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EL DIARIO digital
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La empleada de la Cooperativa de Electricidad, Vivienda y Otros Servicios Públicos de Victorica (CEVic) Laura Di Salvo denunció graves irregularidades dentro de la entidad, que incluyen situaciones de "hostigamiento, persecución, maltrato, acoso, abuso sexual y amenazas", sostuvo.
La trabajadora, quien a principios del año pasado protagonizó un incidente en el que rompió vidrios de la sede de la CEVic mientras se encontraba en un estado de "inimputabilidad" -según determinó la Justicia- a causa de las situaciones de maltrato laboral que venía sufriendo, denunció penalmente al presidente de la institución, Jorge Díaz, por abusar sexualmente de ella incluso en presencia de la gerenta María Marta Mazzone, quien según dijo no hizo nada para impedirlo.
En el marco del proceso judicial iniciado, en el que al directivo se le impuso una restricción de acercamiento, los abogados de la cooperativa le ofrecieron una importantísima suma de dinero para llegar a un arreglo y que se vaya de la empresa, pero ella pretende conservar su empleo y continuar hasta que "se sepa la verdad".
Ante la cantidad de versiones y rumores que circulan en la localidad oesteña sobre su caso, Di Salvo -quien tiene una antigüedad laboral de once años en la entidad- salió a hablar por Radio Loventué para informar a la comunidad acerca de lo ocurrido.
Sobre el episodio en que rompió los vidrios, relató que "en realidad esa situación surge por una cuestión de que yo venía bajo una presión muy grande por los distintos maltratos que yo tenía: amenazas, me tiraban la camioneta encima, ya había tenido un acoso sexual y abuso sexual por parte del jefe en varias oportunidades, pero en una estaba en la oficina María Marta Mazzone, quien no hizo nada por defenderme".
"En ese momento él me manosea, me abraza, sobrepasa mis manos entrelazando para dejarme inmóvil, tocamientos, besos, me pasa la lengua por el cuello, apoya sus partes íntimas a través de la ropa mostrando erección. En otras oportunidades, él te acaricia, te acerca la mano hacia sus partes íntimas tratando de llevarla a su pantalón. Hay muchos tipos de abuso. Aparte de eso, quiero aclarar que por más trabajo y responsabilidad y cumplimiento que vos tengas, mientras no accedas a los deseos de él, siempre vas a estar expuesta a la represión y a las amenazas que ellos plantean", afirmó.
"Yo llegué a este punto de extremo, de explosión, por una cuestión que lo pueden explicar los especialistas de la salud mental, tanto psicólogos como psiquiatras, porque tengo informes de todo tipo durante todo este proceso que he llegado hasta hoy", señaló.
"A mí me pasaba algo, yo ese día sé que morí en la empresa, porque no podía entender ni yo lo que había pasado", confesó, y agregó que "los psicólogos y psiquiatras tuvieron que hacerme entender a mí que la agresiva no era yo, sino que yo me estaba defendiendo".
"Aparte de esto, antes yo empecé con muchas dificultades de salud. Se me declaró un cáncer de útero, a tiempo, que lo pude manejar. Tuve cinco intervenciones, con cirujanos, anestesistas, todos presentes de cómo hostigaban y cómo me perseguían y me apuraban con los certificados médicos cuando yo ni siquiera había entrado a la operación", recordó.
"Uno, ante el estrés, va detonando físicamente y después todo esto detonó en la parte psicológica", explicó.
Represalia
Di Salvo contó que los maltratos en su contra se agudizaron como represalia por participar como testigo en el caso de una compañera en conflicto con la CEVic. "Cuando salí de testigo a mí me cierran las puertas de todo el edificio de la empresa y me dejan atrás, limpiando oficinas atrás y afuera, la parte externa de la empresa", mientras que "él (por Jorge Díaz) entra y sale como quiere", señaló. Incluso, denunció que "con Gastón Díaz y Julio Alderete, me tiraban las camionetas encima, amenazándome".
Además, "cuando yo salgo de testigo ya el fiscal Enzo Rangone, cuando le planteo que por qué nadie hace nada, porque hay denuncias en Secretaría de Trabajo, en Relaciones Laborales, en Fiscalía, en la Comisaría y no cree nadie nada, me dice: no es que no creamos, en realidad a nosotros nos pisan desde arriba también como hacen con ustedes poniendo en riesgo nuestro lugar de trabajo", reveló.
También "enfrenté una situación de defenderme ante una denuncia cuando María Marta Mazzone dijo que yo en una oficina la estaba golpeando y maltratando y gracias a que en ese momento estaba Antonella Gilardenghi, de Recursos Humanos, quien dijo que no había sido así, se llegó a una conciliación donde Secretaría del Trabajo se compromete a hacer un seguimiento, pero jamás lo hicieron", añadió.
No negociará
La trabajadora dio a conocer que desde la CEVic le ofrecieron una suma de 87 millones de pesos para frenar la causa judicial y renunciar a su empleo, pero "yo siempre les dije a mis abogados que no quería negociación. Yo quiero volver a mi trabajo, es lo único que pido".
"Por otra parte, psicólogos y psiquiatras que me han atendido no me permiten, mientras él esté en la empresa, volver a mi trabajo por una cuestión de seguridad, tanto para mi salud mental como para mi integridad física. Entonces, yo quiero que el pueblo sepa que sigo la causa, que yo siempre quise el debate oral, llegar al final", expresó.
"Que se haga justicia, es lo único que yo pido, y volver a mi trabajo. Cada cual decide en el lugar donde quiere estar. Yo quiero seguir en mi trabajo y quiero seguir en un camino de justicia", insistió.
También dijo que "lo que quisiera aclarar es que me voy a presentar el día de la asamblea (eleccionaria del 5 de julio). Fiscalía me dice que no es conveniente y desde la empresa me dijeron que no me tenía que presentar, pero yo me voy a presentar porque estoy en mi derecho a votar". "Necesito ir y poner mi voto", afirmó.