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Siembra de cereales de invierno en un otoño "seco"

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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A pocos días de terminar el otoño, las precipitaciones han sido esquivas en la porción centro y norte provincia de La Pampa, con lo cual la humedad escasea, al igual que el ánimo de los productores que deben iniciar las labores de implantación de cereales de cosecha fina. Entrar al invierno en un contexto de déficit hídrico nos enfrentamos sin duda un desafío mayúsculo para el sector agrícola ganadero, pues las características de nuestro clima indican que la probabilidad de lluvia durante los meses que transcurre la estación más fría del año es muy baja, y con ello la expectativa de evolución de los cultivos. 

Afortunadamente la corta duración del día y el frio imperante durante esa época del año, hacen que la demanda máxima de humedad por parte del ambiente (evapotranspiración máxima) durante el trimestre junio, julio, agosto sea extremadamente baja (ver figura 1). Ello permite a los cultivos superar esa ventana temporal con el agua almacenada previamente en el perfil edáfico, a pesar de lo exigua que resulta la misma. 

El aumento en la demanda hídrica por parte de los vegetales se intensifica a partir de fines de septiembre con la mayor tasa de crecimiento de cultivo (acumulación de materia seca), que llega con el inicio de encañazón. A esa altura del año se incrementa notablemente la probabilidad de lluvia, ya que la primavera es el período de mayor recarga de humedad de los ecosistemas pampeanos.

Si posamos nuestra atención nuevamente sobre la figura 1, advertimos claramente ¿por qué? los productores esperan ansiosos la tormenta de Santa Rosa (30 de agosto). Normalmente los años con lluvias de fin de invierno e inicios de primavera garantizan que los cereales comiencen la fase de encañazón con buena humedad. Es allí cuando aumenta de modo exponencial la absorción de nutrientes y agua por parte del cultivo. Esto obedece al efecto combinado de mayor crecimiento vegetal, alargamiento de los días y suba de la temperatura media diaria.

Figura 1: Requerimientos de aguas máximos (o evapotranspiración máxima)

MESESJULIO AGOSTO SEPTIEMBREOCTUBRENOVIEMBRETOTAL

ETM253966138187455

Por el momento en la mayor parte de la superficie agrícola de La Pampa se están pudiendo plantar sin mayores dificultades para quienes tienen voluntad de hacerlo, ya que la humedad superficial es buena. El problema radica en la poca reserva de agua almacenado en el perfil, la cual no supera en la mayoría de los casos los 60 milímetros (más/menos 20 milímetros). Ello provoca que la intención de siembra se vea reprimida, ya que muchos empresarios no se animan a implantar toda la superficie que quisieran por el alto riesgo asociado que implica no tener un perfil adecuadamente provisto de humedad, elevando la incertidumbre respecto al retorno de la inversión. 

En general se ha optado por arriesgar un poco, sembrado menos de los que se tenía proyectado y con un paquete tecnológico mucho más modesto, sobre todo en lo que a fertilización refiere, esperando corregir nutrición durante el macollaje si finalmente las precipitaciones ocurren a tiempo.

Para finalizar diremos que estamos atravesando un "clima pampa" y aunque parezca un consuelo, los ingenieros agrónomos formados en la facultad de agronomía de UNLPam, de alguna manera nos sentimos más preparados para hacer frente a la falta de humedad que al exceso de esta.

La formación obtenida en el manejo, captación y conservación de humedad, mas todas las estrategias que se pueden desplegar para maximizar la eficiencia del uso del agua, nos permiten afirmar que, logrando el establecimiento de los cereales de invierno, estos serán perfectamente capaces de desarrollar adecuadamente hasta finales de agosto. A partir de ese momento será necesaria una lluvia importante, si es que por efecto del azar no ocurre antes, durante lo que resta de junio, julio o agosto. De acontecer esto último no solo elevaría la cantidad de hectáreas a sembrar con trigo y cebada, sino que permitiría fertilizar adecuadamente los cultivos, elevando la expectativa de producción de grano para la provincia de La Pampa.

(*) Ingeniero Agrónomo  (MP: 607 CIALP) -Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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