Opinion

Un impulso al crecimiento y un tiempo de agitación

La Pampa incentiva la presencia estatal en la economía y el consumo, y de paso promociona su "modelo de provincia" frente a las elecciones que se viene; en territorio porteño, la oposición derrama tóxico proselitista, aunque en otros ámbitos hay genuinos planteos laborales que aprovechan la oportunidad del calendario.

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EL DIARIO digital

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La realidad pampeana entró en el "Modo Campaña" y esa etapa de acá en más y por varios meses tendrá características propias, después de formalizado el cronograma electoral para que el año que vienen se elijan las autoridades provinciales y municipales.

En ese marco, en afán de defender el "modelo de provincia" que el peronismo gestiona desde el regreso de la democracia, el gobernador Sergio Ziliotto impuso esta semana con anuncios varios, en distintos ámbitos, la renovada idea de que es necesario un Estado presente que active la economía y empuje el crecimiento.

La presentación de nuevas promociones del Banco de La Pampa para el mes de las fiestas de fin de año se complementó con otros programas crediticios que son un respaldo a las pequeñas y medianas empresas y con un balance de la "Promo Mundial" que generó consumos por más de $1.200 millones, según las cifras oficiales que reveló el presidente del BLP Alexis Ivigilia.

En ese marco, Ziliotto no desaprovechó la ocasión para soltar una sentencia que parece pensada para generar reacciones: dijo que la provincia es "una oveja negra" en comparación con el concierto nacional y con la generalidad de jurisdicciones, que no tienen para ofrecer algunas de las condiciones que ya son moneda corriente en La Pampa.

Además de la incidencia del banco provincial, La Pampa puede golpearse el pecho como provincia no endeudada, en la que los números administrativos tienen un ordenamiento ya tradicional, los salarios de la administración pública nunca dejan de pagarse en término (y con incrementos que siguen a la inflación) y hay un Estado que, con sus limitaciones y errores, ha demostrado presencia con la idea de impactar en el consumo y el crecimiento.

El PJ pampeano sabe que enfrenta una elección que posiblemente sea la más difícil de todas, a la luz de los resultados del año pasado y de una realidad que a nivel nacional el Frente de Todos no puede pilotear, o en todo caso lo hace con enormes complejidades y pagando costos ante su propia base electoral.

En ese escenario, el peronismo sabe que en varias materias La Pampa es señalada como ejemplo en otros territorios, ya sea por la garantía de ciertos derechos laborales -como sostener desde hace larguísimo tiempo una paritaria docente- o por el funcionamiento aceitado -también a partir del aporte de trabajadores y trabajadoras- de algunos de sus sistemas, como por ejemplo el de Salud Pública.

Si bien en casi 40 años los gobiernos justicialistas han cometido errores -algunos gravísimos- han dejado flancos débiles, han protagonizado hechos de corrupción o pifiado políticas públicas que a veces tienden al estancamiento, a la oposición le costaría muchísimo hacer campaña renegando de una presencia estatal en diversas dimensiones, que en general llega a todos los sectores sociales y económicos.

En ese sentido, y como se explicó en estas mismas líneas la semana pasada, es bienvenido el debate que tendrá lugar en las próximas semanas y meses, en que se pondrá el foco sobre las problemáticas provinciales y sus posibles soluciones, sin tanta contaminación con la "agenda nacional" que imponen los medios del establishment porteño.

…y una de arena…

Es imposible, para seguir el hilo de este texto, no mencionar lo que ocurrió en el Congreso Nacional el último jueves, justamente porque se trató de un escenario especialmente porteño, donde la pantomima y la belicosidad parecen ser conductas que, en lugar de ahuyentar a ese electorado, lo cautivan a partir de la profusa difusión de los discursos de odio.

El protagonismo de algunos actores de la política esencialmente de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, llenando de tóxico lo que era un debate legislativo, ha de haber sido observado con vergüenza hasta por la representación opositora pampeana, que en general lejos está del uso de esas formas aunque comparta bancas e ideología.

La misoginia, la agresividad y la ira de ciertos legisladores y legisladoras, agotando la discusión democrática y civilizada, golpeando las bancas, insultando a la presidenta del cuerpo, haciendo gestos obscenos increíbles en ese ámbito, complementan un panorama que tiene un prolongado desarrollo y que aunque haya quienes pretenden hacerse los distraídos es caldo de cultivo de conductas más graves, incluyendo atentados del tipo del que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Los y las representantes de la oposición pampeana prefirieron el silencio antes que la condena de esas situaciones, porque aunque seguramente no comparten esa metodología están atados a ese modo de hacer política y son parte del grupo que trama esas maniobras y estrategias.

Ya desde el año pasado, en que se quebraron algunas costumbres de las campañas "a la pampeana", radicales y macristas quedaron como rehenes de las conductas y guiones que se elaboran desde oficinas porteñas, donde claramente hay otra lógica de las cosas: urgente, dañina, egoísta, irritada.

El peronismo tradicional pampeano le sacó provecho en 2015 a una dicotomía que produjo para su victoria electoral: "La Pampa o La Cámpora". En el escenario actual no sería extraño que haga otra apuesta a generar la sensación de que el año que viene se elige entre los valores de nuestra provincia y las ideas-fuerza que el centralismo impone.

Ese tiempo de agitación propio de las elecciones también trae consigo la activación de demandas y conflictos genuinos por parte de sectores que saben también que la época proselitista es un buen momento para que sus demandas, a veces historias, tengan más atención de parte de quienes tienen poder en la toma de decisiones.

En esta semana hubo demostraciones de lo que será habitual en las próximas: a la paritaria estatal que promete algunas discusiones se sumaron con fuerza y sonido reclamos de otros espacios laborales, como el de trabajadores y trabajadoras de Rentas; personal de la Salud Pública o empleados y empleadas del área de Género de la Municipalidad de Santa Rosa.

El reclamo y la queja no son privativos de los sectores del trabajo: en esta misma semana los patrones rurales también hicieron público su llanto por medio del posicionamiento formal de la Asociación Agrícola Ganadera, obviamente en contra de medidas económicas oficiales.

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