Salud

Meningitis en adultos: atención a estos dos síntomas clave

La meningitis es una enfermedad que puede dejar importantes secuelas si no se detecta a tiempo. Aunque la mayoría de casos se da en niños, los adultos también pueden sufrirla. Prestar atención a las señales de alerta de esta patología es fundamental para tratarla cuanto antes.

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EL DIARIO digital

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La meningitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de las meninges, que son las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Si se desarrolla de forma grave, puede derivar en serias complicaciones y secuelas o, incluso, causar la muerte. La vacunación ha logrado que los casos se hayan reducido muchísimo, aunque se trata todavía de una patología que deja huella a través de los 1.000 españoles que la sufren cada año, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En un 10% de ellos, cursa de forma grave. 

A pesar de que la mayoría de los pacientes con meningitis son niños, es una enfermedad que también puede darse entre los adultos. "Las meninges son la cápsula que protege el cerebro", apunta Marta Guillán, secretaria del grupo de Estudio de Neurología Crítica e Intensivista de la SEN. De forma más habitual, la inflamación de estas membranas se produce por infecciones víricas, pero diferentes enfermedades autoinmunes también pueden ser la causa. En ellas, el propio sistema inmune ataca erróneamente esas meninges. 

Por último, existen las meningitis químicas, en las que determinados químicos tóxicos desarrollan la patología: "Es muy raro, pero podría ocurrir. Se ha dado, por ejemplo, en pacientes que han recibido quimioterapia intratecal".

"Aunque la gran mayoría de las meningitis están causadas por virus, las provocadas por bacterias y hongos suelen ser las más graves", explica la neuróloga, quien añade que "en España, los virus digestivos (enterovirus) y los del herpes son los que, con más frecuencia, están detrás de la mayoría de los casos de meningitis vírica; mientras que neumococos y meningococos son los causantes más comunes de la meningitis bacteriana".  

A pesar de que, como se ha mencionado, el número de personas con esta enfermedad en España no es alto, desde 2014 se ha estado observando una tendencia ascendente, principalmente debido a un incremento de cuadros de meningitis meningocócica. Durante los años de pandemia, gracias a las medidas de protección contra la Covid-19, la incidencia de la meningitis disminuyó drásticamente, pero la SEN advierte de que han vuelto a repuntar los casos.

Señales de alerta de meningitis

Los primeros síntomas por los que se manifiesta la meningitis coinciden con los de muchas otras enfermedades, por lo que la detección precoz puede complicarse. No obstante, Guillán alude a dos signos iniciales a los que debemos prestar atención:

Dolor de cabeza, que suele ser intenso y diferente al que normalmente sentimos.

Fiebre, en caso de que el origen de la meningitis sea infeccioso. "Se trata de una fiebre alta que no sabemos de dónde viene porque no va acompañada de ningún otro síntoma", detalla la experta. 

Con el transcurso de las horas, la meningitis puede causar otras señales de alerta:

Náuseas y vómitos.

Presión cerebral.

Crisis epilépticas y convulsiones.

Disminución del nivel de conciencia.

Sensibilidad excesiva a la luz. 

Normalmente, la meningitis en adultos cursa de manera algo diferente que en niños, quienes, además del dolor de cabeza y la fiebre, experimentan rigidez en la nuca. "No son capaces de doblar o bajar la cabeza, tampoco de levantar las piernas. Este tipo de síntomas en los adultos se nota mucho menos, no es tan llamativo", explica Guillán. 

Asimismo, puede ocurrir que cuando la causa de la meningitis es una bacteria, esta puede introducirse en la sangre y diseminarse, dando lugar a una sepsis meningocócica. En estos casos, la enfermedad es más letal en niños que en adultos "porque las defensas de estos últimos trabajan mejor", afirma la especialista. 

¿La meningitis es contagiosa?

Las meningitis infecciosas, como infección que son, pueden contagiarse. En este sentido, Guillán aclara que, por ejemplo, el neumococo, causa de la meningitis bacteriana, es una bacteria que produce también la otitis: "Las personas pueden estar cerca de pacientes con otitis y no ocurre nada porque lo normal es que, aunque se entre en contacto con esa bacteria, nuestros anticuerpos y nuestro sistema inmune nos protegen de ella. Lo mismo ocurre con la amigdalitis". 

De esta forma, estamos hablando de bacterias comunes que se encuentran en diferentes cuadros infecciosos. "La 'mala suerte' es que lleguen a las meninges y se presenten en forma de meningitis", lamenta la neuróloga, que agrega que, si es un virus el causante de esta patología, el más frecuente es el del herpes: "Este virus se puede manifestar de muchas formas. Una muy habitual es una herida en el labio. Por ello, que tengamos un herpes no quiere decir que vayamos a sufrir meningitis". 

En este punto, Guillán asegura que, dependiendo del caso, se tomarán unas u otras medidas para prevenir el contagio. En algunos de ellos, la familia o las personas que hayan mantenido contacto directo con el paciente, tendrán que hacer profilaxis. "Les recetamos antibióticos para prevenir. Esto lo decidimos en el hospital en el momento de averiguar el origen de la meningitis", afirma. 

Prevención y detección precoz, claves contra la meningitis

La mejor prevención contra la meningitis en la actualidad sigue siendo la vacunación. Desde la SEN, insisten en la importancia de seguir las recomendaciones del calendario común de vacunación a lo largo de la vida. 

"Estimamos que alrededor de un 20% de la población puede ser portadora de alguna de las bacterias que provocan las meningitis más graves. Aunque la gran mayoría de estas personas no desarrollarán la enfermedad, sí pueden transmitirla a otras más vulnerables y/o predispuestas", comenta Guillán. "Los grupos de mayor riesgo son los niños de cinco años y los jóvenes de entre 15 y 24 años, así como aquellos que padezcan alguna enfermedad que comprometa su sistema inmunitario o que vivan en entornos comunitarios o de hacinamiento. En todo caso, cualquier persona sana y, sobre todo, si no está vacunada, puede contraer meningitis", advierte. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 10% de las personas que contraen este tipo de meningitis muere y que el 20% presenta complicaciones graves. Al tratarse de un problema mundial de salud pública, que afecta con mayor intensidad a los países de bajos ingresos, la OMS se ha propuesto tres objetivos: eliminar las epidemias de meningitis bacteriana; reducir el número de casos de meningitis bacteriana prevenible mediante vacunación en un 50% y las defunciones en un 70%; y reducir la discapacidad y mejorar la calidad de vida después de padecer esta enfermedad.

"Dependiendo de la gravedad y extensión de la infección, el abanico de complicaciones y secuelas que puede dejar la meningitis es muy amplio, aunque los más habituales son déficits motores e intelectuales, sordera y epilepsia. Y si además se produce sepsis, se pueden producir numerosos problemas vasculares, fallos orgánicos o gangrenas que llevarán a la necesidad de realizar intervenciones quirúrgicas", señala Guillán. 

La neuróloga concluye que "estamos ante una enfermedad muy grave. Por lo tanto, se trata de una emergencia médica en la que su diagnóstico y tratamiento precoz es clave para evitar las secuelas y la mortalidad asociada".

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