mermando, producto que la plaga demoró más en llegar e infectar a las plantas.

La chicharrita prosperó gracias a un invierno cálido y a un puente de alimento provisto por plantas de maíces "guachas", las cuales nacieron posteriormente a la cosecha y que no fueron eliminadas por las heladas invernales. Ahora subsiste la duda de cómo se desarrollará la epifita en la próxima zafra, motivo por el cual, en la zona donde más se sintió su impacto, se está pensando sencillamente en el reemplazo del cultivo de maíz por otro como puede ser girasol o sorgo.

Lo antes expuestos ya se evidencia en el mercado, pues ante una coyuntura de negocios estancados en lo que a insumos de cosecha gruesa se refiere, la semilla de sorgo granífero escapa a tal escenario estando virtualmente agotada. Esto nos permite confirmar el título de la columna de hoy, donde aseguramos que el área de sorgo crecerá hasta donde la disponibilidad de semilla lo permita.

La inclusión del sorgo granifero en la rotación además de ser una medida preventiva para protegerse del ataque de chicharrita ofrece otras ventajas agronómicas interesantes sobre las que vamos a ahondar en la columna de hoy, pero que podríamos sintetizar en un menor nivel de inversión por hectárea que, sumado a rindes similares a maíz en ambientes de media o baja vocación productiva, arroja una mayor rentabilidad. 

Al aportar un rastrojo mas voluminoso, de mayor relación carbono/nitrógeno, dificulta su degradación (en conjunto a la lignina presente en los tejidos vegetales), contribuyendo a la sustentabilidad y el cuidado del suelo agrícola. Otra externalidad positiva en el caso del productor mixto sería la alternativa de pastorear el rastrojo que queda una vez cosechado el grano, y aún así contribuir al balance positivo de carbono debido al a su poderoso sistema de raíces.

Como ya mencionamos, el sorgo cumple un papel indispensable como recuperador de la materia orgánica que pierden los suelos durante los procesos productivos. Está muy bien adaptado para prosperar en las regiones semiáridas. Es una especie económica de establecer comparada con otras opciones de cultivos similares, con una reconocida rusticidad a estrés hídrico, y como si esto fuese poco, tiene muy buenas aptitudes como destino forrajero, ya sea en pastoreo directo o suministrando el grano en dietas de bovinos. 

Con el auge de la soja y el maíz resistente al glifosato se han podido eliminar de muchos potreros las "malezas problema" como "gramón" o "sorgo de alepo", que dificultaban e incluso impedían el establecimiento exitoso del cultivo en cuestión. 

En el mercado de híbridos disponemos de sorgos graníferos ciclo corto (60-65 días de siembra a floración), intermedio (65-70 días de siembra a floración) y largo (70-75 días de siembra a floración), con alto o bajo contenido de tanino. Los híbridos se emplean tanto para cosecha de grano, como para silaje de planta entera o incluso erlage (silaje de la espiga). Además, se encuentran disponibles sorgos blancos para la producción de harinas para consumo humano, con su correspondiente nicho de mercado. 

También existen híbridos resistentes a herbicidas de la familia de las imidazolinonas, lo que representa un salto tecnológico muy grande en materia de control de malezas. La otra opción para ampliar el espectro de control de malas hierbas es curar la semilla de sorgo con un antídoto que permite aplicar cloroacetamidas en preemergencia del cultivo, alternativa muy interesante y fácilmente disponible para el productor. 

Finalmente están los herbicidas como atrazina, pendimethalin (en determinadas condiciones) y las clásicas moléculas para hoja ancha como dicamba o 2 4 D no volátil. Para más información y modo de empleo de esas herramientas químicas sugerimos la consulta a un ingeniero agrónomo.

Como mencionamos anteriormente, el sorgo es la gramínea estival más recomendable agronómicamente hablando para las regiones semiáridas, sobre todo en suelos que no son capaces de proveerle al maíz los milímetros de agua necesarios para producir satisfactoriamente. Esto es debido a varias cuestiones, algunas de ellas son:  

-posee mayor cantidad de raíces secundarias que el maíz, mas finas y fibrosas, las cuales pueden llegar a extraer hasta el doble de agua aprovechable. 

-Tiene la capacidad de entrar en un período de latencia (dormición) en caso de sufrir un fuerte estrés hídrico, para luego retomar su ciclo cuando se produzcan las precipitaciones, obviamente, siempre y cuando las mismas no se demoren demasiado.

-Otra estrategia de defensa contra la sequía son las células motoras que posee en la nervadura central de las hojas, que le permite enrollarla para evitar la pérdida de humedad, como así también, una capa de cera que limita la transpiración.

Los períodos críticos para el sorgo son 2: 

1.la emergencia; dado el poco vigor que posee en esta etapa. La profundidad de siembra va desde 2,5 cm en suelos pesados, a 4 cm en suelos arenosos, con una temperatura edáfica del orden de los 18 ºC.  

2.la floración; es el otro período crítico. Está representado por los 4 a 10 días que dura, y aquí temperaturas mayores a 40 ºC o estrés hídrico generan esterilidad en el polen de la planta. La temperatura óptima para el desarrollo vegetativo es de 27 'C.

El sorgo precisa 2168 litros de agua para producir un kilogramo de materia seca, mientras que el maíz precisa 2976 litros, el trigo 4040 litros y la alfalfa 7064 litros por kilogramo de materia seca. De lo expuesto se deduce la gran eficiencia en el uso del agua que posee esta gramínea.

Para finalizar daremos algunas recomendaciones generales para aquellos productores que decidan sembrar sorgo granífero. Sugerimos la elección de sorgos ciclo intermedio, resistentes a la "mosquita del sorgo" y el "pulgón amarillo", preferentemente alto tanino. La fecha de siembra sería alrededor de mediados a fines de noviembre. En cuanto a la estructura de cultivo, se deben colocar de 80.000 a 140.000 plantas/ha. La mayor densidad de siembra se utiliza con híbridos ciclo corto y en ambientes de buena capacidad de uso. 

Respecto al espacio entre surco, se puede sembrar a 35, 52 o 70 centímetros. Para las siembras tardías, las menores distancias son más recomendables, pues cubren antes el suelo, aunque anula la posibilidad de carpir el cultivo en caso de que la maleza avance.

Por último, un párrafo aparte para el tema nutrición. Si bien tiene una tasa de extracción de nitrógeno muy similar a maíz, en torno a 20/22 kilos de Nitrógeno por tonelada de grano, la tasa de absorción es superior, por ello es indispensable una buena fertilización con este elemento (previo análisis de suelo), para obtener un buen desarrollo de cultivo y alta producción. 

(*) Mariano Fava -Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVAL

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