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EL DIARIO digital
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Este lunes habló desde esa localidad pampeana con la radio LU 100, AM 1040, donde agradeció todos los saludos por su cumpleaños. "Estoy congregada con Dios, por esto estoy acá... hasta que diga basta", dijo con soltura.
"Sí hombre", contestó con el periodista Eduardo Villada le preguntó si era verdad que había andado en moto hasta los 100 años. Luego contó los recaudos necesarios que toma para circular dentro de su casa. "Duermo tranquila y me levanté a las 8 a tomar mate", destacó. "A mí me gusta todo, no me ha privado de nada, nada más un poquito de sal", agregó. También se dio tiempo para bromear con su edad: "algunos me dan 80 y 90 años". Además, confió que a Santa Rosa suele venir de manera mensual y sola en el minibus que la trae desde si localidad.
Casada con Ángel Fernández, Laurentina trajo al mundo a 16 hijos. Su vida, como la de muchas mujeres de su generación, fue de esfuerzo constante. "Aparte de criar a 16 hijos, trabajaba limpiando en alguna casa en el pueblo, o lavaba ropa para afuera pero a mano, ¡eh!, porque no teníamos lavarropas", aclaró con énfasis en alguna ocasión.
Dueña de una memoria prodigiosa, Laurentina también relató con picardía que su padre, "Marco Félix Ainó, era indio", y su madre, Margarita Pereira, criolla. "Papá esquilaba, trabajaba en el campo y era de la zona del río Salado", precisó sobre la vida de su progenitor. Si bien apenas fue a la escuela y solo aprendió a firmar su sabiduría se manifiesta en cada anécdota.
Sobre el secreto de su longevidad, Laura afirmó con simpleza: "La verdad no sé, yo como de todo, me cocino un puchero, guisos. Me hago la comida sola y soy buena en eso ". Un detalle curioso: "Nunca probé alcohol, aunque cuando era más joven algún cigarrito fumé", confesó.