Opinion

Que se escuchen los disensos en la UNLPam

Por Santiago Ferro Moreno (*)

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

La Asamblea universitaria es el órgano máximo de gobierno de la UNLPam. Se reúne para cuestiones específicas. Está integrada por todas/os las/os consejeras/os de la UNLPam y sus facultades. Tiene funciones normativas y de definición de políticas institucionales.

Hace muchos años que se viene planteando que es necesario convocarla para modificar estructuralmente el Estatuto de la UNLPam. En su artículo 80°, establece que le corresponde a la Asamblea Universitaria modificar el Estatuto vigente.

Además, hay varios aspectos a modificar luego de la puesta en vigencia del Convenio Colectivo para Docentes de las Instituciones Universitarias Nacionales, el Convenio Colectivo de Trabajo para el Sector No Docente de las Instituciones Universitarias Nacionales y de varias normativas, acuerdos y tratados que definen y amplían derechos para los claustros de la comunidad universitaria, la sociedad civil y el ambiente. También la redacción, que quedó anacrónica y no inclusiva. 

También deben tratarse políticamente temas vinculados al funcionamiento de la UNLPam como Institución pública, autónoma y autárquica: funcionamiento del presupuesto, voto y participación de nodocentes, mecanismos de acceso, voto de las/os docentes, estudiantes y personal del colegio universitario, entre otros aspectos. 

El Consejo Superior, especialmente las decanas y decanos, nunca quisieron abrir el debate y cajonearon proyectos concretos para convocar y ampliar la base democrática de la UNLPam. Principalmente, porque querían y quieren mantener el poder unas/os pocas/os que controlan administrativamente la UNLPam hace muchos años y son una de las causas principales del estancamiento institucional y democrático. 

Mañana se hará un tratamiento exprés, ya coordinado y hablado con las/os principales actores (decanas/os, nodocentes y estudiantes) para que salga la nueva Facultad. Principalmente por la cercanía a las elecciones y las relaciones económicas y políticas con provincia (que viene financiando casi todos los pedidos y midiendo nada de los impactos buscados, casi todo lo invertido en estos proyectos no tiene resultados positivos y estos son escondidos de la opinión pública). Pero se dejan de lado reclamos históricos que aumentan la democracia (voto de interinas/os, de personal preuniversitario y participación de nodocentes en el gobierno, entre otros) y los derechos (inclusión de diversidades, perspectiva de género –no solo en la redacción-, convenios colectivos, entre otros). 

Alpa sigue controlando la UNLPam como un grupo de amigas/os, prometiendo y repartiendo. Al no haber oposición, no hay disensos y negociaciones que mejoren la calidad democrática de la UNLPam. Hoy la disidencia y puesta en valor de otro proyecto de institución lo expresa ADU, ya que las agrupaciones internas no existen más, al menos como dos proyectos distintos. Son lo mismo y manejados por las mismas personas desde hace mucho tiempo.

Por suerte la Asamblea es un órgano democrático, plural, constituido por personas que fueron elegidas por la comunidad de la UNLPam. Seguro habrá posturas, participaciones y argumentos que mejorarán la calidad democrática de lo propuesto. Esperemos que, a contramano de lo que viene pasado, los disensos sean escuchados y usados como insumos para la construcción de mejores avances para la sociedad en general y la UNLPam en particular.

(*) Docente-investigador UNLPam; Doctor en Ciencias Económicas; Licenciado en Administración de Negocios Agropecuarios.

También te puede interesar...