La casta avanza: autosalariazo y freno a la imprescindible obra pública
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EL DIARIO digital
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Una de cal…
La Expo Técnica pampeana, un encuentro que sirvió de demostración de las tareas que se hacen en el marco de la educación técnica en la provincia, resultó de una potencia y fortaleza que sorprendió incluso a las propias personas involucradas.
El desembarco de la instancia provincial en el predio de la Asociación Agrícola fue la frutilla de un postre que había tenido interesantísimo desarrollo en otras localidades previamente, pero sobre todo la puesta en evidencia de un trabajo sostenido, con presencia estatal y con activa participación de docentes, de estudiantes y de la población en general.
La educación técnica en la provincia ha sido de algún modo jerarquizada en los últimos tiempos, y ese desarrollo fue de abajo hacia arriba: fueron las personas del común, la población, la comunidad educativa, quienes le dieron impulso a algunas acciones que en otros momentos históricos el propio Estado ninguneó y trató con desprecio.
En La Pampa la apuesta al sector parece haberse aclarado definitivamente: la presencia y la oferta de capacitación laboral y formación profesional ha crecido a pasos agigantados (de 97 posibilidades anuales saltó a 533); tomando como referencia los años previos a la pandemia se duplicaron las tecnicaturas en los institutos superiores y la cantidad de estudiantes en escuelas secundarias de ese tipo.
Esa especie de "boom" es la reaparición de algunas políticas públicas que retomaron el espíritu de 2005, cuando la Ley de Educación Técnica recobró las bondades de esas especializaciones, puso otra vez en el centro de la escena la cuestión educativa en vínculo con lo laboral y dotó al sector de presupuesto, recursos y políticas que permitieron también la recuperación de la autoestima.
En el neoliberalismo peronista de los '90, cuando además las áreas educativas nacionales estaban en manos de la llamada "Banda de los Pampeanos", el ataque sobre la educación técnica fue feroz y furioso: se le quitaron sus posibilidades presupuestarias, se desinvirtió, se volvió sentido común instalarla como un gasto o un despilfarro y se impuso el discurso de que era una instrucción antigua, poco moderna, innecesaria para los globalizados tiempos por venir.
Corrían tiempos en que los oficios, las salidas laborales básicas, las construcciones colectivas, el movimiento obrero en general, eran vistos como feos, sucios y malos; una época en que la Escuela de Chicago se convencía de que el libre mercado salvaría a la humanidad y prometía un futuro paradisíaco repleto de negocios.
Los años más cercanos en que volvió el neoliberalismo fueron otra vez un tiempo oscuro para la educación técnica, un momento cargado de nubarrones, interrogantes y retrocesos, similar a lo que había sucedido durante el menemismo, y en un país muy dado a los ciclos antagónicos la situación política vuelve a instalar dudas sobre el futuro, incluso con un candidato presidencial que agita directamente la eliminación de toda educación pública y gratuita.
…y una de arena…
Como si la situación económica no fuera suficiente para angustiar y caldear los ánimos; como si el aumento de la carne y de los alimentos en general no fueran otro golpe al bolsillo y al buen humor; como si la disparada del dólar y la corrida cambiaria interesada en perjudicar a los sectores populares no alcanzara para impactar negativamente en masivos sectores de la población, para La Pampa hubo esta semana otra mala noticia que provino de los mismos despachos oficiales nacionales.
Sergio Massa, como ministro de Economía, fue también el protagonista de la firma de un convenio con la provincia de Mendoza que generó en nuestra provincia un severo y contundente rechazo: la posibilidad de avanzar con la represa El Baqueano, resistida con razones suficientes y ya expuestas de distintas maneras y en ámbitos diversos.
El nuevo arreglo entre Nación y la provincia cuyana desconoce absolutamente los planteos realizados por La Pampa (incluyendo planteos institucionales pero también de tipo judicial) e ignora la legislación en la materia: la represa hidroeléctrica está pensada sobre el río Diamante, que es afluente de los ríos Desaguadero-Chadileuvú-Salado-Curacó, pero el gobierno central y Mendoza ni se preocupan por la postura de las provincias que forman parte de esa cuenca.
El pacto es un claro avasallamiento, a todas luces inconstitucional.
La pelea que, después de un tiempo de perezas y remoloneos, viene dando desde hace años el Estado pampeano, es una puja en desventaja que cada semana renueva obstáculos y limitaciones.
Por un lado, Mendoza tiene el poder de su historia en la materia, pero esencialmente la capacidad de lobby no solo a partir de su potencia electoral sino en este momento también derivado de su fácil llegada a la Corte Suprema de Justicia, donde también hay asuntos que debieran atenderse de modo más concreto pero están metidos bajo la alfombra.
Por otro lado, el gobierno nacional luce frente a estas problemáticas tan contradictorio o diletante como en otros temas: no se sabe si es consecuencia de la falta de convicción o del incesante despliegue de internas, pero el resultado final del comportamiento de Nación conspira contra una abordaje serio de este tipo de situaciones, incluyendo la necesidad de respetar derechos ambientales.
Además el pase libre a El Baqueano viene acompañado de expectativas que están demostradas falsas, porque ni siquiera es cierto que pueda generarse la energía deseada con esa obra, ya que la crisis hídrica impide ese tipo de desarrollo promocionado como si fuera real por la propia secretaria del área, Flavia Royón, quien hace pocos días desembarcó en La Pampa para colmarla de elogios pero en esta nueva instancia aparece como una de las caras visibles del perjuicio a nuestra provincia.
