La alianza opositora se rompe también en La Pampa y la UCR se aleja de Milei

La ruptura de la alianza Juntos por el Cambio en el nivel nacional produce en La Pampa un lógico Efecto Derrame: el PRO y el radicalismo ya circulan por veredas enfrentadas, en medio de la convulsión que generaron las últimas novedades y realineamientos. 

El radicalismo parece alejarse cada vez más de Javier Milei, ya no solo por una cuestión de principios sino de estrategia política: la dirigencia huele que si Milei hace una buena elección se reafirmará una alianza con el ala más derechosa de JxC y desfiguraría absolutamente al ya opacado radicalismo.

Entre los principales dirigentes de la UCR no hay quienes formulen su apoyo concreto a Milei y sí hay en cambio una diversidad de referencias que lo señalan como un límite "invotable". Eso no implica que una buena parte del tradicional electorado radical el 19 de noviembre se incline por un sufragio antiperonista. Pero en todo caso será muy difícil que eso encuentre alguna motivación de parte de la dirigencia radical.

Así como en el nivel nacional a la UCR no le cayó nada bien el desplante que le hicieron Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en nuestra provincia suenan reproches por la actuación unilateral de Martín Ardohain, diputado provincial y además electo como diputado nacional, que tras una duda inicial blanqueó su apoyo a Milei ni bien le avisaron desde ciudad de Buenos Aires la decisión Macri y Bullrich. En eso, el PRO pampeano y sus dirigentes conservan la coherencia: respetan a pie juntillas lo que mandan desde las oficinas porteñas, sin atisbo alguno de gambetear el centralismo.

En cambio, la "libertad de conciencia" del radicalismo genera debates públicos y posiciones que, a grandes rasgos, se dividen entre un claro voto a Massa y un tiempo más de reflexión antes de decidirlo, con el voto en blanco al alcance de la mano si fuera necesario. Pero con la claridad de que no habrá una adhesión a Milei, que militó su dirigencia hablando pestes del radicalismo y de Raúl Alfonsín.

En ese marco, desde ya, el peronismo hace su juego: el gobernador Sergio Ziliotto convocó a las intendencias con ese objetivo. En Provincia recuerdan ahora los tiempos en que había un radicalismo integrado al Gabinete a partir de su buena onda con la Plural: ¿un tiempo que puede volver? El intendente de Uriburu Pascual Fernández y el secretario de Trabajo Marcelo Pedehontaá son sólo dos de los que públicamente pidieron que los correligionarios el 19N se porten como compañeros.

El silencio de los popes

"A Milei no lo voto ni loco", dijo en una charla de confianza el diputado nacional saliente Martín Berhongaray. Es el dirigente que sigue muy bien parado después de un proceso electoral complejo para el radicalismo pampeano. De todos modos su decisión es atenerse de manera absoluta a lo que dijo el partido. Por eso su palabra, es posible, no pegará el salto a la luz pública, aunque comparte con otros espacios y personas la mirada de que el balotaje del 19 de noviembre es una puja entre una coalición democrática que tiene vínculos con el campo popular y una fuerza personalista que se impuso como moda con su discurso que propone "romper todo".

Berhongaray quedó muy dolido con el ala más recalcitrante del PRO, y más puntualmente con Patricia Bullrich, que le negó la posibilidad de ser un candidato de la unidad, pese a su gran desempeño electoral como candidato a gobernador. La movida, en la que también participó el ahora silencioso Francisco Torroba, dejó a la UCR sin una banca en el Congreso. Otro que no ha abierto la boca es el senado Daniel Kroneberger, aunque está claro que su posición la marca Gerardo Morales. Menos activo en la política, igual hay quienes esperan alguna palabra del exsenador Juan Carlos Marino, que en la previa electoral se mostró con Nito Artaza, un radical histórico alineado con el oficialismo.

La UCR pampeana difundió un documento antes del encuentro nacional en el que propicia una definición concreta muy parecida: la libertad de acción y la decisión de ser oposición. Pero el comunicado pampeano fue mucho más lavado y cauteloso: la dirigencia nacional arremetió contra Milei sin medias tintas. Gerardo Morales, presidente del partido y gobernador jujeño, fue muy claro: "es un peligro para la Patria", definió.

Explícitos y no tanto

En La Pampa ya hay varios dirigentes de peso que anunciaron su voto a Massa, en palabras concretas o con algún giro verbal para no confesar tan claramente el sufragio por un candidato del peronismo.

El intendente de Victorica Hugo Kenny hizo punta en ese sentido. El diputado provincial Marcos Cuelle no fue tan explícito, pero convocó a "votar sin gorilismo", para desactivar bolsones antiperonistas que anidan en algún radicalismo, sobre todo en zonas agropecuarias: dejó en claro que no votará a Milei y señaló las distintas opciones para no hacerlo. El jefe comunal de Parera Juan Carlos Olivero fue otro que dejó saber cuál será su destino. Hernán Gaggioli, de Alta Italia, fue muy claro: "en esta no se puede ser neutral, todos sabemos qué es lo mejor para La Pampa". Lo mismo hizo el intendente de Mauricio Mayer, Celestino Folmer. Lo mismo hizo el intendente de Mauricio Mayer, Celestino Folmer.

Abel Sabarots, intendente reelecto en General Acha, hace tiempo que anunció que Milei era su límite, tal como en la provincia lo es Juan Carlos Tierno, que ahora se sabe que, con lógica, quiere que gane Milei. Las Mujeres Radicales también van por el carril de Massa: aunque Élida Denna fue cautelosa en declaraciones públicas, Cecilia Roigé dio menos vueltas y anunció en las redes sociales: "en estos momentos no se puede ser neutral: el país está en peligro si el fascismo gana".

Diego Marcantonio, como presidente del partido, tuvo que mantener las formas un poco más. Cuestionó tanto al sector "libertario" como al kirchnerismo, aunque también concedió: "por supuesto que no son lo mismo, no me da lo mismo cualquier candidato". Le reprochó a Ardohain que "se cortó solo". Poli Altolaguirre es otro de los prudentes o neutrales, que manifiesta desconfianzas con los dos bandos en pugna.

Otro espacio de la alianza que era Juntos por el Cambio en su momento, el Socialismo, también dio un paso al costado del rejunte en que se convirtió la coalición y sus dirigentes irán en el balotaje con Unión por la Patria.