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EL DIARIO digital
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Luego de los alegatos de inicio en el juicio contra Francisco Roldán por la muerte de Lía Falcón, ocurrida en enero de este año en la esquina de Circunvalación y Cavero, en Santa Rosa, y de la declaración el acusado, fue el turno de los primeros testigos de la Fiscalía. La primera fue Alejandra Falcón, la madre de la víctima, (ver aparte) y luego se sucedieron tres policías: la suboficial inspector María Soledad Distel y el Cabo Primero Juan Pratto, ambos se desempeñaban en la División Accidentología al momento del siniestro, y el agente Daniel Pacheco, de la Seccional Séptima, en cuya jurisdicción ocurrió el siniestro.
Los tres fueron los primeros en llegar al cruce de Cavero y Circunvalación, allí encontraron a una mujer que hacía RCP a Lía y a los pocos minutos arribó una ambulancia del SEM, que trasladó a la joven al Hospital Favaloro.
Las consultas, tanto de la Fiscalía, la querella y la defensa, apuntaron a detalles de como se hizo el procedimiento, que tarea realizó cada uno y como se recolectaron las pruebas, principalmente los videos de las cámaras de seguridad de una carnicería cercana, que registró, desde dos ángulos distintos, como se produjo la muerte de la Lía.
Velocidad
Celina Blanco Alonso, fue la quinta persona en atestiguar sobre el trágico siniestro vial y describió que, en la escena, "el Falcon vino como una luz" y puntualizó que fue a "una velocidad muy fuerte".
La joven, que conocía a Lía "del barrio", se encontraba detenida esperando el cambio del semáforo en la calle Cavero, y relató cómo Lía se disponía a cruzar la senda peatonal.
"Lía espera entre el espacio donde está la colectora y abre el semáforo... Cuando corta el semáforo, ella mira el semáforo y comienza a cruzar, hace sus pasos y apareció un Peugeot rojo, que frenó, y ahí vino el Falcon como una luz."
Según el dramático relato de la testigo, el impacto fue devastador. "Ella voló y cayó en la senda peatonal del otro lado." El sonido del choque fue comparable al de una explosión: "fue como el sonido de una bomba, como si explotara algo."
La testigo enfatizó la alta velocidad a la que circulaba el vehículo fatal en una zona donde la máxima permitida es de 60 km/h.
"El auto iba muy fuerte. Para mí, en ningún momento se percató de que el semáforo se iba a poner en rojo, obviamente, porque él tenía tanta velocidad que termina de pasar la chorrera de autos, se pone en rojo y él aparece, no sé cómo aparece ahí... venía muy rápido, muy rápido", expuso ante el Tribunal.
Celina Blanco fue la primera en llamar al 911 y asistió en la escena, pidiendo a la multitud que no tocara a la víctima, quien "estaba tirada abajo con las manos a los costados y con mucha sangre, toda quebrada."
Sobre la actitud de Roldán en el lugar, la testigo relató: "El conductor del auto se acerca y lo primero que hago es preguntarle si se encontraba bien. Me dice que sí y agrega 'Nunca me había pasado esto'.