Pablo Amicone participó de un loteo y ofrecía otro cerca del autódromo. Dio su testimonio porque dice que "no tengo nada que esconder". Negó que los vínculos políticos hayan facilitado la aprobación de los loteos.
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EL DIARIO digital
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Pablo Amicone explicó cómo surgió el loteo de las 7,67 hectáreas de un terreno ubicado sobre la Avenida de Caballería 13 Oeste. Su nombre aparece en ese loteo (autorizado) y en otro loteo ofrecido en cercanías del Autódromo de Toay, que finalmente no avanzó (donde también intervenían Marcelo Vila y David Cure).
"En el otro loteo (el del empresario Marcelo Gallego) lo conozco a David Cure y a Marcelo Vila. Yo vivo a dos cuadras de La Macarena (un loteo ubicado al sur de Toay). Un hombre falleció y estaba en sucesión eso. Conozco al marido de la heredera. Y pregunté cuánto valía. Me dijeron 600.000 dólares, 400.000. Y la terminamos comprando por 250.000 dólares", relató.
Amicone detalló: "Pero no la compré con plata mía. Fue a la Municipalidad, averigüé y me dijeron que ahí llega el Código Urbanístico. Empezamos a buscar inversores, por 5000 dólares. Buscamos un agrimensor, nos dice que entran 44 lotes. Y había otros cinco lotes. Ahora llegó el Código Urbanístico hasta ahí. Y conseguimos los inversores".
"Uno de esos inversores es Marcelo Rojas", afirmó. "En mi caso yo me enteré de la sucesión y me salió el negocio de mi vida", dijo Amicone para explicar esa operación que impulsó. Ante la consulta precisa sobre cómo conoció a Vila, Amicone explicó que su hermano (Sergio) trabaja junto a Vila en el SEM (Servicio de Emergencias Médicas).
En relación al loteo de la avenida de Caballería 13 oeste, Amicone dijo que no hubo facilitación al trámite desde el municipio. "Yo fui al municipio con David Cure y me cansé de hablar y hablar y hablar. Nos atendía Ernesto Pérez, Matías Mario, siempre en Obras Particulares. Y nos decían qué hacer", explicó.
De Cure, Pablo Amicone dijo desconocer su actividad política. "Sé que fue capataz en la Municipalidad de Toay (en la gestión de Ariel Rojas). Pero no sé qué hace en política", afirmó.
También reconoció que participó de la oferta de un loteo mi impulsado en el Autódromo. "No se terminó haciendo. Nosotros estábamos en contacto con la heredera Roxana Palavecino. Pero el Código Rural no llegaba, era parte de Cachirulo. Ahora se vendió como campo", dijo Amicone.
- ¿Cómo te enterás que esa zona (por el loteo del empresario Marcelo Gallego) está en venta?
- Vila era compañero de mi hermano (Sergio) en el SEM. Yo compré sabiendo lo que era. Después se desvirtuó todo. Ciertos adquirientes, que fueron inversores se las vendieron a otras personas. No sé lo que les dijeron a esas personas, si le dijeron que se podía construir. Yo compré sabiendo que no se podía construir. Yo conozco el Código Urbano de Toay.
- ¿Y qué se podía hacer ahí?
- Una chacra, una granja. Una casa (en toda la chacra) y un medidor de luz. Una sola. Yo lo compré como una inversión. Ahora estamos peleando con el intendente de Toay porque supone que van a hacer un barrio. No puede negarse a firmar el libre deuda, porque él supone.
- No se supone, sino hay gente que ha dicho que le han ofrecido los terrenos para hacer una casa.
- Yo ahí no tengo nada que ver.
- ¿Por qué te fuiste del loteo de Gallego?
- Lo cedí porque me salió el negocio. Se lo vendí a Luciano Ferrari. Hablo todos los días con él.
- ¿Y qué le dijiste, para qué lo podía usar?
- Nada. Yo le dije que había que aguantarlo.
- ¿No te preguntó nada?
- No. Pero hay otra realidad. Hay gente que no le importa. Que dice: "Que venga el Municipio y me saque". Hay gente que la está pasando mal. Y compra barato para hacerse su casa. En ese terreno, somos gente pensante y vos sabés qué se puede hacer y qué no.
- De todas maneras no se vendieron baratos. Lograron vender cada hectárea por 10.000 dólares.
- Yo no me puedo meter en eso. Yo lo cedí. Si la escribanía lo permite yo creo que es regular.