El impacto de la salud mental en el rendimiento deportivo

Luego de los casos de las deportistas olímpicas Naomi Osaka y Simone Biles, la importancia de la salud mental en el ámbito deportivo vuelve a ponerse en el centro del debate.

Por un lado, Naomi Osaka contó abiertamente que sufría de depresión, con lo cual, por ejemplo, le era muy difícil afrontar las ruedas de prensa. Por otro lado, Simone Biles vivió varios abusos por parte de Larry Nassar, exmédico del equipo nacional femenino de Estados Unidos, ahora condenado por haber abusado a más de 265 niñas y adolescentes.

Si bien son dos patologías diferentes, es importante destacar cómo el sufrir de ellas afecta todas las esferas de sus vidas, incluida la profesional, la cual, a ese nivel de profesionalismo, es difícil de sostener sin una buena salud mental.

Una buena salud mental es caracterizada por un nivel adecuado de bienestar emocional, psicológico y social, utilizando correctas estrategias de afrontamiento para lidiar con el estrés, y la toma de decisiones generales en nuestra vida diaria. La importancia de la salud mental en el deporte de alto rendimiento es innegable.

Numerosos estudios han demostrado lo imprescindible que es cultivar una buena salud mental para enfrentar los sacrificios que exige ser un profesional de elite. Lidiar con la presión de los campeonatos y los intereses que hay detrás de ellos, sostener una rutina de entrenamientos altamente competitiva y una dieta cuidada, adecuada a medida para la competencia, exige una gran dedicación y fortaleza mental, la cual también debe ser trabajada en conjunto a la actividad física.

La fortaleza mental es esa capacidad que permite a los deportistas profesionales producir altos niveles de desempeño tanto subjetivo como objetivo a pesar de todos los desafíos cotidianos y los estresores presentes. Si esta merma, el desempeño indefectiblemente disminuye.

En los últimos años se empezó a darle más importancia a la salud mental dentro de la práctica deportiva, debido a las consecuencias que pueden existir al descuidarla estando expuestos a un contexto tan estresante como la preparación para una competencia de altísimo nivel. Problemas de sueño, ansiedad o depresión son patologías comunes que se presentan en los ámbitos de excelencia deportiva en los cuales estos deportistas se manejan, y que afectan directamente a su fortaleza mental.

Debemos tener en claro que trabajar por una buena salud mental no es solo responsabilidad del deportista profesional. Las ayudas desde las organizaciones que están detrás de la práctica deportiva de alto rendimiento son importantes también, generando un lugar de seguridad y de escucha para trabajar con los diferentes problemas y patologías que pueden surgir en el camino. Si la práctica deportiva es acompañada por una buena salud mental, hay un mejor desempeño en la competencia, por lo que todos terminan siendo ganadores. Donde hay una buena salud mental en el deporte, hay un mejor desempeño en la competencia y, al fin y al cabo, en ese punto todos ganan.