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Rigutto, complicado por el teléfono que terminó en el inodoro de su casa

En la causa por la estafa procesal y el pago de coimas, el cirujano es considerado un acusado con peligrosidad de fuga y de obstaculizar la investigación.

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EL DIARIO digital

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Uno de los episodios que llevó al juez Carlos Chapalcaz a determinar la prisión preventiva de Jorge Rigutto en el marco de la causa en que está acusado de estafa procesal y pago de coimas, es la aparición de un teléfono celular en el inodoro.

Ocurrió durante uno de los trámites que formaron parte del proceso: una comisión policial fue a lo de Rigutto con la idea de secuestrar uno de los celulares que había sido intervenido y desde donde se produjeron conversaciones sospechosas que parecían motorizar el arreglo para que profesionales médicos dijeran, a contramano de la realidad, que Rigutto no podía estar alojado en una cárcel común sino que debido a su salud debía permanecer en el domicilio.

Cuando esa delegación llegó al lugar, se dijo que el teléfono en realidad estaba en poder de un familiar del cirujano acusado. Rigutto en ese momento pidió acudir al baño y lo dejaron. Después el celular apareció en la "mochila" del inodoro. Todavía es un misterio si podrá ser recuperada la información cuando el teléfono se abra de manera completa, que fue uno de los pedidos del Ministerio Público Fiscal, en la audiencia de formalización, a la que el juez accedió.

Ese hecho, casi anecdótico, fue uno de los que permitió a los fiscales Guillermo Sancho y Maximiliano Paulucci pedir que se le dicte la preventiva a Rigutto, de manera efectiva. Es el único de los acusados en esa condición. Según los representantes del Ministerio Público, con aval del juez, ese detalle demuestra la conducta de Rigutto tendiente a obstaculizar la investigación.

Incluso el abogado defensor Marcos Paz dio a entender que ese episodio podía ser cierto, pero explicó que en todo caso cualquier persona perseguida por la justicia hace el intento de defender su libertad, casi de manera instintiva.

Jorge Rigutto y Juan Carlos Toulouse (además forense y funcionario público) fueron formalmente acusados este miércoles de ser parte de una estafa procesal y de haberse puesto de acuerdo en el pago de coimas para que hubiera informes médicos que le facilitaran a Rigutto zafar de la cárcel.

También están acusados los médicos Ariel Facundo Farías González -perito de parte- y Fernando Javier Nadal y el enfermero Rogelio Williams Tejada. En esos casos, por falsificación de instrumento privado y coautores de la estafa procesal.

Al argumentar por la prisión preventiva de Rigutto, Paulucci indicó que la pena que se espera en las distintas causas que tiene el médico es de efectivo cumplimiento. Aludió al comportamiento que ha tenido en otras ocasiones. "Es improbable que Rigutto se comporte como le ordene el Tribunal; incumplió órdenes de restricción, intentó irse del país cuando se dictó su detención, fue detenido y extraditado. Es un comportamiento que se debe valorar", advirtió.

"Está demostrado que es una persona que no va a estar a derecho, sino todo lo contrario", aseveró y reafirmó que "existe peligro de fuga".

Respecto de la obstaculización, tanto para el caso de Rigutto como para el de Toulouse y Farías González, Paulucci dijo que "tenemos la posibilidad de que se intente influir respecto a un testigo o inducir a terceros y terceras; lo pueden hacer, lo han hecho sostenidamente durante el plazo de los hechos que investigamos. (Pablo) Véliz es un testigo cuyo testimonio debe ser reservado, hay un peligro inminente de que continúen en los intentos de condicionarlo e influirlo. Ese condicionamiento ha sido de magnitud durante este proceso", dijo el Ministerio Público.

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