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EL DIARIO digital
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Representa "el primer acto importante de resistencia ante el drama que sucedía ante los ojos de Don Ángel y de los cientos de habitantes que poblaban las márgenes del Atuel", señala la FuChad.
"No era el primer suceso relacionado con el río, ya hacia el final de la segunda década del siglo XX había cesado la corta historia de la colonia Butaló, fundada a orillas del brazo homónimo del río debido a la utilización de las aguas de irrigación aguas arriba, por productores mendocinos lo cual produjo la salinización de los canales de riego de la Colonia. Existieron también otras causas pero la señalada precedentemente fue la de mayor importancia", reseñó la FuChad.
"Sin embargo lo sucedido en el 47 fue de mucha mayor gravedad pues con el inicio del funcionamiento del sistema de represas Los Nihuiles en la Provincia de Mendoza se había dictado el acta de defunción del curso pampeano del Atuel", detallaron.
"El corte del río produjo la mortandad del ganado ovino, principal recurso productivo y alimenticio de los pobladores, enfermedades ligadas al agua pues animales y pobladores utilizaban las mismas fuentes provenientes de los jagüeles que excavaban para utilizar el agua que aún fluía por el subálveo del cauce. El resultado final de esta tragedia a cielo abierto fue el éxodo casi total de los pobladores, dejando el sitio con una de las densidades poblacionales más bajas del país", señaló la entidad.
"Fue en este contexto que el humilde policía de Paso de los Algarrobos decidió en un acto de gran valentía pasar por encima de toda la jerarquía de la policía y enviarle una carta al Presidente de la Nación anoticiándolo del drama que estaban viviendo los vecinos del Atuel. La carta fue recibida en Casa Rosada y Perón le ordenó a la Dirección de Agua Y Energía la suelta de aguas tres veces por año para mantener activo el cauce pampeano del Atuel; dicha orden nunca tuvo cumplimiento y así estamos a casi ocho décadas de estos sucesos con el Atuel convertido en un páramo de arena y sal", remarcó la FuChad.
Ante la falta de respuestas internas, el conflicto escaló a instancias internacionales. La Pampa presentó un reclamo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que declaró admisible el caso y solicitó al Estado argentino explicar en los próximos meses por qué no hace cumplir la decisión de la Corte Suprema que estableció en 2016, por segunda vez en un fallo del máximo tribunal, que el río es interprovincial.
El ejercicio unilateral de derechos sobre el Atuel, combinado con la construcción de represas por parte de Mendoza desde mediados del siglo XX, provocó un proceso de desertificación socioambiental en el oeste pampeano. Ese territorio perdió su riqueza ecológica, densidad poblacional y capacidad productiva