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EL DIARIO digital
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Ganar y recuperar la segunda banca legislativa se convirtió en un objetivo estratégico para el peronismo pampeano. Por algo el gobernador Sergio Ziliotto se puso al hombro la campaña electoral y confronta abiertamente con la lista de la Libertad Avanza, de Javier Milei.
A pesar de su hegemonía en los comicios ejecutivos desde 1983, esa segunda banca ha sido esquiva en coyunturas puntuales, y en varias oportunidades la oposición logró arrebatársela. Esta "anomalía" en la tendencia regular de las elecciones de medio término en la provincia curiosamente anticipó derrotas presidenciales del peronismo: en 2015 y en 2023, la derecha argentina se impuso en las urnas, llevando primero a Mauricio Macri y luego a Javier Milei a la presidencia.
Un antecedente más antiguo se remonta a 1997, cuando, superando la mitad de la década menemista, el peronismo perdió una banca en una elección legislativa de medio término. La UCR y el FREGEN que no acudieron en alianza como lo harían luego le arrebataron la segunda banca: el radical Juan Carlos Passo y el frepasista Pablo Fernández ingresaron al Congreso, mientras que Manuel Justo Baladrón fue el único diputado peronista en asumir. Esa vez la elección también anticipó el resultado de la presidencial de dos años después: el radical Fernando de la Rúa le ganó la elección al candidato del PJ, Eduardo Duhalde, en 1999.
Regularidad y anomalía
Un repaso de las últimas cinco elecciones legislativas muestra esta dinámica de hegemonía y excepción. Cuando el peronismo pampeano retuvo las dos bancas, la gestión a nivel nacional fue revalidada dos años más tarde en elecciones presidenciales. Fueron las décadas menemista y kirchnerista.
En las elecciones de diputados nacionales del 23 de octubre de 2005, el Partido Justicialista renovó las dos bancas en disputa, con 56.138 votos (32,52 %), mientras que la UCR retuvo la banca de Claudio Pérez Martínez con 50.276 votos (29,12 %). Los legisladores electos, que asumieron el 10 de diciembre, fueron Manuel Justo Baladrón (PJ) y Marta Osorio (PJ), reelectos, y Daniel Kroneberger (UCR), nuevo ingreso.
Cuatro años después, en 2009, se renovaron senadores y diputados. El PJ volvió a imponerse: Carlos Alberto Verna y María de los Ángeles Higonet fueron electos senadores con 38,72 % de los votos, mientras que Juan Carlos Marino (FREPAM/UCR) completó la representación opositora con 34,77 %. En diputados, María Cristina Regazzoli y Roberto Ricardo Robledo (PJ) y Ulises Forte (FREPAM-Cívico y Social) resultaron electos.
La elección de 2013 marcó una ruptura en la tendencia habitual de dos bancas para el PJ y una para la oposición. Aunque el PJ obtuvo 70.844 votos (35,13 %), la diferencia con la oposición fue mínima. El Frente Pampeano Cívico y Social (FREPAM) cosechó 69.431 votos (34,43 %); y el Frente Propuesta Federal (PRO-alianza) 38.981 votos (19,33 %). Solo Gustavo Fernández Mendía (PJ) resultó electo, mientras que Francisco Torroba (FREPAM) y Carlos Javier Mac Allister (PRO/Propuesta Federal) completaron las bancas.
En 2017, tras una remontada notable después de perder por poco más de 20 mil votos en las PASO, el peronismo recuperó la segunda banca. El PJ sumó 96.121 votos (45,54 %) frente a los 95.499 votos (45,26 %) de Cambiemos La Pampa. Ariel Rauschenberger y Melina Delú representaron al PJ, mientras que Martín Maquieyra (Cambiemos) renovó la banca opositora. La estrecha diferencia reflejó la volatilidad del electorado pampeano, pero permitió al PJ retener dos de las tres bancas.
En 2021, la historia volvió a girar en contra del peronismo. Los senadores Norma Haydée Durango y Daniel Aníbal Lovera, junto a Juan Carlos Marino (UCR), finalizaron sus mandatos el 10 de diciembre. La oposición se impuso: Daniel Bensusán (PJ), Daniel Kroneberger (UCR) y Victoria Huala (PRO) fueron los senadores electos. En diputados, Melina Delú y Ariel Rauschenberger dejaron sus cargos; Varinia Marín (PJ), Martín Maquieyra (PRO/Juntos por el Cambio) y Marcela Coli (FREPAM) resultaron electos. Con 48,01 % de los votos, Juntos por el Cambio aseguró la segunda banca que el peronismo no pudo retener (Frente de Todos, 42,39 %).
La historia reciente de La Pampa muestra que, pese a décadas de predominio en las elecciones ejecutivas, la lucha por la segunda banca legislativa sigue siendo central. Cada voto puede inclinar la balanza y consolidar o debilitar la representación del peronismo en el Congreso. Además, como las elecciones de medio término funcionan como un plebiscito de la gestión nacional en este caso la de Javier Milei, sirven de preaviso de lo que podría ocurrir en 2027, cuando es probable que Milei busque la reelección y un candidato peronista concentre la principal opción de resistencia.