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Pascual Fernández volvió a las pistas en tono y pose de candidato

El ministro de Gobierno y Asuntos Municipales reapareció en acción después de un tiempo de "freezer". El peronismo discute postulaciones legislativas.

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EL DIARIO digital

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Con la camiseta ziliottista más firme que nunca, el ministro de Gobierno y Asuntos Municipales del gobierno provincial, Pascual Fernández, volvió a las pìstas y usando un tono que se parece al de quien pretende ser candidato.

Con la legislativa de octubre a la vista, el peronismo discute quiénes pueden postularse y una de las máximas instaladas es que el gobernador Sergio Ziliotto tiene que incidir personalmente en esa definición.

Pascual Fernández, que ya estuvo anotado alguna vez en esa línea de largada, reapareció en acción en las últimas semanas, luego de verse sometido a un período de "freezer" tras una sobreexposición mediática.

Como si se hubiera charlado en el oficialismo la posibilidad de volver a testearlo como postulante, Pascual ha regresado a los primeros planos y protagoniza diversos actos oficiales, por más que ni siquiera correspondan de modo directo a su Ministerio.

Tampoco ahorra palabras ante la opinión pública: una de sus apariciones más comentadas en los últimos días es el cruce con el gremio docente, al que fustigó por haberle hecho un paro al gobierno provincial, incluso acusando a la conducción de la UTELPa de no haber mostrado la misma energía para oponerse a la avanzada del gobierno nacional sobre el sector trabajador.

Fernández fue electo en 2023 como intendente de Uriburu, sin rivales, ya que la oposición en la localidad no quiso enfrentarlo. Dejó la jefatura de su localidad porque Ziliotto lo llamó a su Gabinete, le dio alto perfil y herramientas para trascender. Hoy es parte del ziliottismo del riñón.

Tiene en sus manos un lugar estratégico: maneja la zanahoria y el látigo con las Intendencias. Es el responsable de la billetera y el diálogo político con jefes municipales oficialistas y opositores. A veces, aplica tirones de oreja: lo sufrió el intendente de Guatraché, Sergio Arrese, por negarse a firmar una solicitada de elogios al gobernador.

Ese rol tan visible, tiene una contracara. Pascual queda expuesto de modo sistemático. El presidente de la UCR provincial, Federico Guidugli, le pegó duro: "La única función que tiene Pascual como ministro es señalar al que piensa distinto. No hay otros logros en sus acciones", aseveró. 

También lo puso en el blanco el secretario general del Centro de Empleados de Comercio Rodrigo Genoni, quien no dudó en dedicarle algunas críticas públicas severas: "no está preparado para el Congreso", lo chicaneó sin medias tintas. Cuoriosamente, Genoni fue recibido la semana anterior por Ziliotto, en un encuentro a solas y publicitado en las redes sociales.

Cuando al ministro se le pregunta si piensa en ser candidato, tiene respuesta: "Soy un soldado del peronismo y donde me encuentre y sea necesario voy a trabajar. Mucha gente me lo plantea y me lo dice, es un halago porque ven que he trabajado. Si tengo que seguir en el lugar que estoy, lo haré con orgullo y si me dan otra responsabilidad también".

Pascual es el representante ziliottista en una danza de nombres de hipotéticas postulaciones que incluye al menos a la actual diputada nacional Varinia Marín, cuya reelección propicia Convergencia; el intendente de Toay Ariel Rojas, fogoneado como referencia de una supuesta "unidad"; y hasta el rector de la Universidad Nacional de La Pampa Oscar Alpa, también en buenas migas con Ziliotto pero resistido por otros espacios del PJ.

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