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Insectos más comunes en soja

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EL DIARIO digital

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Si bien existen un amplio espectro de "plagas" que pueden afectar a la soja, vamos a enfocar la atención en los que prácticamente todos los años se hacen presentes en los lotes comerciales, generando el mayor porcentaje de aplicaciones de plaguicidas. Es importante primero definir el concepto "plaga": se define así a todos aquellos seres vivos que compiten con el hombre en un determinado ecosistema, originándole un daño económico significativo.

Una especie que invade todas las campañas a la leguminosa está representada por las "orugas desfoliadoras", como por ejemplo oruga de las leguminosas, oruga medidora, oruga bolillera, gata peluda norteamericana, etc. Si bien hay varios tipos y las mismas poseen diferencias sustanciales en cuanto a la dinámica de su población, podemos mencionar una serie de generalidades. Vale mencionar que la tecnología disponible en soja con genes de resistencia a lepidópteros, ha perdido su capacidad de evitar el ataque de casi todos los tipos de oruga, quedándole buena protección solo en algunas, una a las que todavía tendría defensa es a "bolillera".

La soja posee gran tolerancia a la desfoliación en ciertas etapas de desarrollo, si a esto le sumamos las posibilidades de mortalidad natural de la plaga, aspecto muy importante en el manejo integrado de plagas, (concepto al que nos hemos referido en columnas anteriores), llegamos a la conclusión que solo se deben tener en cuenta las orugas mayores a 10-15 milímetros de largo, ya que a partir de ese tamaño provocan el mayor porcentaje de daño.

La soja es sensible a la desfoliación en inicio de floración y llenado de grano, a partir de grano lleno la tolerancia vuelve a incrementarse. El aumento en la eficiencia fotosintética de las hojas inferiores y la aparición de nuevas hojas, son mecanismos que permiten compensar el daño sufrido.

Como umbral de acción, es decir el momento en que debemos decidir cortar el ataque de las isocas a través de una herramienta química, podemos mencionar lo siguiente:

-    Para el período vegetativo y floración, 35 % de defoliación y 20 orugas grandes (mayor a 1,5 centímetros de largo) por metro de surco

-    Si la soja posee vainas de 5 milímetros de largo hasta amarillamiento de hoja, el umbral pasa a ser de 15 a 20 % de desfoliación y 20 orugas grandes por metro lineal de surco aproximadamente.

La otra plaga importante para tener en cuenta es el "complejo de chinches". Estas generan diferentes tipos de daños en el cultivo, entre los que podemos mencionar: disminución de vainas, de número de granos por vaina, peso de los granos, retención foliar (lo cual dificulta las tareas de cosecha) y aspectos de calidad de semilla, ya que cuando la chinche pica el cotiledón, disminuye el vigor de la semilla, mientras que cuando pica el nudo cotiledonar elimina directamente el poder germinativo.

Al igual que en el caso de las orugas, solo las chinches grandes de más de 0,5 centímetros de largo son las que debemos tener en cuenta para determinar el umbral de acción, ya que antes las podemos encontrar todas juntas (comportamiento gregario), pero todavía no provocan daño. Una sola chinche adulta puede hacer hasta 150 picaduras. Las sojas de crecimiento determinado le proporcionan el alimento en forma mas concentrada en el tiempo respecto de las variedades de crecimiento indeterminado, por lo tanto, en estas últimas, a igual densidad de plaga el daño es mayor.

La frecuencia de muestreo es cada 7 días, y cada 3 días si estoy cerca de tener que aplicar el insecticida. Los umbrales, para sojas sembradas a 70 cm entre surco, son los siguientes:

-    Vainas de 5 milímetros de largo hasta máximo tamaño de semilla, mas de 2 chinches adultas (mas de 5 centímetros de largo) por metro lineal de surco.

-    De máximo tamaño de semilla a cosecha, el umbral pasa a ser de 6 chinches grandes por metro lineal de surco.

En sojas sembradas a menor espacio entre surco o condiciones de estrés (por ejemplo, hídrico), disminuyen los umbrales de acción (chinches por metro lineal). Así es que para siembras a 35 centímetros entre surco los umbrales bajan exactamente a la mitad.

En cuanto a la hora de decidir el tratamiento debemos saber que hay diferentes tipos de insecticidas. Algunos son específicos para chiches y otros específicos para orugas desfoliadoras, los cuales pueden ser mezclados entre sí para atacar en una sola pulverización a ambas especies. Hay otros tipos de químicos de mayor espectro de acción, es decir que afectan a ambos tipos de plaga.

La ventaja de las moléculas específicas es que, al afectar a un solo tipo de insecto respetan la fauna benéfica, es decir aquellos insectos que no daña el cultivo y que incluso que ayudan a controlar naturalmente las especies indeseables. Al eliminar este tipo de individuos (benéficos) por tratamientos poco amigables con el ambiente podemos llegar a "inducir una plaga". Se entiende por tal cuando se aplica un insecticida innecesariamente afectando el balance natural entre la fauna benéfica y dañina, generando un crecimiento artificial de las especien indeseadas, debiendo pulverizar otra vez el cultivo contra insectos.

Otra ventaja emergente de algunos insecticidas específicos es su residualidad de acción insecticida que puede llegar a ser de hasta 3 semanas, dependiendo de la molécula en cuestión. Como desventaja debemos mencionar que son más costosos comparados a un insecticida antiguo de amplio espectro.

Para finalizar diremos que al tomar la decisión intervenir químicamente un potrero se debe escoger el modo de hacerlo, es decir si se aplican los insecticidas con una maquinaria terrestre la cual es mas económica en el tratamiento por hectárea, pero tiene el inconveniente de pisar en promedio un 2 a 3 % del cultivo, lo que representa un costo oculto. La otra opción es hacerlo con avión, el cual es más oneroso (aproximadamente el doble o más), pero no se afecta el cultivo por el tránsito de la maquinaria. Para decidir esto hay que ver el estado del cultivo y sopesarlo con el costo del tratamiento. Por supuesto si hay problemas de transitabilidad de terreno, por ejemplo, por exceso de humedad, el avión es la única alternativa posible.

En resumen, tanto las chinches como las orugas desfoliadoras son un verdadero problema en los cultivos de soja. Afortunadamente su monitoreo y control es sencillo. El mes de febrero es clave en este aspecto, recomendamos la consulta a su ingeniero de confianza de modo de hacer la intervención más correcta para el cultivo, el ambiente y la economía del empresario rural.

Mariano Fava- Ingeniero Agrónomo

(MP: 607 CIALP)

Posgrado en Agronegocios y Alimentos

@MARIANOFAVALP

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