Salud

Los 7 beneficios de la Terapia de Grupo (y cómo se desarrolla)

La terapia de grupo es un formato interesante a la hora de abordar diversos problemas de salud mental. En él, un grupo reducido de personas es coordinado por un profesional para compartir emociones, pensamientos y dificultades.

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EL DIARIO digital

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Comenzar terapia psicológica es un paso muy difícil de dar para la mayoría de la gente. El estigma que rodea a la salud mental, sumado al desconocimiento acerca de qué hace un psicólogo durante el proceso terapéutico, suele generar numerosos miedos y dudas antes de acudir a un profesional. Generalmente, siempre que se habla de terapia se hace referencia al formato individual, aunque lo cierto es que también es posible llevarla a cabo de manera grupal.

Habitualmente, los pacientes muestran una marcada reticencia a esta forma de terapia, pues temen exponer sus preocupaciones y problemas ante otras personas desconocidas. Sienten vergüenza por la posibilidad de ser juzgadas, aunque lo cierto es que las terapias grupales son un espacio seguro donde individuos con dificultades similares comparten lo que les sucede.

El formato grupal puede llegar a ser muy eficaz, permitiendo abordar un gran abanico de problemas psicológicos. La dinámica colectiva permite que los participantes mejoren su autoestima, tengan referentes que han atravesado una experiencia similar a la suya y una mayor esperanza y motivación por salir adelante.

En definitiva, la terapia grupal ayuda a salir del relato de uno mismo y conocer otras realidades parecidas, lo que permite ver las cosas desde una perspectiva nueva a la vez que se dispone de apoyo emocional sólido. Aunque al principio puede existir cierto temor a abrirse ante los demás, la realidad es que los grupos crean rápidamente unos lazos que los cohesionan y ayudan a cada miembro a ganar confianza en un entorno privado, confidencial y libre de juicios.

¿Qué es la terapia de grupo?

La terapia de grupo es un tipo de intervención en la que un psicólogo coordina un grupo de personas reducido, con la finalidad de ayudar a que estas puedan superar sus problemas individuales mediante la interacción recíproca. El sentido de la terapia grupal no debería sorprendernos. Los seres humanos somos animales sociales y necesitamos del apoyo de los demás, especialmente en los momentos de dificultad.

Todos buscamos refugio en otros cuando las cosas no van bien, pues el mero hecho de desahogarnos y sentirnos escuchados nos alivia enormemente. La terapia de grupo parte de esta naturaleza social que tenemos como personas, y la utiliza de una manera estructurada y dirigida por un profesional para ayudar a las personas con problemas de salud mental.

Los 7 beneficios de la terapia de grupo

La terapia de grupo es una alternativa muy interesante, siendo eficaz para numerosos problemas psicológicos. Normalmente, esta se lleva a cabo en combinación con la terapia individual realizada de forma paralela. En general, son muchos los beneficios que este formato de terapia puede proporcionar a los pacientes. Algunos de los más destacados son los siguientes:

1. Apoyo social

En primer lugar, la terapia grupal es una excelente forma de obtener apoyo social sólido y de calidad. A veces, no basta con tener personas alrededor, sino que también es necesario percibir que estas son capaces de entendernos y ayudarnos. En este sentido, la terapia en formato grupal permite rodearse de personas que han atravesado una experiencia similar a la propia, por lo que es mucho más fácil sentir sintonía, conexión, reciprocidad, empatía, etc.

Así, los participantes encuentran en esta terapia un espacio donde brindarse apoyo, dar consejos, información útil, etc. En este contexto, los miembros del grupo pueden encontrar no solo el apoyo del profesional que coordina la terapia, sino también crear lazos afectivos con los compañeros.

2. Autoconocimiento

Paradójicamente, estar en contacto con otras personas e interactuar y compartir aspectos personales con ellas es una forma de aprender a conocerse a uno mismo mejor. El aislamiento o la ausencia de apoyo social impiden vivir nuevas experiencias y descubrir otras perspectivas de la vida, lo que empobrece el mundo interior y la capacidad de introspección. Por ello, una dinámica grupal es de gran ayuda para fomentar la reflexión, la puesta en común de pensamientos y sentimientos, etc. Gracias a la interacción social, los miembros del grupo pueden ver su realidad desde un prisma nuevo que quizá nunca antes se habían planteado.

3. Modificación de creencias irracionales

Las personas que sufren algún tipo de problema psicológico pueden mostrar determinadas creencias irracionales. Por ejemplo, un paciente con depresión puede creer que nunca va a volver a tener ganas de vivir. Sin embargo, el entrar en contacto con quienes han tenido una depresión y la han superado puede ayudarle a salir de esa espiral de creencias dicotómicas, rígidas y alejadas de la objetividad. Modificar estos pensamientos es un buen paso para empezar a salir del estado actual de malestar.

