La Pampa

El desembarco de Massa reafirmó el liderazgo de Ziliotto

La visita del candidato presidencial salió "redonda" y para el gobernador representó todo ganancia, en la previa de la gran final de un año cargado de elecciones. El peronismo que viene, el rol de La Elsa, los guiños con correligionarios.

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EL DIARIO digital

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El gobernador pampeano Sergio Ziliotto salió fortalecido del desembarco que hizo el candidato presidencial Sergio Massa. No es secreto que fue una de las búsquedas del comando de campaña del PJ pampeano: reafirmar el liderazgo del presidente del partido, después de los sofocones internos que afrontó en los últimos años, incluso con algún tropezón electoral.

La presencia del ministro de Economía le salió "redonda" a Ziliotto: el propio candidato se sintió muy a gusto, tuvo la oportunidad de cruzar guiños con dirigentes opositores que tienen que definir su posicionamiento ante el balotaje y protagonizó un acto masivo y con calor popular que él mismo bautizó como "el kilómetro 0" del último tramo hacia la segunda vuelta.

Los dos momentos diferentes colmaron las expectativas de sus protagonistas: a la reunión institucional en La Campiña no le faltó rosca para seducir a los correligionarios y sugerirles que se porten como compañeros; y en el acto festivo del Club Estudiantes sobró mística de la unidad y el triunfo.

Todo "ganancia"

Para el gobernador pampeano fue todo "ganancia", porque además quedó de algún modo "nacionalizado" el agradecimiento a la remontada que el peronismo protagonizó entre el 13 de agosto y el 22 de octubre: la cosecha de más de 25 mil votos que llevó al triunfo oficialista en la provincia.

Pero además, Ziliotto siguió tendiendo puentes con sectores de la oposición que ya le venían reconociendo cierta generosidad a la hora de la puesta en práctica de políticas públicas y reparto de recursos. El desembolso de los $22.000 millones que empezaron reclamando Carlos Verna como gobernador y Ernesto Franco como ministro le permitirá a la provincia dar un salto en inversiones e infraestructura, pero también le permite al jefe del Ejecutivo congraciarse con jefaturas territoriales que no son necesariamente de su partido.

El impacto del Ziliotto en ascenso terminará de confirmarse, o no, el próximo 19 de noviembre. Dependerá, como todo, de los resultados. Pero está claro que a esta altura del larguísimo y variado proceso electoral, sale fortalecido, y eso tendrá consecuencias a futuro.

Sostener el invicto

Después del tortuoso proceso de la legislativa de 2021, que hirió al PJ y sacó a la luz sus fracturas, en mayo de este año Ziliotto logró su reelección con menos ventaja que la que el PJ pampeano tiene como clásico. Pero lo que parecía un tropezón se demostró un gran desempeño, porque otros peronismos históricos directamente mordieron el polvo de la derrota: en San Luis, San Juan, Chubut, Santa Cruz y Chaco, por ejemplo, la costumbre de gobiernos peronistas se vino abajo ante la ola opositora. El oficialismo también perdió en Santa Fe y en Entre Ríos.

En cambio, La Pampa mantuvo el invicto: el gobierno justicialista existe de manera ininterrumpida desde el regreso de la democracia. Hubo además dignos desempeños electorales en los municipios. Se confirmó la reafirmación de la potencia electoral en Santa Rosa con Luciano di Nápoli (con quien Ziliotto tiene sus chisporroteos políticos y por la coparticipación, pero sin abandonar el tándem sin fisuras en cuanto a la gestión cotidiana). Y fue un gran alivio el triunfo en General Pico con Fernanda Alonso. Esa última circunstancia generó nuevos cortocircuitos con el amigo / enemigo íntimo Carlos Verna, que más temprano que tarde quiso adueñarse del triunfo y dijo que si no hubiera sido por Pico el peronismo perdía la provincia.

La remontada con Massa y Ariel Rauschenberger como diputado nacional tuvo esta vez la cara de Ziliotto: fue él quien se puso la campaña al hombro, como hizo Verna en 2017. Y le salió bien. Por eso salió a cosechar su siembra, aunque con paciencia y cautela, sin perder de vista que no tiene reelección a mano, que propicia un liderazgo menos personalista que sus predecesores y que todavía queda la gran final del 19 de noviembre

Los tocayos y La Elsa

Así como días atrás Massa pasó por Tucumán, en gesto de reconocimiento a esa provincia y a Juan Manzur, la visita a La Pampa también encierra un mimo a quienes pusieron el hombro y la cara en la campaña. Hubo flores y almíbar entre tocayos: "Sergio Tomás" y "Sergio Raúl" cruzaron elogios, abrazos y piropos políticos.

En ese sentido, Massa hasta se acordó de la jefa de campaña, Elsa Labegorra, mencionada especialmente en su discurso del club Estudiantes, cuando aludió a la tarea militante para pedir "el último esfuerzo": "Quiero pedirles a cada uno de ustedes, que se sintieron heridos en su orgullo con el resultado de las primarias cuando no fuimos la fuerza más votada y salieron, con la exigencia y la vehemencia de Elsa (Labegorra), a militar y hablar con cada pampeano... les quiero pedir un último esfuerzo, que vayamos pueblo por pueblo, comercio por comercio y fábrica por fábrica, en cada barrio y cada esquina, a abrazar a aquellos que nos falta convencer, a decirles que el 19 de noviembre se define si queremos un país con el Estado haciéndose cargo de la lucha contra la inseguridad y la delincuencia, o si van a elegir la libre venta de armas para que cada uno se salve como pueda".

El nombre de Labegorra, "La Elsa", una histórica de todos los tiempos del peronismo, también tiene simbolismos para el interior del PJ. Fue ella la que el mismo domingo victorioso del 22 de octubre se hizo lugar para un reproche a la falta de trabajo de alguna dirigencia en General Pico. En esta instancia es una escudera 24x7 de Ziliotto. Falta el resultado del 19 de noviembre, que obviamente será clave respecto del futuro, pero sea cual sea ese número, la Provincia y el PJ pampeano en particular empezarán a definir su propio destino interno, y no parece que el gobernador vaya a volcarse a un rol decorativo.

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