Ahora hay pasión por la vacuna: se anotó el 94% de la población

Los tiempos de incidencia de la propaganda antivacuna parecen haber quedado atrás: a la luz de la tercera ola, de las recomendaciones profesionales y de las evidencias científicas ahora hay una suerte de pasión por la vacuna.

Al menos es lo que se notó en las últimas semanas en la provincia: el 94% de la población pampeana terminó anotándose para recibir alguna dosis contra el coronavirus, según lo que este martes marcan las cifras oficiales.

Concretamente, esta mañana se habían inscripto en el sistema oficial del Ministerio de Salud 333.205 personas.

Antes de Navidad, el promedio de vacunación diaria era de 1.500 personas. En 24 horas, entre lunes y martes, se vacunaron nada menos que 7.600 personas, según los números del Ministerio de Salud. En esa jornada, se colocaron 6.630 tercer dosis, 548 segundas dosis y 414 primeras dosis.

También está clara la disponibilidad de vacunas, como el gobernador Sergio Ziliotto repitió en los últimos días: "no faltan vacunas, faltan brazos... y en algunos casos cabezas".

Ya hay un 91% que tiene colocada su primera dosis, un 86% que tiene la segunda y un 33% que ya recibió la dosis de refuerzo.

Es el impacto del temor y de la necesidad: ya diluída la puja política que llevó a la oposición a denunciar que algunas vacunas eran "un negocio" o "un veneno", la población de nuestra provincia decidió poner el hombro, o el brazo.

También puede analizarse como consecuencia de la puesta en vigencia del pase sanitario, que obliga a la ciudadanía a demostrar el avance del esquema vacunatorio si quiere disfrutar de salidas gastronómicas o artísticas, entre otras.

Hace poco más de un año que la vacuna contra el coronavirus se aplica en La Pampa. En sus primeros tiempos no fue sencillo convencer a la población y el gobernador Ziliotto se vacunó primero que nadie con la idea de extender un mensaje de confianza en esa herramienta. Así y todo, distintos sectores sociales y políticos la vieron con escepticismo o directamente la rechazaron: aunque La Pampa fue desde el principio una provincia donde la adhesión fue mayoritaria, también hubo marchas de "antivacunas" y en algún momento y en diversos espacios permeó el discurso de los medios del establishmen porteño oponiéndose a la inoculación.