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EL DIARIO digital
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La campaña política con vistas a las elecciones del próximo domingo, en La Pampa, entran en la recta final: quedan tres días para el inicio de la veda que suspende, aunque parcialmente, la actividad proselitista.
La actividad preelectoral fue más tranquila de lo que podía imaginarse en la previa, e incluso mucho menos virulenta que la que se vivió, por ejemplo, en las legislativas de 2021: esta vez hubo menos chicanas y golpes bajos, y no hubo espacio para campañas sucias.
Contribuyó a eso, seguramente, la idea de las dos fuerzas de imponer los estilos de sus principales candidatos: el peronista Sergio Ziliotto apostó a mostrarse "gestionador", el radical Martín Berhongaray prefirió imponer su impronta moderada y no la que en su momento agitó el PRO, que activó su perfil ultraopositor.
Las cartas parecen estar echadas, pero en política la pelea es hasta la última hora: las encuestas que manejan ambas fuerzas principales otorgan una ventaja al justicialismo provincial. Según las huestes oficialistas, es irremontable. Según la oposición, hay alguna hendija para soñar con el batacazo, aunque eso dependerá sobre todo de lo que ocurra en Santa Rosa: la UCR alienta la esperanza de un corte de boleta que perjudique al intendente Luciano di Nápoli y favorezca a Francisco Torroba, pero la historia demuestra que un fenómeno de ese tipo asoma como altamente improbable.
En la capital provincial se medirá otro capital político: el de Juan Carlos Tierno, que se presenta como candidato a gobernador de Comunidad Organizada con la expectativa de instalarse como un dirigente atractivo para la ultraderecha nacional que competirá en agosto y octubre.
En cierta medida el oficialismo parece haber sorteado exitosamente su Operativo Despegue, para marcar diferencias con el gobierno nacional y convencer al electorado de que la crisis económica y la inflación no son políticas que puedan resolverse en el pago chico sino responsabilidades mayores.
A la vez, el PJ pampeano recuperó la autoestima en General Pico, histórico bastión que sin embargo le venía siendo esquivo en algunas otras elecciones: la ausencia en la boleta opositora de Martín Maquieyra, que alguna vez fue fenómeno electoral en esa región, alivia al oficialismo representado por Fernanda Alonso, que busca su reelección además con el respaldo evidente del líder de la mayoritaria línea Plural, Carlos Verna.
La otra gran ciudad donde el peronismo basa su optimismo es Toay: la candidatura a la intendencia del diputado Ariel Rojas busca ahuyentar algunos ruidos internos que atravesó el peronismo para ratificar su supremacía en esa localidad.
En el resto de las localidades más pobladas la oposición tiene cifradas algunas esperanzas de empardar el partido.
General Acha (en el sur) y Eduardo Castex (en el norte) están entre las cinco principales ciudades de La Pampa y en ambos casos son muy favoritos sus actuales gobernantes: se dan por descontadas las reelecciones radicales de Abel Sabarots y Mónica Curutchet, y no se descarta un corte de boleta a favor de Ziliotto. Otros con paso ganador son Hugo Kenny en la oesteña Victorica y Sergio Arrese, en la sureña Guatraché.
En el resto de las localidades más pobladas hay dudas o pronósticos mixtos, pero los últimos números indican que la oposición puede recuperar la norteña Intendente Alvear con la postulación del diputado Eduardo Pepa. La puja amenaza con ser muy pareja en Realicó (norte), donde gobierna el peronismo. Juntos por el Cambio es oposición pero le pone algunas fichas a su desempeño en Macachín (sur). Colonia 25 de Mayo, en el suroeste, es un mundo aparte: aparece fortalecida una tercera fuerza local con la figura del exintendente David Bravo, recientemente condenado por trata de personas.
Otra motivación para la oposición es que el Frente de Todos ya perdió hace menos de dos años, en la legislativa de 2021, pero desde ya que se trata de una elección muy diferente, aunque a su modo histórica.
Por otro lado, la dirigencia huele que los triunfos oficialistas de distinto tono que hubo el domingo en Jujuy, La Rioja y Misiones pueden marcar una nueva tendencia después de aquellas olas de numerosas derrotas de quienes gobernaban en distintos niveles después de la pandemia.