4. Referentes

La terapia grupal es una oportunidad para que los participantes puedan tener referentes. Esto tiene una enorme importancia, pues una experiencia dolorosa no se transita igual cuando se conocen testimonios de superación o personas que también viven lo mismo. Tener referencias permite sentirse apoyado, reduce la incertidumbre, aporta esperanza y permite sentirse comprendido como nunca antes.

A veces, las personas del entorno hacen grandes esfuerzos por apoyar a la persona que está sufriendo, pero no logran empatizar o comprender del todo lo que está pasando. En estos casos, contar con el apoyo de alguien que ha vivido en primera persona la misma experiencia puede ser muy terapéutico.

5. Esperanza

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, aunque en salud mental esto no es del todo cierto. La desesperanza ante el futuro es una constante en muchas personas que sufren problemas psicológicos, y esto puede ser un verdadero obstáculo hacia la recuperación. En este sentido, la terapia de grupo puede ser una excelente manera de recuperar la motivación por recuperar el bienestar y salir adelante. Cada miembro actúa como un modelo a seguir para los demás y viceversa, lo que crea un clima de superación que impulsa a los participantes a no desistir y avanzar a pesar de sus obstáculos.

6. Menor presión

Aunque para las personas tímidas la terapia de grupo puede vivirse como un escenario amenazante al principio, lo cierto es que este formato es ideal para romper el hielo de una manera más sutil. En este sentido, la terapia individual resulta en ocasiones demasiado invasiva, mientras que de forma colectiva el foco no se centra únicamente en esa persona. Al diluirse la atención, puede hacerse más fácil soltarse y abrirse cada vez más. Añadido a esto, el hecho de participar en una terapia grupal no va reñido con respetar los ritmos individuales de cada uno, pues el terapeuta siempre dejará que cada persona intervenga cuando se sienta preparada, sin forzar.

7. Refuerzo de las habilidades sociales

Como es de esperar, participar en una terapia grupal requiere interactuar con otras personas. Esto permite, de una forma indirecta, entrenar las habilidades sociales en todo tipo de situaciones. De esta manera, la persona asiste a un proceso terapéutico en el que, simultáneamente, se puede tener un aprendizaje real acerca de cómo relacionarse y comunicarse con los otros. Así, en una terapia de grupo se debe poner en marcha la escucha activa, la asertividad, la organización de las ideas para expresarse de manera clara…

¿Cómo se desarrolla una terapia de grupo?

Lo cierto es que la estructura y funcionamiento de una terapia de grupo va a depender de distintas variables, siendo la más importante el problema a tratar. Este formato no se conduce de la misma forma en todos los casos, pues las necesidades de una víctima de abusos sexuales no serán las mismas que las de un paciente adicto a la cocaína. Por ello, el terapeuta deberá determinar qué manera es la más adecuada para intervenir sobre el problema compartido por los participantes.

Cabe señalar que el papel del psicólogo es el de un coordinador, de forma que este indica qué actividades se van a realizar, quien tiene el turno de palabra, qué normas básicas se deben cumplir para garantizar que la terapia sigue el curso adecuado, etc. Como moderador, el profesional siempre debe tener una perspectiva abierta y libre de juicios. Así, en lugar de imponer su criterio, tendrá que fomentar un espacio de reflexión en el que los miembros puedan poner en común sus puntos de vista.

A diferencia de lo que puede parecer, la terapia de grupo no consiste únicamente en hablar. El terapeuta deberá manejar técnicas diversas, como por ejemplo el role playing o el modelado. Progresivamente, esto ayuda a que los miembros del grupo aprendan a comunicarse de forma adecuada y recíproca, ayudándose mutuamente para salir hacia adelante y resolver sus problemas individuales.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la terapia de grupo y los beneficios que esta puede proporcionar a las personas. Este formato no es tan popular como el individual, aunque puede resultar muy útil para abordar diversos problemas de salud mental. Generalmente, la terapia de grupo se desarrolla con un número reducido de personas, que son coordinadas por un profesional (generalmente un psicólogo). De esta forma, la interacción recíproca entre ellos es la base de la intervención que busca su recuperación. Entre los beneficios de este formato se puede destacar su capacidad para fomentar la motivación, desarrollar habilidades sociales, reducir la presión y la vergüenza, tener referentes, modificar creencias irracionales, contar con apoyo social o mejorar el autoconocimiento.

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