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EL DIARIO digital
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Una madre de Santa Rosa decidió retirar a su hija de la Escuela Nº 74, ubicada sobre la avenida Uruguay, tras años de hostigamiento escolar y recientes amenazas recibidas por WhatsApp. La nena, que cursaba quinto grado, fue trasladada hace dos semanas a un colegio privado para resguardar su salud emocional.
Según relató Soledad Senfeld Aulestiarte, el bullying contra su hija se venía repitiendo desde los primeros grados. "Siempre lo comenté ante la maestra, ante la directora, pero ahora después de las vacaciones de julio una compañerita armó un grupo de WhatsApp que se llamaba 'critiquemos a Clarita', y desde ahí empezaron las agresiones más graves", contó en diálogo con LU100.
La situación escaló cuando la hermana de la alumna que lideraba el grupo que cursa sexto grado envió amenazas directas a la niña por mensajes y en los recreos. "Mi hija terminó en la dirección con un ataque de nervios. La dejaron sola junto con la nena que la había agredido. La directora me dijo que yo no podía hacer nada porque la mamá de la otra nena es abogada", denunció.
Frente a este escenario, la madre exigió que se labrara un acta, que según indicó fue elevada a Coordinación, aunque nunca recibió respuesta. "Coordinación tiene el acta, tienen mi número de celular, pero no me llamaron. Ante el silencio decidimos cambiarla de colegio. Hoy recién está tranquila, puede sentarse a hacer la tarea sin miedo", expresó.
La mujer señaló que desde hace años pedía a la escuela jornadas específicas sobre bullying y que nunca se realizaron. También aseguró que su hija llegó a decir que "así no quería vivir más", lo que motivó la consulta con psicólogos y, finalmente, el cambio de institución. "Imaginate escuchar a una nena de diez años decir que no quiere seguir viviendo. Es devastador para cualquier padre", confió.
Identificó a varios alumnos como responsables de las agresiones, que incluían burlas constantes, quitarle materiales en clase y ridiculizar su cuerpo. Sin embargo, lamentó la falta de respuestas tanto de las familias como de la escuela: "Los padres son negadores seriales, dicen que sus hijos no hicieron nada. Y la directora, como cabeza de la institución, debería haber intervenido con firmeza".
La madre subrayó que su denuncia no busca venganza, sino generar conciencia. "Esto no puede seguir pasando. Ya hubo otros casos en la misma escuela. Si la institución no acompaña, ¿qué queda? Yo quiero que esto se haga público, no solo por mi nena, sino para que no haya más chicos que pasen por lo mismo", concluyó.