Opinion

El reconocimiento a un viejo reclamo y los daños que genera el individualismo 

La Corte Suprema de Justicia dio vía libre para que se liquide a La Pampa la coparticipación que le recortaron durante largos años, y por lo que pelea desde 2007; las medidas oficiales para aliviar a los sectores que peor la pasan eran inevitables, son insuficientes y además encuentran en el camino a sectores poco solidarios o con posicionamientos socialmente esquizofrénicos.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

 

La Pampa celebró de manera cautelosa pero sin disimulos la decisión de la Corte Suprema de Justicia de respaldar la liquidación que a nuestra provincia le corresponde por una demanda que comenzó en el año 2007, cuando autoridades locales interpretaron que le estaban recortando de manera inconstitucional a la provincia fondos coparticipables que le correspondían legítimamente.

Resulta lógico el saludo pampeano a esa decisión del máximo organismo judicial, que tiene para con la provincia una relación con vaivenes, pero que suele ratificar su andar demorón cuando se trata de adoptar definiciones que a las partes de esos expedientes les resultan asuntos neurálgicos.

El monto total que le caerá a la provincia no está aún determinado de manera precisa, pero se estima que serán unos 20 mil millones de pesos, que de acuerdo a lo que se sabe se depositarán de manera más o menos inmediata, y que la Provincia tiene pensado destinar a la construcción de viviendas que permitan un paso adelante en la pelea contra el déficit habitacional que quedó especialmente tras los cuatro años de macrismo explícito en el país.

Es de esperar que esa liquidación se concrete cuanto antes, a la vista no solo de que la situación económica se hace cuesta arriba, sino de que los tiempos políticos que asoman representan claramente la posibilidad de serios perjuicios para las arcas provinciales: un candidato presidencial hasta ensaya como posibilidad su teoría de pasarle la motosierra también a la coparticipación, como a otras políticas públicas y derechos conquistados.

La primera gestión para que fuera realidad esa lógica demanda por la coparticipación la hizo el entonces gobernador Carlos Verna, que con ese paso y otras conductas del mismo estilo logró hacerse de una imagen de dirigente que defiende el interés provincial independientemente de que tenga que ser en disputa con autoridades de su propio partido.

Por eso el actual gobernador Sergio Ziliotto le hizo un expreso reconocimiento al difundir la buena nueva, que como se usa en esta era se divulgó por medio de las redes sociales, con etiquetados y demás.

Verna, cuyas apariciones venían siendo en tono ultracrítico especialmente respecto de las dirigencias nacionales, esta vez recogió el guante con simpatía y la agradeció a Ziliotto el reconocimiento expreso: hacía largo tiempo que los dos líderes principales de la mayoritaria Línea Plural no se tiraban flores de ese tipo.

Seguro se alinearon en un mismo interés respecto de otra temática: Ziliotto retomó en la semana que se va una problemática que su antecesor insistía en poner en el radar, la cuestión de la mentada barrera sanitaria que le impide a La Pampa comercializar carne con hueso al sur del río Colorado.

El paso de los años desde los primeros tiempos de ese reclamo desnuda que la burocratización de los organismos nacionales no encuentra límites entre poderes, ya que los retardos pueden ser tanto del Judicial como del Ejecutivo, pasando por organismos descentralizados y otros espacios oficiales: de todos modos SENASA volvió a ratificar su idea de que esa barrera no tiene razón de ser, el asunto es cómo y cuándo pasar de esa opinión a los hechos concretos.

 

…y una de arena…

 

Los anuncios del gobierno nacional para intentar compensar los últimos efectos negativos que tuvo la devaluación del dólar oficial en la vida cotidiana de quienes menos tienen tuvieron por un lado una recepción satisfactoria, porque eran medidas inevitables, aunque por otro costado desde ya que resultan insuficientes para paliar la malaria sostenida en el tiempo.

En el caso de la provincia, las nuevas herramientas llegan a importantes sectores sociales y en el caso de trabajadores y trabajadoras estatales prontamente las dos partes que negocian en la paritaria reconocieron que la mentada suma fija no debía ser incorporada, puesto que el gobierno local, de manera extraordinaria, viene reconociendo la escalada inflacionaria mes a mes.

Otros gobiernos provinciales anunciaron que tampoco pagarán esa suma fija, aunque en condiciones más polémicas, y en ciertos casos como un posicionamiento político contra el gobierno nacional, una conducta más orientada a la disputa en la arena partidaria que en la intención de darle un alivio a la población trabajadora.

A partir de esas decisiones oficiales en las distintas jurisdicciones, los medios del establishment porteño aprovecharon para multiplicar sus operaciones de prensa en afán de esmerilar al oficialismo y en especial al candidato presidencial Sergio Massa, quien además tiene la pesada tarea de ser ministro de Economía tan luego en este momento de la Argentina.

También hay algo de esquizofrenia, tanto de la dirigencia como de sectores de la población, cuando se anuncian políticas públicas: por un lado se le exige al gobierno que atienda las necesidades de los sectores más vulnerados, pero cuando esos anuncios aparecen se los critica por izquierda y por derecha, ya sea porque se considera un aporte insuficiente, o porque se interpreta como un nuevo "regalo" del Estado que despilfarra.

Lo mismo ocurre ante el anuncio de una suma fija que nutra un poco el desnutrido salario general: se escucha la queja porque ese monto es claramente insuficiente, pero a la vez la protesta porque hay sectores que consideran que existe una intromisión del Estado en asuntos que no le corresponden.

Esa ha sido, por ejemplo, la teoría de la Cámara de Comercio, muy alineada con la conducción de la CAME: la dirigencia de la organización local salió a patalear contra esa medida, en tono de denuncia por el intervencionismo del Estado y tan luego unas horas después de que presentara en sociedad una charla de Dante Sica, nada menos, el ministro de Producción del macrismo, cuyo accionar se sabe cuál fue, lo mismo que las consecuencias de sus políticas o falta de ellas.

Lo curioso es que el intervencionismo estatal en La Pampa ha beneficiado muy claramente al sector comercial, no solo con el aporte concreto de fondos en pandemia, o con programas que subsidian el ingreso laboral, sino especialmente con las promociones del banco provincial, que generan un consumo multimillonario en nuestras comunidades, con subsidio estatal para que se genere ese "círculo vicioso".

El estado de la democracia en sus 40 años no es solo responsabilidad de la dirigencia política que ha ocupado cargos, sino también de otros sectores sociales, entre los cuales el empresariado es central: en algún momento deberá modificarse esa tendencia a culpar de todo a los demás, denunciando la paja en el ojo ajeno sin ver nunca la viga en el propio.

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