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Coyuntura favorable para la cebada cervecera

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Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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La cebada cervecera tiene algunas características agronómicas que la posicionan para el presente año como una opción por demás de atractiva para La Pampa. Sin embargo, a la hora de decidir la asignación de área de los diferentes cultivos invernales (trigo, avena, etc.), debemos mirar más de cerca este negocio, pues tiene particularidades que, si no son analizadas fríamente, pueden llegar a disminuir drásticamente los ingresos del empresario rural.

En cuanto a las cuestiones agronómicas más destacadas de este cultivo podemos mencionar las siguientes:

1. Se cosecha en promedio diez a doce días antes que el trigo, lo que es de vital importancia para la siembra de cultivos de segunda como soja o maíz. En el caso de la oleaginosa establecida sobre cebada, rinde en promedio 3 quintales más que sobre trigo.

2. Tiene mejor comportamiento a hongos de suelo.

3. En general produce un poco más que el trigo a iguales condiciones, y se adapta mejor que este a potreros de menor nivel de producción y a suelos sueltos.

4. Es la alternativa ideal para la recuperación de terrenos bajos con algún grado leve a moderado de salinización.

5. Muy elástica en la fecha de siembra (una semana de atraso de la siembra es un día de atraso de la floración).

Analizando las cuestiones de mercado, en lo que respecta a la plaza local se prevé una suba en la siembra de cebada cervecera, motivada por el precio para la próxima cosecha en torno a los 315 US$/tonelada para el puerto de Bahía Banca. Como vemos, posee un valor similar al que se está pagando por trigo nuevo, el cual ronda los 320/330 US$ por tonelada para la misma plaza.

Al sembrar cebada el productor puede apilar los efectos benéficos de un mayor potencial de rinde respecto del trigo, a la vez que le permite planificar una mejor y más oportuna siembra de cultivos de segunda, los cuales también tendrán un mayor potencial de producción.

Quizás lo más interesante para esta zafra es que el mercado de la cebada cervecera posee cotizaciones elevadas, como dijimos similares al trigo, pudiendo el productor pensar en esta alternativa mucho más sencilla, en vez de ir por un contrato de maltería, el cual tiene serias limitaciones que más adelante vamos a mencionar.

En el caso de la cebada con destino a forraje para exportación la única exigencia importante pasa por el peso hectolítrico, el cual debe estar al menos en 62. Fuera de eso no importa qué variedad es, qué pureza tenga el lote, ni tampoco importa si germina o no la semilla.

Mirando el negocio de maltería, diremos que de la cebada se obtiene la malta para la elaboración de cerveza. Con 125 kilogramos de cebada, se produce aproximadamente 100 kilogramos de malta. La cerveza es un producto de bajo valor, por lo cual no se exporta, es decir, conviene producirlo localmente. Sin embargo, la materia prima malta, si no hay posibilidades de obtenerla en la zona no queda otra opción que la importación de esta.

La industria de la malta es muy conservadora, trabaja con muy pocas variedades. A menos que apuntemos al mercado de cebada forrajera, la variedad la decide la industria de la maltería. La misma está especificada en el contrato de producción, ya que tiene un destino determinado, que demanda una variedad determinada.

Cuando se produce cebada para malta, se debe tener el mismo cuidado (o aún mayor) que en la producción de semilla, debido a que la mercadería va destinada a la industria de la fermentación, por lo tanto debe germinar. Además, como la maltería consiste en la automatización de un proceso bioquímico, se requiere gran homogeneidad de producto.

El cereal se procesa de a 300 toneladas por vez, poniéndolo a germinar durante aproximadamente 5 días y terminando el ciclo abruptamente. Si la germinación es despareja, al momento de finalizada la misma habrá granos "pasados", otros en el "punto justo" y también sin germinar, estos últimos representan material inerte o "muerto" que se pudre generando hongos y toda una serie de complicaciones.

Aquí se evidencia que si la semilla obtenida de la producción tiene bajo poder germinativo y se destinara como insumo para la siembra, elevando la densidad por hectárea se solucionaría el inconveniente de bajo valor cultural, pero la industria no tiene esa opción, por lo tanto el material va a descarte.

Para finalizar haremos una breve referencia al tema fertilización, sobre todo lo que a nitrógeno se refiere, no solo por su impacto en el rinde, sino en la calidad. Fuertes fertilizaciones nitrogenadas pueden generar exceso de proteína (más del 13 %), lo cual no es deseable porque le da turbidez a la cerveza. Sin embargo, tampoco debemos pecar por defecto de este nutriente, debido a que si el ambiente es propicio para generar altos rindes, la dilución de este en mayor cantidad de grano puede disminuir el tenor proteico, incluso debajo del límite del estándar de comercialización (10%).

Sin duda que la producción de cebada tiene varios aspectos más que no podemos tratar en una columna periodística, sin embargo se trató de hacer hincapié en los más importantes, a la vez de darle una visión al amigo productor del tipo de negocio en el que está por introducirse, recomendando como siempre lo hacemos la consulta a su ingeniero de confianza en aras de obtener los mejores resultados posibles.

(*) Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP

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