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EL DIARIO digital
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Japón inauguró en abril de la Expo Osaka 2025, un evento mundial que esperan se convierta "en el mejor y el más tecnológico" de la historia, tras un año que el país nipón cerró con récord de visitantes y en el que afronta el desafío de paliar el turismo de masas.
"Creo que esta Expo será la mejor y la más tecnológica que se haya visto nunca. Desde todas partes del mundo se mostrará inteligencia artificial, robots o un vehículo volador", en un evento en el que se esperan atraer a cerca de 28 millones de visitantes, tal y como asegura en una entrevista con EFE el vicepresidente ejecutivo de la Organización Nacional de Turismo de Japón (JNTO), Koji Takahashi.
La exposición universal, que se celebra durante seis meses entre el 13 de abril y el 13 de octubre de 2025, "es un evento muy tecnológico" que girará entorno al 'Grand Ring', una construcción circular de dos kilómetros de longitud en el que se situarán la mayoría de las atracciones del evento.
Récord de turistas y lucha contra la masificación
Osaka 2025 llega tras un año en el que Japón ha registrado el récord de 37 millones de turistas extranjeros, gracias al boom turístico favorecido por la debilidad del yen y la reapertura de numerosas vías aéreas tras la pandemia. Unas cifras que dejan un gasto sin precedentes de más de 8 billones de yenes (unos 49.300 millones de euros).
Turistas que se concentran sobre todo en grandes ciudades como Kioto, Osaka o Tokio: "Hemos analizado la situación. Tras la pandemia mucha gente ha estado esperando para venir a Japón, es normal que quieran venir a las grandes ciudades esa primera vez, pero en su próxima visita queremos que también se centren en otras zonas", destaca.
El problema de la saturación de turistas ha provocado que se empiecen a tomar medidas como la aplicación de impuestos al turismo, controles para evitar aglomeraciones en barrios como el de las geishas en Kioto o en puntos estratégicos para ver el monte Fuji, e incluso se ha restringido el ocio nocturno en algunos barrios de Tokio.
Para ello, Japón, que tiene como objetivo alcanzar los 60 millones de turistas para 2030, quiere lograr el equilibrio descentralizando y reforzando las áreas críticas para evitar la masificación.
"Es un objetivo difícil, pero tenemos que conseguirlo mejorando las infraestructuras y gestionando la escasez de mano de obra en el transporte, el alojamiento o los restaurantes", asegura.
Un problema que han tratado con España en el marco de su visita y como parte del acuerdo bilateral de colaboración en materia de turismo vigente desde 2017, en un encuentro en el que confirmaron que ciudades como Barcelona o Tokio "tienen un problema con el exceso de turismo", al asumir más del 40% del total de llegadas de turistas internacionales.
Para ello, acordaron reforzar la colaboración que permita aliviar esta situación, así como paliar los efectos de los desastres naturales en los que Japón tiene una gran experiencia.
De momento, para Osaka 2025 ya se han tomado medidas: "El gobierno de Osaka ha construido un metro para ir a la Expo (situada en la isla de Yumeshima). En Kioto, una ciudad muy cercana, que tienen el mismo problema, han puesto en marcha un servicio de autobuses especiales para turistas, que va solo a los lugares turísticos, para que los ciudadanos puedan usar el bus con normalidad", destaca.
Al margen de la propia Expo, para Takahashi hay cinco recomendaciones que ningún turista podrá perderse en su visita: la comida local de Osaka, en especial el 'takoyaki' (bolas rellenas de pulpo), visitar Kioto, probar la gastronomía de zonas rurales, moverse en tren bala y sobre todo "los japoneses: Muy amables y simpáticos, aunque tal vez no hablen inglés", bromea. EFE
"Esta obra es el símbolo de la Expo. Algo que no te puedes perder", afirma Takahashi, que adelanta seis meses con música, eventos gastronómicos, culturales en los pabellones de los cerca de 160 países participantes.
Su importancia no solo radica en los más de 160 países y organizaciones que van a participar, sino en el espíritu que la anima: el deseo de repensar la sociedad global en torno a temas que pueden mejorar la vida de todos sus habitantes.
El lema oficial, "Diseñando la sociedad del futuro para nuestras vidas", no es solo una consigna bonita. Responde a una agenda concreta dividida en tres ejes temáticos: salvar vidas (con foco en salud y medicina), empoderar vidas (centrado en educación, inclusión y equidad) y conectar vidas (dedicado a las nuevas tecnologías y la creación de comunidades sostenibles).
La isla artificial de Yumeshima, en la bahía de Osaka, será el escenario donde se desplegará esta ambiciosa propuesta que busca reunir a más de 28 millones de visitantes, según estimaciones de la organización nipona.
Este tipo de exposiciones que se celebran cada cinco años bajo supervisión del Bureau International des Expositions han sido, históricamente, vitrinas de cambio. La Torre Eiffel nació en la Expo de París de 1889. El primer teléfono, la televisión en colores, incluso los primeros vehículos eléctricos fueron presentados en Exposiciones Universales. En ese contexto, Osaka 2025 no es un evento decorativo: es un laboratorio vivo para pensar soluciones urgentes en un planeta atravesado por desafíos como el cambio climático, el envejecimiento poblacional, las pandemias, la transformación digital y las tensiones geopolíticas.
Una Expo como esta demuestra que todavía hay espacios para que las naciones colaboren sin levantar muros. Que el conocimiento compartido puede más que la desconfianza, y que el progreso tecnológico y científico no debe ser un privilegio, sino una herramienta al servicio de todos.
Lo cierto es que, desde Osaka, Japón vuelve a recordarnos que la cooperación internacional no es una utopía ingenua, sino una necesidad urgente. Y que, a veces, los eventos más importantes no son los que ocupan los titulares de guerra, sino aquellos que siembran, en silencio, las ideas del mañana.
Japón y China compiten por el futuro en la Expo 2025
Japón y China compiten en la Expo 2025 de Osaka para demostrar sus avances tecnológicos y su visión del futuro. La Expo, que se celebra del 13 de abril al 13 de octubre, es una plataforma para que las naciones muestren sus ideas sobre cómo diseñar la sociedad del futuro.