Salud

Zapatillas minimalistas: consejos para adaptarse y evitar lesiones

El calzado minimalista nació en el ámbito del deporte para permitir una movilidad natural: intenta imitar que el pie vaya descalzo. Para empezar a utilizarlos, se necesita un periodo de adaptación y evitar así las lesiones que su uso puede provocar.  

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EL DIARIO digital

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El pie de los humanos está preparado para caminar y correr descalzos, pero no llevar zapatos supone un riesgo alto de acabar con heridas, como poco. El calzado protege a los pies de las agresiones externas y de las condiciones ambientales. Con la moda de correr descalzos o barefoot, surge lo que se conoce como zapatillas minimalistas que intentan interferir lo menos posible en la dinámica normal de los pies respetando su movimiento, tratando de imitar el caminar descalzos.  

"Los zapatos maximalistas, los que habitualmente utilizamos, normalmente no permiten libertad de movimiento porque suelen ser suelas muy rígidas y hormas muy estrechas que comprimen mucho el pie. Hemos nacido para caminar descalzos, porque tenemos un calzado fisiológico que sería la grasa del talón y la del antepié, pero evidentemente estamos desadaptados para hacerlo por superficies muy duras como el asfalto, y por eso necesitamos protegernos de los daños que puede producir el suelo", señala Manuel Mosqueira Ouréns, podólogo y doctor en Ciencias de la Salud.  

¿Cómo es el calzado minimalista? 

El calzado minimalista es flexible en todas las direcciones, ligero y muy ancho. La suela es normalmente de goma y la parte de arriba de tejido blandito que se adapta como un calcetín. No tiene apenas contrafuerte ni zonas de sujeción a nivel del arco del medio pie. Se caracteriza por tener un drop bajo o sin drop, que es la diferencia de altura entre la parte posterior y anterior del zapato. "Lo normal en los convencionales es un drop de 7 u 8 mm, en los minimalistas este tiende a cero", detalla Juan Carlos Montero, podólogo y vocal del Ilustre Colegio Profesional de Podología de la Comunidad de Madrid (Icopoma).  

Con ese fin de imitar al máximo ir descalzos, algunos modelos de zapatillas minimalistas están diseñados con cinco dedos, como si fueran una especie de guantes para los pies. Incluso alguna marca cuenta con un modelo con una separación solo para el dedo gordo. El podólogo Montero no se atreve a asegurar que esta puntera con espacio para los dedos resulte más adecuada que otros zapatos minimalistas, "todo depende de los gustos y de cada pie, porque en alguien con los dedos gordos puede generar cierta compresión".  

Si bien la moda de las zapatillas minimalistas nació en el ámbito del deporte, cualquier persona puede beneficiarse de sus ventajas, no solo los runners. Eso sí, Montero advierte de que supone un cambio de hábito al que el pie no está acostumbrado, por lo que deberá haber un tiempo de adaptación para los músculos y posiblemente un cambio en la técnica de carrera.  

"Estamos acostumbrados a un canon de calzado con una cierta cuña y entonces si de repente se cambia a uno minimalista, habrá que ajustarse a la nueva altura", advierte Montero, quien recomienda, por ejemplo, ponérselos poco tiempo al principio y recurrir a un profesional para que nos ayude a modificar la técnica de carrera si uno no sabe cómo hacerlo. "Si toda la vida has caminado con 1 cm en el talón y, de repente, se quita ese centímetro, lo más probable es que los gemelos tibiales tengan una retracción y se necesite la ayuda de un fisioterapeuta", añade.  

"El concepto del calzado minimalista está muy bien si realmente el pie tiene una libertad de movimiento, pero si no estoy acostumbrado a eso y voy a tener una lesión, pues no compensa. El running es un deporte de impacto y esta presión será diferente en músculos y articulaciones con este tipo de zapatillas. La musculatura posterior y las rodillas pueden sobrecargarse", avisa Montero. 

¿Para qué pies no son recomendables? 

Sobre si el calzado minimalista resulta adecuado para el día a día, Montero insiste en que dar libertad al pie para que desarrolle su movimiento está muy bien, "es una idea maravillosa, pero no todas las personas somos iguales y hay algunas que necesitan zapatos con refuerzos para una mejor sujeción o suelas más gruesas para absorber mejor el impacto... Todo dependerá de cada uno". Para quienes no los recomienda son para quienes tengan pies planos o, todo lo contrario, pies cavos porque estos problemas requieren zapatos que aporten más estabilidad. 

En la misma línea se expresa el doctor Mosqueira, para quien se puede y se debe utilizar calzado minimalista o, mejor aún, caminar descalzo siempre que se pueda, buscando fortalecer la musculatura intrínseca del pie. Y también para que al pasar largos periodos de pie o caminando o practicando actividades deportivas, la musculatura responda positivamente y no se fatigue.  

Una transición progresiva para familiarizarse 

Sin embargo, para que los pies no se resientan con el cambio y se adapten, Mosqueira aconseja utilizarlos de forma progresiva. "Porque cuando nosotros caminamos o corremos, como la superficie en las ciudades, normalmente es muy dura, el pie recibe un golpe por la fuerza de reacción con el suelo. Y esto repetidamente provoca fractura por estrés o sobrecarga, y este tipo de calzado, favorece este tipo de lesiones", comenta Mosqueira.  

Además de un transición progresiva y lenta, Mosqueira recomienda a sus pacientes que se familiaricen con este calzado en terrenos blandos, como el césped o tierra y, poco a poco, ir incorporándolos a superficies un poco más duras (asfalto, madera, cerámica). "El objetivo básicamente es que el cuerpo sea consciente de que la superficie en la que va a apoyar va a ser más dura porque, lógicamente, la zapatilla no te va a amortiguar igual que lo haría una zapatilla maximalista", puntualiza Mosqueira.  

Al igual que Montero, este especialista aconseja a los runners cambiar la técnica de carrera. "Suele ser un calzado que se indica para distancias cortas y para gente experimentada". Y para fortalecer la musculatura y evitar lesiones, propone realizar unos ejercicios previos unas semanas antes o también durante la utilización de las zapatillas minimalistas. "Son ejercicios de fortalecimiento de la musculatura intrínseca, del tibial posterior, tríceps sural, gemelos, sóleo y del flexor", especifica.

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